A sus 29 años, el británico ha logrado llegar al número 1 mundial eclipsando a Novak Djokovic, que llevaba 122 semanas consecutivas en el primer puesto. Ganando 8 títulos a falta de la Masters Cup.

Su temporada ha ido claramente de menos a más, siempre manteniendo una gran regularidad. En el primer Grand Slam del año, el Open de Australia, logró llegar a la final, pero cedió ante Nole. Tras este resultado encadenó una racha de malos resultados en Indian Wells y Miami, donde cayó en segunda ronda. A partir de Monte-Carlo, empezó a ser más solvente, pero perdió en semifinales ante Nadal y en Madrid en la final contra Djokovic. 

Sin embargo, su mejora en el juego era evidente y en el Masters 1000 de Roma pudo alzar su primer trofeo de la temporada, batiendo al exnúmero 1 en la final. Los torneos se decidían entre él y el serbio y en Roland Garros, consiguió plantarse en la final pero no pudo ganarlo, otra vez perdiendo ante Novak.

Andy Murray posando con el trofeo del Masters 1000 de París-Bercy. Foto: zimbio
Andy Murray posando con el trofeo del Masters 1000 de París-Bercy. Foto: zimbio

A partir del ecuador de 2016 Andy encontró sus mejores sensaciones y empezó a arrollar a sus rivales, perdiendo tan solo en dos encuentros, en Cincinnati y el US Open. Consiguió ganar Queen's, Wimbledon, Río 2016, Pekín, Shangai, Viena y finalmente París, que le situó en el lugar más alto del ranking, donde solo los más privilegiados han conseguido llegar.

Después de ganar en París comentó que era fantastico llegar al número 1 y que desea jugar de la mejor manera en Londres, para aguantar al máximo esta condición. Por lo tanto, a partir de ahora, deberá volver a superarse a si mismo y lograr un buen resultado en la Copa de Maestros, título que jamás ha conseguido ganar ni ser finalista y en el que en 2015 no pasó de la fase de grupos. 

No lo tendrá nada fácil, ya que el grupo en el que ha sido encuadrado es el más complicado a priori, donde está con Kei Nishikori, Stan Wawrinka y Marin Cilic. 

Ha conseguido brillar en una época en que nadie ha discutido al Big Three, Federer, Nadal y Djokovic. Sobreviviendo a las más arduas críticas que decían que no lo lograría jamás y aguantando la presión de un Reino Unido que deseaba tener a una gran figura en el tenis mundial.

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