No se le caen los anillos ni le tiembla el cordaje de su raqueta, por tener que ponerse el mono de trabajo para ganar a un tenista siempre peligroso en un torneo ATP 500 y con mucho que perder y poco que ganar. Por algo ha sido uno de los mejores tenistas de la historia de España, y siempre lo será pase lo que pase en este tramo final de su carrera. Eludió el desastre y está en una nueva semifinal dejando muy claro que aún queda Ferrer para tiempo.

En el día de hoy, el tenista nacido en Javea venció por 6-3, 3-6 y 7-5 al serbio Viktor Troicki, en un encuentro que se alargó a las dos horas y 20 minutos de encuentro y lo que significó una nueva batalla ganada por "el gladiador".

El partido comenzó muy igualado por ambos tenistas manteniendo sus respectivos saques, jugando con un nivel de intensidad tremenda, como si de una final se tratara, y es que ambos tenistas se jugaban mucho en el partido de hoy. La igualdad iba a reinar hasta el cuarto juego, donde David Ferrer consiguió quebrar el servicio del tenista serbio y ponerse un break arriba en el marcador. Viktor sacó raza y coraje para intentar darle la vuelta a la situación y dispuso de dos bolas para recuperar el break encajado con 5-3 abajo, pero David Ferrer con dos buenos primeros saques dejaron huérfanas las oportunidades para el balcánico. En 35 minutos de juego, el español se había llevado el primer set por 6-3.

La doble joventud de Ferrer se manifestó una vez más

El segundo set se cambiaron las tornas, y es que el número dos serbio comenzó a enchufar bolas desde el fondo de la pista de manera espectacular, la irregularidad de Troicki se puso de manifiesto. El balcánico fue capaz de controlar mejor esa situación y se situó con 3-1 de ventaja. Viktor se encontraba cada vez mejor y ponía en cada vez más problemas el servicio del español. Consecuencia de esto fue que con 5-3 y al resto el tenista serbio consiguió una nueva rotura y empató el partido a un set.

El desgaste físico estaba siendo brutal y todavía quedaba el último set por disputarse. El guión mostraba que el partido había perdido tranquilidad, y empezaron a concederse múltiples roturas de servicio entre ambos. La mitad de los juegos de este set fueron breaks  y en otros tres hubo opciones de romper. Como en el primer parcial, Ferrer se llevó el gato al agua y logró una rotura más que su rival alzándose con la manga por 7-5, cómo no, al resto. La constancia y mejor gestión de los momentos clave empezaban a decantar la balanza en favor del tenista español.

En semifinales, el tenista español se medirá al vencedor del duelo que enfrenta al estadounidense John Isner y su bestia negra, el británico Andy Murray.