Después de caer en los cuartos de final del WTA de Shenzhen y sucumbir días después en la gran final del WTA de Sidney contra Johanna Konta, la polaca Agnieszka Radwanska llegaba con buenas sensaciones al primer Grand Slam de la temporada, el Open de Australia, cita en la que en la primera ronda conseguía vencer con sufrimiento a la búlgara Tsvetlana Pironkova por 6-1, 4-6 y 6-1. En la segunda ronda del torneo australiano la polaca se veía las caras con la croata Mirjana Lucic-Baroni, que previamente se había deshecho con una fabulosa remontada de la china Qiang Wang por 4-6, 6-3 y 6-4. El duelo estaba servido en la pista Margaret Court Arena, donde las espadas estaban en todo lo alto y la prueba era de fuego para la tercera cabeza de serie del torneo australiano, quien buscaría mantener la inercia de victorias mostrada por las dos máximas favoritas al torneo, Angelique Kerber y Serena Williams.

Lucic-Baroni no da opciones a una favorita

A pesar de no ser la favorita al triunfo, compareciendo en pista como una gran tapada a realizar grandes cosas, Lucic-Baroni quería demostrar desde el primer momento que no iba a poner las cosas fáciles a Radwanska, que en el primer juego del partido se veía obligado a claudicar ante el poder de golpes de su contrincante, que colocaba el 1-0 a su favor en el electrónico. Pero Agnieszka ni mucho menos se vendría abajo, impidiendo que Mirjana consolidara la rotura, viendo la croata como su rival igualaba el partido a un juego tras obtener el contrabreak, el cual no sería más que un mero punto, dado que Lucic-Baroni continuaba creando peligro al resto y siendo capaz de quebrar el servicio de Radwanska por segunda ocasión.

La croata en esta ocasión sí certificaba la rotura con su saque y cogía carrerilla hasta el 3-1. De ahí en adelante la calma tensa estaría sobre la pista, siendo capaz la tenista croata de mantener su ventaja hasta llegar al 5-3, donde al resto tenía la oportunidad de cerrar el parcial, y tras un juego que parecía no terminar nunca, Radwanska entregaba un break a su rival que le daba la primera manga por 6-3.

Radwanska no encuentra en ningún momento su juega y termina viéndose obligada a hacer las maletas

La sorpresa estaba saltando sin duda alguna en la pista Margaret Court Arena, la cabeza de serie número tres del torneo estaba contra las cuerdas y no parecía poder reaccionar ante las embestidas de su contrincante. Parecía despertar a las primeras de cambio Radwanska, quien rompía el servicio de su rival para consolidar a continuación el break e ir hacia el 0-2, derrochando ilusión para los aficionados que poblaban las gradas y sin duda querían ver un gran partido sobre la pista.

Todo parecía mejorar, los golpes le entraban a la polaca, pero no sería más que un mero espejismo, y es que Lucic-Baroni no se dejaría ir, estaría en todo momento concentrada para enlazar ni más ni menos que la friolera de seis juegos de forma consecutiva, con tres roturas de por medio que le entregaban a la croata el segundo acto por 6-2, y por ende, después de tan solo una hora y dos minutos de partido, Agnieskza Radwanska claudicaba en la segunda ronda del Open de Australia por 6-3 y 6-2. En la tercera ronda, Mirjana Lucic-Baroni se verás las caras con la griega María Sakkari.