Día de semifinales en el ATP 250 de Marsella, con protagonismo, casi en su totalidad, para el tenis francés. A los Tsonga, Gasquet o Pouille se unía el australiano Nick Kyrgios, el único que podría romper el dominio galo en este torneo.

Precisamente Kyrgios era el que abría la jornada, y lo hacía ante un clásico como Jo-Wilfried Tsonga. Dos grandes sacadores frente a frente, que siempre se aseguran de dar espectáculo.

Pese a la alta calidad y al elevado puesto que ambos ocupan en la clasificación mundial, el australiano es décimo sexto mientras que el francés es undécimo, estas dos grandes figuras nunca se habían visto las caras con anterioridad, por lo que el conocimiento mutuo no sería un factor a tener muy en cuenta.

Completo e igualado primer set

El comienzo del partido estuvo dentro de lo esperado. Ambos jugadores, expertos sacadores, mantuvieron sus servicios intactos, siempre con peloteos rápidos y cortos, evitando cualquier tipo de problema que pudiese condicionar el set.

Pese a la extremada igualdad inicial, parecía Kyrgios más asentado en el cemento marsellés, ejerciendo un mayor dominio sobre un Tsonga que llevaba más metros recorridos y que tenía que trabajar más sus servicios.

Sin embargo, si esa leve superioridad no se transforma sobre el resultado, de poco sirve. Eso le ocurrió a Kyrgios, que sufrió los primeros problemas con el saque en el sexto juego, momento en que Tsonga se puso 0-40 y con muchas opciones de efectuar el primer quiebre, sin embargo, el australiano se repuso y mantuvo intacto su servicio, en un juego que llegó a los siete minutos de duración.

Poco pareció afectar en Kyrgios esa ventaja concedida en el sexto juego. Tanto es así que, un par de games después, con 4-4, presionó al servicio de su rival por primera vez en el día de hoy. A diferencia de Tsonga, el aussie no perdonó y, con la tercera bola de rotura que tuvo en ese noveno juego, convirtió el primer break del choque, dejando las cosas en 5-4 y sirviendo para ganar el primer asalto.

Aun disponiendo de un parcial claramente favorable, Kyrgios no encontró su mejor tenis, y no pudo convertir ese juego que le hubiera valido un set. Tsonga, muy centrado, resurgió de sus cenizas para conseguir un contrabreak valiosísimo y con el que pudo empatar a cinco, minando la moral del australiano.

Tras ese par de juegos locos, que tuvieron de todo, el primer set tocaba a su fin en el tie break, donde se pondría a prueba la entereza de ambos jugadores y el control sobre la situación. Pese a que el desempate volvió a demostrar la ya sabida igualdad entre los dos, fue Tsonga, valiéndose de únicamente un mini break, el que salió victorioso, tras un apretado 7-5 que le permitía apuntarse la primera manga tras poco menos de una hora.

Dominio contundente de Kyrgios en el segundo

Pocas similitudes con respecto al primer set en este inicio del segundo. Con ambos sembrados ya metidos en el partido, y con una ventaja cómoda para Tsonga, se buscó intimidar al resto desde los primeros minutos, y no tanto el conservadurismo con el saque.

Kyrgios parecía ya levemente recuperado de la pequeña crisis que le afectó al final del primer parcial, y fue, al igual que en el primer set, el primero en lanzar una ofensiva. En el cuarto juego, cobró ventaja rápidamente y convirtió el primer break del segundo set para ponerse 4-1 arriba tras certificar la ruptura con un juego en blanco.

Poco tardó en resolverse este segundo parcial. Tsonga, seguramente pensando en la estrategia para encarar el tercer set, se dejó llevar, y concedió la segunda rotura, un hecho definitivo, ya que ello suponía el 6-2 en favor del de Canberra. Transcurrida hora y media desde que se puso en marcha este cruce de semifinales, tocaba dar un paso al frente en esta tercera manga, ya que ambos tenistas tenían que poner toda la carne en el asador.

Tsonga se rehace y se mete en la final

Arropado por su público aquí en Marsella, fue Jo-Wilfried Tsonga el que cobró ventaja en primer lugar, cuando logró su segundo quiebre del encuentro en el tercer juego. Era evidente que el de Le Mans tenía reservado algo para un posible tercer set, y así lo hizo ver en este inicio.

La integridad física de Tsonga continuaba, y aprovechaba su dominio hasta el momento sobre un Kyrgios muy limitado y sin ideas. Con 3-1, el francés tuvo una oportunidad de oro para sentenciar definitivamente el partido, sin embargo, no convirtió ese break point y el australiano salvó los muebles.

La calma y la solidez de Tsonga dieron sus frutos de cara al tramo final del encuentro; Kyrgios no encontraba lagunas defensivas en el de Le Mans que, con perseverancia y recuperándose de esa pobre imagen que mostró en el segundo set, pudo cerrar tras dos horas y cuarto de partido.

Final: 7-6 (5) 2-6 y 6-4. Jo-Wilfried Tsonga, bicampeón aquí en Marsella, jugará su tercera final en este certamen y, con ello, asegura un campeón francés, a espera de lo que pase en la otra semifinal, que disputarán Richard Gasquet y Lucas Pouille. Por su parte, Nick Kyrgios perderá puntos, ya que ganó aquí el año pasado, por lo que esta derrota supone un duro varapalo para él.