La vida es una rueda que gira y gira y nunca frena. Se puede recurrir a una frase tan musical como ésta, para explicar lo efímero del éxito y la necesidad de mirar siempre hacia delante. Parece tenerlo claro Andy Murray, flamante número uno del mundo, que nada más terminar el Masters 1000 de París-Bercy, ya se marca nuevos objetivos. Alcanzar algo que llevaba tanto tiempo esperando y hacerlo con un título bajo el brazo, no es algo que parezca relajar al de Dunblane, aunque sí le dota de una felicidad latente.
Tuvo que sufrir ante John Isner para manejar los nervios y poner la guinda a un torneo que recordará toda su vida. “Hay veces que después de conseguir un objetivo muy grande, algo que tú mismo no podía ni siquiera imaginar, es fácil tener un pequeño bajón y sentirte algo agobiado. Hoy me sentía realmente nervioso antes del partido, por eso estoy mucho más feliz por el resultado”, dijo el escocés, dejando ver lo complejo que es el tenis y los muchos factores mentales que intervienen en un resultado.
Andy no tuvo reparos en hablar del cansancio físico y mental acumulado a estas alturas de año, después de meses de competición continua. “Los partidos han sido muy fatigosos. Sobre todo en la parte mental, aunque por supuesto es mucho más duro perder que ganar. Mentalmente he llegado a coger una posición muy cómoda desde el principio de la temporada hasta aquí, para nada me siento estresado, ni dentro ni fuera de la pista”, dijo un Murray que habrá de recuperarse pronto para poder competir con garantías en la Copa de Maestros, que comenzará el 13 de noviembre.
Murray ha ganado catorce Masters 1000 a lo largo de su carrera
En el O2 Arena de Londres, Murray intentará defender su condición de número uno del mundo. “Las Finales ATP han sido complicadas para mí en las últimas dos temporadas. Por eso quiero centrarme en jugar mi mejor tenis allí. Tampoco se trata de salir de Londres con el título, simplemente quiero jugar lo mejor posible y acabar la temporada con buena nota”. Sin embargo, no parece ver este torneo como la llegada a un oasis donde descansar, sino en el punto de partido para nuevos retos.
“La semana que viene me sentaré junto a mi equipo para hablar sobre cómo empezar a trabajar en el inicio de la próxima temporada y ponernos ya unos objetivos a corto plazo hasta el mes de marzo, más o menos. Siempre he funcionado mejor con objetivos a corto plazo. Me encantaría ganar el Open de Australia, para mí representa la siguiente meta importante, estuve cerca muchas veces pero nunca lo conseguí. Además quiero disfrutar de este número uno porque a lo mejor solamente me dura una semana”, dijo Andy esbozando su hoja de ruta de cara a los próximos meses.
Además, Murray agradeció a su familia y amigos más cercanos por su apoyo durante tantos años hasta la consecución de este sueño. "Tengo una larga lista de mensajes de apoyo desde ayer por la noche, más que después de cualquier otro partido de mi carrera. A quien más agradecido estoy es a mi familia, ellos fueron los que estuvieron conmigo desde el principio y los vieron todos mis altibajos”, dijo el hombre del momento en el tenis mundial.