Argentina, tras caer derrotada en cuatro finales, es campeona de la Copa Davis, completando una última jornada histórica. La remontada se fraguó en el primer partido de la tarde, con la agónica victoria de Juan Martín Del Potro en cinco sets, y la culminó Federico Delbonis en uno de los mejores partidos de su carrera.

Delbonis se deshizo de Ivo Karlovic  por 6-3, 6-4 y 6-2 dando un auténtico recital de tenis, sobre todo en la faceta del resto, donde se mostró intratable ante uno de los mejores sacadores del circuito. El croata apostaba por su característico juego de servicio y volea, mientras que el zurdo argentino tenía su consistencia como gran baza.

Delbonis conectaba restos a los pies de Karlovic con facilidadEl primer parcial comenzó a ritmo de servicios, pero la sensación sobre la cancha era que el argentino estaba mucho más asentado. Conectaba restos a los pies de Karlovic con relativa facilidad, lo que le permitía arrebatarle la iniciativa y buscar passings cómodos. Finalmente, en el sexto jugo se produjo lo que se intuía desde las gradas. Delbonis completó un juego fantástico al resto, devolviendo servicios a los pies del croata, y logró la ansiada rotura. No le tembló el pulso al argentino, que sirvió a un gran nivel aprovechando sus efectos de zurdo para cerrar el set por 6-3.

Karlovic no se rindió y logró rehacerse en el segundo parcial, mostrándose más seguro en sus juegos de servicio y comenzando a amenazar al argentino al resto. Tanto era así, que dispuso de una opción de break en el sexto juego, pero Delbonis la neutralizó. Por fin, con 4-4 en el marcador, el argentino logró conectar un globo de revés sencillamente espectacular, que levantó a su grada y lo espoleó para concentrarse al máximo y lograr una nueva rotura. Una vez más, el zurdo no se puso nervioso a la hora de cerrar el parcial y estableció el 6-4 en el marcador. Karlovic estaba contra las cuerdas.

El argentino no bajó el nivel en ningún momento

La afición croata se volcaba con el gigante, sabedora de que en Copa Davis puede suceder cualquier cosa –como había demostrado Del Potro horas antes-, pero Karlovic no lograba amenazar el servicio de un Delbonis desatado. En la tercera manga, el argentino siguió sin bajar la guardia ni un momento, aprovechando la mínima ocasión para hacer daño a su rival y sacando partido de las dudas de Karlovic.

Así, en el tercer juego, volvió a encontrar passings gracias a sus golpes cruzados de ángulo corto y a desquiciar a Karlovic, logrando un break que dejaba el partido visto para sentencia.

Si Karlovic no se rindió en ningún momento del encuentro, Delbonis no bajó el nivel, dando una lección de cómo se debe jugar un partido ante un sacador como el croata. En un séptimo juego largo y disputado, el argentino puso la puntilla logrando un segundo break que desató la locura en la sección de la grada coloreada de blanco y azul. Delbonis miró a los seguidores de su país largo y tendido, concienciándose de lo que estaba a punto de conseguir y de por quién estaba luchando. En la segunda bola de partido, Delbonis ganó por 6-3, 6-4 y 6-2, Argentina hizo historia y se reconcilió con la historia del tenis y la Copa Davis, una competición con la que tenían una deuda pendiente.

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