Esta ha sido la temporada en la que hemos visto de lo que es capaz Pouille, un tenista que a comienzos de temporada era desconosido por muchos, pero conforme iba avanzando la temporada y sus victorias iban siendo cada vez más sonadas ante jugadores con mejor ranking, y los aficionados iban viendo a un diamante en bruto con talento, técnica y capacidad para estar entre los más grandes.

Estilo de juego característico

Se caracteriza sin duda por ser un jugador de golpes de fondo, con golpes muy sólidos, si cabe destacar uno sería el revés a dos manos, con los que va cmbiando de direcciones y de velocidades a la pelota. En cuanto al saque no es su mejor arma, pero sabe cómo utilizarlo variando constantemente direcciones y efectos para ser lo más impredecible posible, esta variedad a la hora de sacar, le ha permitido ganar el 74% de puntos con el primer saque y llegando al 51% con los puntos ganados con el segundo servicio.

Si bien es verdad que los puntos suelen ser largos, Pouille en cuanto se le presenta la oportunidad, cambia la velocidad de la pelota y suelta un latigazo, para situarse por dentro de la línea de fondo, en muchas ocasiones inalcanzable para el oponente. 

Un inicio de año no muy bueno

El comienzo de la temporada fue de todo menos satisfactorio para el nacido en Grande Synthe, que no pasaba de la primera ronda en el Australian Open y las actuaciones en los demás torneos no eran del todo satisfactorias, ya que el resultado más lejano eran las primeras rondas por lo que los tenistas a los que se efrentaba, no tardaban mucho tiempo en despacharle y era un partido trámite más que otra cosa.

La tierra batida, la hierba y primera final

Con la llegada de la temporada del polvo de ladrillo, llegó el comienzo de la explosión del francés que se sentía como pez en el agua. Fruto de este buen momento por el que pasó fue poder llegar a la final del ATP 250 de Bucharest en la que perdió frente al madrileño Fernando Verdasco. A continuació llegaba el Masters 1000 de Roma, donde soprendió a más de uno alcanzando las semifinales del torneo celebrado en la ciudad eterna, donde coenzaba a dar destellos de su inmensa calidad. Esas buenas sensaciones pareció que se diluyeron en el torneo de tierra batida por excelencia, Roland Garros, donde no pasó de la segunda ronda. 

Tras la tierra batida, como todos sabemos, viene la temporada de hierba donde los tenistas exhiben sus mejores galas en el tercer Grand Slam del año, Wimbledon, donde consigue alcanzar los cuartos de final y prosigue su más que visible mejora en el juego por lo que su escalada en los puestos del ranking ATP no era fruto de una casualidad.

Lucas Pouille derrota a Nadal de el US Open. Foto: Movie TV Tech Geeks

Su mejor versión al final de temporada

Tras las pequeñas vaciones, Pouille hizo la correspondiente gira americana, donde parecía que todo lo que había progresado se había hechado a perder, ya que los mejores resultados fueron primera y Se convirtió en el primer francés en ganar a Nadal en cinco setssegundas rondas. Pero pronto llegaría el US Open y con ello el mejor partido de su carrera en el que derrotaría a Nadal en cinco sets con un resultado de 6-1, 2-6, 6-4, 3-6 y 7-6 en un partido con un gran derroche físico en la pista de Flashing Medows, levantando al público de sus asientos del recital de tenis que dio. En la siguiente ronda le eliminarían, pero ya se había hecho un nombre y había llegado al top 20, del que no saldría en lo que queda de temporada. Este gran resultado se tradujo en una gran confianza en sí mismo y en su juego. Posteriormente llegaría la temporada de pistas cubiertas en la que lograría su primer título como profesional en el ATP 250 de la ciudad de Metz (Francia) en la que derrotaría a Dominic Thiem con un resultado final de 7-6 y 6-1. Dicho resultado le hizo escalar hasta la posición número quince del mundo.

El esfuerzo tiene su recompensa

Con su gran final de temporada, su esfuerzo se vio recompensado con que el equipo de la Copa Davis de Francia capitaneado por Yannick Noah le llamó para enfrentarse a la República Checa. Tuvo un papel importante en la eliminatoria ya que derrotó a Jiri Vesly en tres sets sin muchas dificultades.

El joven francés tiene un gran futuro por delante y si mantiene el nivel del final de temporada, puede llegar perfectamente al 'top ten', pero tiene que mejorar ciertos aspectos, como el arriesgar en situaciones que a veces son innecesarias, algunas veces conecta un gran golpe, pero en la mayoría de ocasiones el golpe se estrella en la red. También tiene que aprender a gestionar mejor las ventajas, porque parece que cuando está muy por delante en el marcador se relaja y alguna vez le puede suponer más de un digusto en los partidos.