Garbiñe Muguruza ha conseguido ganar el título más deseado para una tenista. Ha alzado el primer Grand Slam de su carrera deportiva. Y no fue en cualquier sitio, Roland Garros vio como exhibía su gran poderío en la pista, ganando a la numero uno en esos momentos, Serena Williams. Evidente es que ganar el primer Grand Slam de su carrera es un gran logro y que no se puede catalogar la temporada como decepción.

Sin embargo, la tenista empezó la temporada como numero tres del ranking WTA y se esperaba que durante el 2016 pudiese acechar el numero uno de Serena Williams. Nada más lejos de la realidad. Muguruza ha cerrado el año como séptima mejor raqueta del circuito mundial.

Flojo inicio

En su quinta temporada como profesional, la joven tenista no empezó de la mejor manera la temporada. El primer gran torneo de la temporada, el Open de Australia, no tuvo el mejor resultado que esperaba la española. Que tras terminar 2015 en una gran forma, veía como la numero 48 del mundo la apeaba en tercera ronda del Grand Slam. El inicio no había sido el mejor. En Dubai e Indian Wells, fue eliminada en primera ronda. En Doha llegó hasta cuartos y en Miami hasta los octavos. Alternaba actuaciones malas con otras de mejores. Sin embargo, no daba con la tecla para mejorar su rendimiento.

En este inicio de año, la selección española jugó dos eliminatorias para volver al grupo mundial de la copa Federación. El papel de Muguruza fue clave ara que las españolas pudieran derrotar a Serbia en primera ronda y a Italia en segunda. Garbiñe jugó en cuatro encuentros. Llevándose los cuatro partidos con gran autoridad ante rivales de la entidad de Vinci o Jankovic.

En abril, el juego de Garbiñe seguía la misma dinámica, una de cal y otro de arena. En Stuttgart consiguió llegar hasta los cuartos de final, pero en el Masters 1000 de Madrid, Garbiñe cayó en segunda ronda. Lo mejor debía llegar y su mejor punto de forma se produjo en el mes de mayo. 

Tocó el cielo

La última cita antes de Roland Garros era el Masters 1000 de Roma. Y allí comenzó a demostrar su valía. Garbiñe se desató en la pista y consiguió a las semifinales del torneo.

Llegaba a Roland Garros con buenas sensaciones y no defraudó. Después de superar la primera ronda de forma dubitativa, encadenó cinco victorias incontestables, colándose en la gran final de un Grand Slam. Era su segunda final en un Grande y su rival era la misma, la pequeña de las hermanas Williams, Serena. En la anterior cedió, pero Muguruza sabía que tenía la oportunidad. No concedió ni un palmo de terreno y paso por encima de Serena. Garbiñe tocó el cielo en París.

La propia jugadora valoró este final de año, que fue un logro que le marcó mucho: "Ganar el torneo de Roland Garros me ha marcado muchísimo desde el día en el que lo logré, y todavía esa sensación ha persistido hasta el final del año y también creo que me va a marcar para todo lo que me quede mi carrera. Fue lo más parecido a un sueño hecho realidad" .

No ha conseguido mantener el nivel

El logrogrande de su vida hasta el momento fue un espejísmo en este mismo año. La hispano venezolana no ha vuelto a tener una gran actuación en la temporada. En los Juegos Olímpicos cayó en tercera ronda ante la que posteriormente fuese la campeona, la costarricense, Monica Puig. En el Masters 1000 de Cincinnati parecía que volvía a su mejor forma. Cayó en semifinales ante Pliskova tras pasar las anteriores rondas con gran solvencia.

En el US Open no pareció mostrar mejoría alguna. En el debut, sufrió mucho más de la cuenta para poder vencer a la belga Mertens, numero 137 del mundo. Las sensaciones no eran las mejores y en segunda ronda cayó ante Sevastova.  El panorama no parecía mejorar. Y la gira asiática no deparó grandes encuentros a una jugadora que se mostraba muy irregular en un mismo partido. En Tokyo llegó hasta cuartos, en Wuhan fue eliminada en segunda ronda, en Pequín llegó a octavos y finalmente en Linz cayó en cuartos ante Golubic. El juego de la hispano venezolana sufría constantes desconexiones que no le permitían tener continuidad.

Finalmente, en la Copa de Maestros, Garbiñe demostró que puede competir contra cualquier rival, pero que debe tener continuidad. En el primer encuentro, ante Pliskova, cuando todo parecía pérdido, reaccionó y consiguió remontar el partido, poniendo el 2-5 en el tercer set, pero otra bajada, dejó que la checa se llevara la victoria. En el segundo encuentro, Radwanska era la rival. Un primer set muy igualado, cayó del lado de la polaca. Una losa para Garbiñe, que se dejó ir y quedó eliminada. En un tercer encuentro sin nada en juego, Muguruza consiguió ganar a Kuzntesova. 

Ella misma contestó hace poco el tema de la regularidad: “Hay gente que la encuentra y gente que no, unos que la tienen y otros que no. A ver, yo cada vez que entro en la pista intento jugar lo que mejor que puedo. No sé si eso es la regularidad o no… Pero, ¿qué es mejor? ¿Ganar un gran torneo al año o llegar en todos hasta los cuartos? Yo intento ganar y si no gano, no gano. Yo lo intento y doy lo máximo, pero no puedo estar pensando todo el rato en esas palabras: regularidad, constancia, etc". Ella misma reconoce que no le preocupa la palabra regularidad, y asegura que siempre da lo máximo de si misma. Un traspié lo puede tener todo el mundo. Y levantarse es lo que hace a los mejores llegar a grandes recompensas.

Es evidente que ganar Roland Garros es un logro que muchas tenistas querrían tener en su palmarés. No obstante, Muguruza debe conseguir solventar los partidos de mejor manera. Seguro que en 2017 la jugadora hispano venezolana conseguirá muchos más logros y conseguirá incrementar su gran palmarés.