Después de que la pasada temporada concluyera llena de luces y sombras, Carla Suárez no ha tenido ni mucho menos una pretemporada fácil, todo por culpa de unas molestias en el hombro derecho que no la permiten jugar con total libertad, y las cuales no le dejaron sacar durante los entrenamientos, algo que a la postre le obligó a darse de baja de los torneos de Brisbane y Sydney, pero que no impidió a la décima cabeza de serie del Open de Australia estar en Melbourne, derrotando a las primeras de cambio a la eslovaca Jana Cepelova por 6-2 y 6-2 para acceder a la segunda ronda del torneo australiano, donde se tenía que batir en duelo con la rumana Sorana Cirstea, quien en primera ronda había sido capaz de derrotar a la rusa Irina Khromacheva por 6-2 y 6-1.

La muerte súbita sonríe a Cirstea

Tras un gran partido en la primera ronda, sorprendiendo a todos con su gran juego, Carla asumía que el hombro le daba problemas, por lo que tendría que seguir haciendo lo máximo posible en cuantos menos golpes mejor, tarea cuanto menos complicada sobre todo en un Grand Slam del nivel del Open de Australia. Pero a pesar de todo la canaria no se arrugaría, quebrando de inicio el saque de Cirstea para irse hasta el 0-2. La renta con la que contaría la española no sería más que un mero trámite de recortar para Sorana, que no se dejaba ir y dos juegos después ya había sumado un quiebre a su casillero e igualado por tanto la primera manga a dos juegos.

De ahí en adelante los juegos irían pasando con más pena que gloria, puesto que tanto Cirstea como Suárez solventaban sus juegos para llegar hasta el 5-5 sin dificultades. La zona calienta del parcial sería sacada hacia delante tanto por la rumana como por la española, llegando por tanto al 6-6 con todo por decidir. La muerte súbita sería un paseo triunfal para Sorana, que daría una lección de juego llevándose el tie break por 7-1, lo cual le hacía merecedora de subir el primer acto de a su casillero por 7-6 (1), cobrando una importante ventaja que administrar en las mangas restantes.

Carla termina sucumbiendo ante el poderío de golpes de Cirstea

Nada cambiaría tras un pequeño descanso en el que aclarar ideas por parte de ambas contendientes al triunfo era vital, transformando los pensamientos en buen juego sobre la pista y en un duelo fraticida que llegaba hasta el 2-2 sin problemas. Ahí terminaría Carla sus opciones de acceder a la siguiente ronda del torneo australiano, y es que Cirstea subía su nivel al resto, enlazando ni más ni menos que tres juegos de forma consecutiva, con una rotura de por medio, que llevaban a la rumana a colocarse con 5-2 a favor, a tan solo un juego de llevarse el choque. Carla conseguiría alargar el encuentro un juego más, pero con su servicio Sorana no perdonaría a su contrincante, llevando el segundo parcial a su casillero por 6-3.