Su objetivo es muy complicado de lograr, y es que revalidar la corona conseguida el pasado año en estas mismas instalaciones, es algo muy complicado, pero si alguien puede hacerlo, esa es Angelique Kerber, la número uno del mundo, que al fin, en su partido de tercera ronda, encontró la comodidad en un partido imponiendo su ley desde el principio del choque.

Para algún despistado o alguien que aún no estuviese metido de lleno en el deporte de la raqueta, podría haber confundido el enfrentamiento, y es que un Kerber - Pliskova en tercera ronda de un Grand Slam, es demasiado pronto de ver cuando hace menos de un año se vieron las caras en las semifinales del US Open.

Sin embargo, no hay que confundir nombres, y es que Kerber se enfrentó a Kristyna, la hermana zurda. En la batalla entre zurdas, la tenista de Bremen aseguró su presencia en la siguiente ronda tras doblegar a la hermana 'no tatuada', una manera para poder distinguir a las dos gemelas, realizando su tenis propio y mandando desde el principio.

Angelique Kerber, en octavos de Australia | Foto: Australian Open

Kerber al fin se encuentra con la placidez

Kerber se colocó rápidamente con el marcador de 5-0 después de tan sólo 17 minutos de duración. Kerber se adueñó del primer set cuando Pliskova mandaba un nuevo golpe en la red. Kerber, haciendo todo perfecto, y en el segundo set no sufrió tantos altibajos, como bien le paso en las dos rondas anteriores.

La número uno del mundo del circuito femenino sufrió una rotura del servicio inmediatemente después de que la alemana hiciera lo mismo en el saque de Pliskova. Sin embargo, Kerber no dio lugar a atisbos de remontada por parte de la checa y siguió brillando bajo la Rod Laver Arena. Una nueva rotura la colocó con servicio propio para vencer el partido y en su primera oportunidad se aprovechó de un error de Kristyna Pliskova para llevarse el partido por 6-0 y 6-4 y acceder a los octavos de final donde se enfrentará a la estadoundense CoCo Vandeweghe.