Las principales favoritas siguen con paso firme en Melbourne. La jugadora más en forma del momento, la británica Johanna Konta, fue la encargada de abrir la jornada en la Rod Laver Arena ante la japonesa Naomi Osaka, prometedora tenista de tan sólo 19 años pero que acabó sucumbiendo ante la novena cabeza de serie en dos sets. Osaka aguantó el tipo durante los primeros compases del partido, concretamente hasta el 4-4 del primer set. En ese momento, Konta puso una marcha más y se hizo con el primer parcial tras conseguir su primera rotura de saque en el noveno juego

Konta demostró nuevamente su fiabilidad con el primer servicio: 89% de puntos ganados, 33 de 37, y nueve saques directosEl segundo set fue más sencillo para la británica, que con dos breaks más, en el tercer y en el séptimo juego, cerró el partido por 6-2 tras una hora y diez minutos de juego. La jugadora de origen australiano, que realizó 22 golpes ganadores por 14 errores no forzados, tendrá una dura prueba de fuego en la siguiente ronda, puesto que su rival será la ex número uno del mundo, Caroline Wozniacki. La danesa, que parte como la cabeza de serie número 17 del cuadro, superó fácilmente a la croata Donna Vekic por 6-1 y 6-3. Será sin duda uno de los choques más interesantes de la tercera ronda.

Cibulkova y Bacsinszky pasan pero no sin problemas

Más complicado lo tuvo la eslovaca Dominika Cibulkova. La sexta favorita tuvo que emplearse a fondo para derrotar a la tenista de Taiwán Su-Wei Hsieh, 86 posiciones por detrás de su rival en el ránking WTA, pero que tuvo contra las cuerdas a la vigente campeona del torneo de Maestras de Singapur, especialmente en el segundo set. Cibulkova sufrió mucho con su servicio durante el primer parcial. La eslovaca comenzó 2-1 abajo, para luego sumar tres juegos consecutivos y adelantarse 4-2. Hsieh logró recuperar terreno y empatar a cuatro juegos pero finalmente la eslovaca apretó para cerrar el primer set al resto por 6-4. 

Parecía que ya había pasado lo peor para la tenista de Bratislava, máxime cuando gozó del servicio (5-3) para cerrar el partido en el segundo set. Pero en el momento de cerrar, Cibulkova se puso muy tensa y desperdició dos bolas de partido con 40-15 para terminar cediendo su servicio. La eslovaca volvió a perdonar otros dos match points en el tiebreak, tanto con 6-5 como con 7-6, e incluso tuvo que hacer frente a una bola de set con 7-8 en contra. La sexta favorita salvó la situación con una gran volea ganadora y aprovechó, esta vez sí, su quinta bola de partido para finiquitar el choque (10-8) y sellar su billete a la tercera ronda del Open de Australia. En dicha ronda la eslovaca se verá las caras con la rusa Ekaterina Makarova, trigésima cabeza de serie, que se benefició de la retirada de su rival, la italiana Sara Errani, en su partido de segunda ronda. 

No vimos la versión más solvente de Cibulkova: 28 golpes ganadores por 29 errores no forzadosOtra que jugó con fuego y estuvo cerca de quemarse fue la suiza Timea Bacsinszky. La tenista de Lausana venció en dos sets muy diferentes a la montenegrina Danka Kovinic, número 68 del mundo. El primer set fue un paseo para la duodécima cabeza de serie, que rompió tres veces el servicio de su rival para apuntarse el primer parcial por un contundente 6-1

Las dudas aparecieron en la raqueta de la suiza durante el segundo set. Un set en el que estuvo break abajo en dos ocasiones, con 4-3 y 6-5. En esta última, Kovinic tuvo el servicio para llevar el choque al tercer set. La montenegrina desperdició una bola de set con 40-30 y acabó cediendo su servicio. Pero ahí no finalizaron los problemas para Bacsinszky ya que en el desempate tuvo que volver a remontar, esta vez un 4-1 en contra con dos minibreaks para Kovinic. Sin embargo, la montenegrina volvió a mostrarse frágil en los momentos decisivos permitiendo la remontada de Bacsinszky, que finalmente se hizo con el segundo set y el partido al vencer por 7-5 en la muerte súbita. La suiza luchará por un puesto en octavos de final ante la jugadora local Daria Gavrilova, una de las dos tenistas australianas, la otra es Ashleigh Barty,  que todavía quedan vivas en  Melbourne