Tremendo. Monstruoso. Terrible. Formidable. Gigantesco. No hay palabras para lo visto durante la noche australiana en el día de hoy. Nadal y Dimitrov disputaron uno de los mejores partidos que se recuerdan en la historia del tenis en Melbourne, digno de toda una semifinal de grand slam. El manacorí se llevó una larga batalla ante el búlgaro, que le llevó al extremo durante todo el partido. Fantástico el nivel de Dimitrov en su primera semifinal en el Open de Australia, pero la garra de Nadal esta vez fue superior. Si alguno no conocía el potencial de Grigor y el prometedor futuro que tiene ante sí, hoy ha sido el día para ello.

Set Rafa. Set Grigor. Set Nadal. Set Dimitrov. Y en el quinto, tras estar contra las cuerdas, Rafa se llevó la victoria a la tercera bola de partido. 

Rafa golpeó primero

Nadal se mostró muy firme en el primer set y daba la sensación de tener el partido controlado, como ante Monfils y Raonic. El de hoy no fue un paseo, precisamente. La primera manga cayó del lado del balear por 6-3, a pesar de que Grigor pudo romper el servicio en el primer juego del partido hasta en dos ocasiones. Rafa supo a partir de entonces que el saque iba a ser importante, y no concedió ninguna bola de break más ese set. Dimitrov falló en su segundo turno de servicio y esa fue la clave.

Nadal golpeando una bola desde el fondo de pista | Foto: Zimbio
Nadal golpeando una bola desde el fondo de pista | Foto: Zimbio

Dimitrov se creció

Tras un rápido primer set que duró algo más de 30 minutos, el segundo fue una dura batalla que avecinó lo que se venía. Dimitrov rompió el servicio a Nadal en su segundo servicio y lo mantuvo hasta que Nadal se lo devolvió. Sin embargo, ambos jugadores lo volvieron a hacer y encadenaron dos roturas seguidas. Locura total en Melbourne. Rafa salvó en su penúltimo turno hasta cuatro bolas de set, pero cuando todo indicaba a que se llagaría al primer tie break del partido, Grigor puso el definitivo 5-7 al resto. Llevaban una hora y cuarenta minutos y tan solo un set cada uno. Su entrenador Daniel Vallverdú no paró de protestar al juez de silla Pascal Maria sobre el tiempo que tardaba Rafa para sacar. Tampoco nada del otro mundo.

El primer tie break sonrió a Nadal

El tercer set fue el de más duración. Trece juegos que se tradujeron en hora y once minutos de intenso tenis. Dimitrov seguía a lo suyo. Derechazo por aquí, revesazo por allá, además de los sus saques directosNadal, como siempre tan jabato, no paraba de correr y dejó para su gran repertorio varios puntos de esos que levantan a todo un estadio. Los 15.000 espectadores que estuvieron hoy presente no imaginaron un partido así. Tras romperse el servicio de manera consecutiva, la tercera manga se fue al desempate, que se llevó Rafa por 7-6 (5). De los doce intensos puntos, siete fueron por pérdida de saque. Esto se traduce a unos nervios a flor de piel.

Grigor Dimitrov golpeando una bola desde el fondo de pista | Foto: Zimbio
Grigor Dimitrov golpeando una bola desde el fondo de pista | Foto: Zimbio

Grigor no se rindió

El búlgaro ya estaba contra las cuerdas. Tras perder otro set, no podía permitirse más errores. Único set en el que no hubo roturas de servicio por parte de ningún jugador. Dimitrov consiguió la friolera de seis aces, para un total de 20 en el partido, por los ocho de Nadal. Se llegó al desempate y Nadal estaba a tan solo siete puntos de otra final más de grand slam. Dimitrov hizo dos mini breaks que le dieron una gran tranquilidad para forzar el quinto y definitivo set tras el 6-7 (4). A la segunda bola de set lo hizo. El reloj marcaba casi la medianoche y en la pista quedaba por disputarse la última manga.

Una nueva cita con la historia

El espectáculo estaba garantizado. Al no haber tie break, la duración del partido podría alargarse hasta límites insospechados. A cara de perro se presentaron los dos. Nada de conservadurismo y con todo al ataque. Casi le sale bien a Grigor, que pensará que ya es hora de acabar con la eterna comparación con Federer. A pesar de salvar tres bolas de rotura en el primer juego, Dimitrov se creció poco a poco sobre la pista australiana. El banquillo de Nadal se temió lo peor cuando Grigor estuvo a punto de ponerse 5-4 y saque a favor. Nadal sacó su furia que tantas alegrías ha dado a España y remontó la situación. No es que se viniera abajo, pero Grigor acusó sobremanera esa oportunidad perdida. Quizás la falta de experiencia en partidos como este provocó que perdiera el servicio. En el último juego, Nadal vio como Grigor salvaba dos bolas de partido con unos golpes increíbles. Hasta que por fin, tras cinco intensas horas, la derecha de Dimitrov se fue lejos de la línea de fondo y se puso el definitivo 6-4. Nadal se tiró de rodillas al suelo mientras Dimitrov avanzó cabizbajo a la red. Allí se dio un encuentro mágico, donde posiblemente Nadal le dijese que había hecho el partido de su vida y que le espera lo mejor en este deporte. Una larga charla que acabó con ambos jugadores ovacionados sobre la pista.

Rafael Nadal cayendo sobre la pista para celebrar la victoria | Foto: Zimbio
Rafael Nadal cayendo sobre la pista para celebrar la victoria | Foto: Zimbio

Federer espera el domingo

Seguramente el suizo se esté frotando las manos. Un día más de descanso y menos horas en sus veteranas piernas. Nadal no tendrá ni 48 horas para preparar su 21ª final de grand slam. Por su parte, Federer disputará la 28ª en su carrera, la primera tras casi un año y medio desde que cayó en la final del US Open 2015 Djokovic. Rafa no se ve en una igual desde que ganó su noveno Rolland Garros en 2014 frente a Djokovic.

El próximo domingo volverán a medirse posiblemente las dos mejores raquetas de la historia. Desde la final de Rolland Garros en 2011 no se ven las caras en una gran final, aunque su último duelo data en 2015, cuando Federer se llevó la victoria en la final del ATP 500 de Basilea. Un total de 23 victorias de Nadal y once para Federer es el historial entre ambos. Nadal parte como favorito en las apuestas para levantar el domingo el que sería su segundo Open de Australia, el grand slam que "peor" se le da tras perder dos finales. Por su parte, Federer aspira a levantar su quinto entorchado en Australia, donde además ha perdido una final.

Nadal a la izquierda y Federer a la derecha en un partido anterior | Foto: Zimbio
Nadal a la izquierda y Federer a la derecha en un partido anterior | Foto: Zimbio

Dos monstruos volverán a medirse de nuevo. Tras dejar por el camino a Wawrinka y Dimitrov, Federer y Nadal prometen un encuentro histórico entre dos buenos amigos que nunca estuvieron muertos, por mucho que el pasado 2016 no fuese su año. Las viejas glorias no parecen ser tan viejas. Ambos son los mejores de la historia si tenemos en cuenta los cuatro grandes. La fiesta está asegurada.