A sus veintitrés años y estando en el número ocho del ránking ATP, Dominic Thiem es una de las jóvenes promesas que vienen isando fuerte para suceder a los Djokovic, Federer, Nadal y compañía, pero de ilusiones no se vive, sino que hay que demostrar el nivel que se tiene sobre la pista, y para ello, después de caer en cuartos de final del ATP 250 de Brisbane y del Apia International Sidney, se presentaba en el primer Grand Slam del curso, el Open de Australia, donde se tenía que batir en duelo en la primera ronda con el alemán Jan-Lennard Struff, número 58 del ránking ATP que llegaba a Melbourne después de caer en la primera ronda del Qatar ExxonMobil Open y llegar a la final del Challenguer de Camberra. El duelo estaba servido en el último turno de la pista número tres, poniendo así el broche de oro a la segunda jornada del Open de Australia.

Struff hace saltar la banca

Los comienzos en un torneo tan importante como el Open de Australia nunca son fáciles, los nervios están a flor de piel y dar lo mejor de sí mismo después de un sinfín de entrenamientos en suelo australiano es tarea difícil, por lo que Thiem comparecía sobre la pista número tres con decisión, asumiendo su papel de favorito, pero sin causar peligro con sus golpes en el juego tranquilo desde fondo de pista que ejercía Struff. Como no podía ser de otra manera, ambos tenistas se tanteaban buscando no dar un paso en falso, lo cual provocaba que los cinco primeros juegos del encuentro cayeran del lado de cada tenista, manteniendo su servicio hasta que en el sexto juego Dominic sacaba hacia delante su saque, poniendo a continuación contra las cuerdas a Jan-Lennard.

El alemán cedía dos bolas de break a su contrincante, aprovechando el tenista austriaco para quebrar e irse hasta el 4-3, donde nada podría hacer para consolidar la rotura obtenida, dado que Struff no se venía abajo, seguía peleando y lograba el contrabreak que igualaba la contienda a cuatro juegos. Pero ni mucho menos quedaría ahí la reacción de Jan-Lennard, ya que un nuevo quiebre llevaba en volandas al alemán hasta el 4-6 con el que contra todo pronóstico conseguía llevarse el primer parcial.

Thiem no se viene abajo y consigue poco a poco recortar distancias en el marcador

La madurez se gana con el paso de los años, con el paso de los torneos y con la facilidad de adaptación a las situaciones que tenga cada tenista, y sin duda Thiem tenía ante sí una dura prueba de roer en la primera ronda del torneo australiano, dado que Struff, con un set por delante era muy peligroso. La igualdad sería la tónica que marcaría los primeros compases del segundo asalto, donde ninguno de los dos contendientes al triunfo cedía terreno a su rival, llegando así hasta el 4-4, la zona caliente de la segunda manga y en la cual Dominic y Jan-Lennard se jugarían sus aspiraciones en el parcial. El noveno juego sin duda alguna sería eterno, con un sinfín de oportunidades de cerrarlo Struff, pero quien perdona lo termina pagando, y en su segunda tentativa de quiebre el austriaco no haría prisioneros, rompiendo el servicio de su rival para irse hasta el 5-4, donde sería capaz de cerrar el segundo acto por 6-4, igualando por tanto el partido a un set para cada tenista.

Lo visto en el segundo parcial no sería más que una repetición de lo que a la postre ocurriría durante la tercera manga, y es que tanto Thiem como Struff se batían en duelo desde el fondo de la pista, sin ceder terreno y sobre todo sin ceder ni un quiebre a su contrincante. Pero este último aspecto volvería a cambiar en el maldito juego nueve para Jan-Lennard, y es que tras llegar con cuatro iguales al momento más importante de la manga, la presión caía una vez más sobre la raqueta del tenista alemán, que no conseguía sacar hacia delante el juego, entregando un quiebre a Dominic que le catapultaba hasta el 5-4, quedando por tanto a tan solo un juego de poder ponerse por delante en el partido. Thiem tiraría de galones para conseguir llevarse la manga por 6-4, teniendo por delante en el cuarto parcial la oportunidad de llevarse el partido.

Thiem da la vuelta al partido con clase

Si bien en los dos últimos parciales Thiem tuvo que saber sufrir hasta los compases finales para dar la estocada a un correoso Struff, en el cuarto y a la postre último parcial, todo sería diferente, dado que a las primeras de cambio el tenista austriaco conseguía quebrar el servicio de su rival para llegar hasta el 3-1. A pesar de su juventud, Dominic controlaría a las mil maravillas el partido sin ceder espacio a su contrincante, lo cual le hacía llegar hasta el 5-3 con comodidad, disponiendo del resto para cerrar el encuentro, algo que no podía impedir Jan-Lennard al claudicar con su servicio frente al poderío del austriaco, que se llevaba el cuarto set por 6-3, firmando su billete a la segunda ronda del Open de Australia por 4-6, 6-4, 6-4 y 6-3 después de dos horas y cincuenta y cuatro minutos de partido. El siguiente cruce de Dominic Thiem en Melbourne será frente al australiano Jordan Thompson, que previamente se impuso al portugués Joao Sousa por 6-7 (2), 4-6, 6-3, 6-2 y 6-1.