Alexandr Dolgopolov consiguió dar la campanada en la final del torneo ATP de Buenos Aires, al derrotar a Kei Nishikori por 7-6(4) y 6-4 y levantar el trofeo. El ucraniano acabó así con una racha de cinco años sin ganar un trofeo, y jugó todo el partido con mucha valentía, asumiendo riesgos y acertando en los puntos decisivos.

El encuentro se presentaba muy interesante, sobre polvo de ladrillo, con dos jugadores capaces de lograr golpes ganadores desde cualquier posición. Sin embargo, el japonés es un tenista consolidado entre los mejores del circuito, mucho más constante que Dolgopolov, quien suele andar en la cuerda floja, alternando genialidades y errores de bulto.

El primer set supuso un golpe anímico

El primer parcial fue tremendamente disputado, y tuvo un desenlace emocionante que supuso un gran golpe anímico para el japonés. Ambos jugadores dispusieron de opciones para romper el saque de su adversario, incluso se vivió un octavo juego en el que Nishikori levantó hasta cinco bolas de break.

Se llegó así al desempate, en el que el ucraniano no se arrugó y salió a por todas, jugando un tenis ofensivo y sin dar ritmo a su rival. Alexandr consiguió llevarse la primera manga con un marcador de 7-6(4).

La continuación del encuentro reflejó la decepción que había supuesto para el jugador nipón la pérdida del primer set. Dolgopolov soltaba latigazos por la pista, desbordando con su revés y presentándose en la media pista para terminar los puntos, mientras Nishikori trataba de imponer su ley desde el fondo, alargando los peloteos. Sin embargo, en el séptimo juego Alex logró dar un nuevo zarpazo en el marcador, logrando la primera rotura del encuentro y dejándolo visto para sentencia.

El ucraniano tuvo que afrontar momentos de dudas en los dos siguientes juegos, algo lógico teniendo en cuenta la oportunidad ante la que se hallaba, pero supo solventarlos volviendo a subir a la red con valentía, y cerró el partido y el torneo con un marcador de 7-6(4) y 6-4.

Dolgopolov puso fin a una larga racha de sequía, y se suma así a la lista de jugadores que parecen estar renaciendo esta temporada, como Grigor Dimitrov y Jo Wilfried Tsonga. El espectáculo debe continuar.

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