Saltaba Milos Raonic a la Margaret Court Arena (segunda pista en importancia en el complejo de Melbourne Park) pasadas las tres de la madrugada (hora española). El público quería ver en acción al tercer mejor jugador del planeta en la actualidad, ya que venía de demostrar un gran estado de forma en el torneo de Brisbane, donde a pesar de que no pudo repetir título, se permitió el "lujo" de vencer a Nadal.

Al otro lado de la pista se encontraba Dustin Brown. El alemán se hizo famoso por vencer al propio Nadal en el Wimbledon de hace dos años, pero es mucho más que eso. Es un jugador que tiene grandes golpes y capaz de hacer auténticas barbaridades sobre una pista de tenis. Siempre parece que no se toma muy en serio su trabajo, pero nunca te puedes fiar de él, porque cuando tiene el dia puede resultar muy difícil de vencer.

Raonic no sufrió en ninguno de los sets

El partido comenzó con ambos jugadores manteniéndose firmes al servicio. Brown sufría más de la cuenta para ganar su servicio en algunos momentos, pero conseguía aguantar el pulso al canadiense y todavía se veía con opciones para hacerse con el set. Sin embargo, Raonic no iba a permitir que el partido se alargará mas de la cuenta, y con una rotura cuando la raqueta pesa más, se llevó la primera manga.

Raonic demostró estar en una gran forma.En la segunda manga, el encuentro no varió el guión. Raonic seguía muy firme al servicio, con porcentajes muy altos tanto con el primero como con el segundo saque. El juego variado que mezcla alturas con golpes planos de Brown no le hacía apenas daño a un tenista que casi llega a los dos metros de altura, ya que estas bolas las puede coger a una altura aceptable para él. Cuando se disponía a sentenciar la manga, el canadiense tuvo que afrontar su primera bola de "break" en contra, pero no tuvo problemas para salvarla y ganar el segundo set.

En el tercer set, las cosas empezaron torcidas para Brown desde el principio. El alemán de ascendencia jamaicana parecía haberse ido del partido y Raonic rompía a las primeras de cambio. En el segundo juego de la manga, Brown tuvo dos de las tres pelotas de rotura de las que dispuso durante el encuentro, pero una vez más no pudo aprovecharlas y el canadiense navegó tranquilo hacía la segunda ronda, donde se verá las caras con Gilles Muller, un jugador muy peligroso con el que tendrá que tener mucho cuidado.