El trabajo bien hecho tiene su recompensa y así ocurre en el caso de Conchita Martínez. La otrora ganadora de Wimbledon acudió en uno de los momentos más complicados en los últimos tiempos del tenis español, tras la desconexión entre Federación y jugadores con la elección de Gala León como capitana del equipo de Copa Davis, y el descenso del equipo nacional. 

Tanto las chicas como los chicos estaban en la segunda división del tenis mundial, y con profundos problemas estructurales en los que la falta de comunicación fluida con los jugadores era flagrante. Conchita no tuvo miedo de asumir el cargo y se puso a trabajar duro desde el principio, sin alardes ni estridencias, manteniendo un perfil bajo en todo momento y desmultiplicándose por ver a jugadores y jugadoras nacionales por todo el mundo.

Arantxa Parra será la coordinadora de ambos equipos, erigiéndose en la mano derecha de Conchita

Haciendo gala de una gran inteligencia emocional, la aragonesa logró que las aguas volvieran a su cauce, hizo ver a los jugadores lo mucho que se les necesitaba y el papel importante que tendrían en el devenir del tenis nacional y supo motivarles para que se pusieran el mono de trabajo. Lo hizo, dando como resultado el ascenso tanto del equipo de Copa Federación como del de Copa Davis.

La selección española masculina debutará en su regreso al Grupo Mundial de Copa Davis del 3 al 5 de febrero de 2017 visitando a Croacia, que este fin de semana disputa la final contra Argentina también como local. Una semana más tarde, la selección femenina jugará el 11 y 12 de febrero en la República Checa, ante la campeona este año y en cinco de las últimas seis ediciones. Serán difíciles ambas eliminatorias pero si alguien puede encabezar este proyecto, ésa es Conchita Martínez.