Los primeros partidos en un Grand Slam son siempre importantes. Resulta vital jugar con decisión y seguridad en sí mismo, sin titubeos. Nadal comenzó el camino que podría llevarle de nuevo a la gloria, de la mejor manera posible. Victoria en tres sets ante un voluntarioso pero manso Baghdatis, que le dan confianza y le sitúan en tercera ronda con rodaje y apenas desgaste físico. 

Nadal calienta motores en suelo australiano

El saque del manacorí no fluyó como ha de hacerlo en un Grand Slam, y aún más en el Open de Australia. El español estuvo muy vivo de piernas y dominó el encuentro en todo momento, pero la poca velocidad que cogía sus saques y tan solo un 61% de primeros saques, lastraron su confianza y la mordiente de su juego.

Aún y así, Nadal jugó agresivo. Prueba de ello son las 14 subidas a la red que realizó, ganando el punto en todas salvo en tres ocasiones, lo que muestra a las claras como el manacorí adapta su juego a la pista rapida y comienza a coger ese estado de forma que ilusionó a todos los aficionados del tenis mundial.

Marcos Baghdatis dio la cara pero tenía un límite claro; el del talento, aunque ya la veteranía le pasó factura. El chipriota es un jugador que no ostenta golpes carismáticos que puedan inquietar, desplegando un tenis polivalente y regular, que sufre mucho ante jugadores sólidos como Nadal. El que fuese semifinalista de este mismo torneo en 2006 no tiene en la pista dura su superficie favorita, y se le vio con algunos problemas a la hora de desplazarse. Sus golpes excesivamente liftados, permitieron a Nadal tomar la iniciativa con recurrencia desde el fondo de la pista.

Nadal desquició a Baghdatis en todo momento

El partido comenzó con Marcos Baghdatis volcado sobre la pista de su rival y pegándole con violencia a la pelota. El chipriota encaraba las continuas defensas de Nadal sin miedo, empleando a fondo tanto su derecha plana como su bonito revés liftado. Sin embargo, el primero en asestar un golpe significativo al marcador no era otro que el manacorí. Nadal aprovechaba los numerosos errores de Baghdatis , provocados por su latente agresividad, e irrumpía con solvencia en el servicio de su rival, colocándose con dos roturas de ventaja y con un 5-1 a su favor. Sin embargo, el tenista balear bajó un poco el nivel y le dio alas a su rival que se acercó tímidamente en el marcador hasta el 6-3 con el que cerró Rafa el set.

El segundo parcial no tuvo color alguno. El tenista español jugó su mejor tenis para desquiciar al bueno de Marcos en todo momento. Con dos tres roturas, el número nueve del mundo consiguió llevarse el segundo set por 6-1 en algo menos de 23 minutos.

El tercer set arrancó con un Baghdatis que, si bien no se entregó completamente, tampoco creía demasiado en su victoria y en remontarle dos sets a cero a Nadal. En el tercer juego el español ya consiguió la rotura, pero lejos de conformarse con eso siguió jugando muy sólido con su saque y dando una auténtica lección de buen tenis para cerrar el partido con un parcial idéntico al primero (6-3), y confirmar su presencia en la tercera ronda del primer Grand Slam de la temporada.

Su rival en tercera ronda será el alemán Alexander Zverev, un tenista llamado a liderar la generación futura de nuestro tenis, y que será un duro hueso para el tenista español.