Después de la victoria de Fernando Verdasco ante el holandés Robin Haase en la cancha central de Dubai, fue el turno de que Andy Murray y Lucas Pouille se pongan en acción y salgan a la pista en búsqueda del pase a la final. El escocés llegó a esta instancia venciendo a Malek Jaziri, al español Guillermo García López, y al alemán Philipp Kohlschreiber por 6-7, 7-6 (18) y 6-1 en un partido de película en el que el británico debió salvar siete puntos de partido para seguir con vida. Por su parte, el joven de 23 años viene de menos a más en este año y arribó al cruce con Murray dejando en el camino al checo Adam Pavlasek , al rumano Marius Copil y al verdugo de Roger Federer,  Evgeny Donskoy por 6-4, 5-7 y 7-6 en un partido muy disputado.

El encuentro generaba muchas expectativas de antemano: de un lado, el experimentado escocés Andy Murray, quien está en la cima del ranking mundial desde noviembre del pasado año y que se encuentra en el mejor momento de su carrera. Del otro lado, Lucas Pouille, uno de los jugadores con mayor potencial en el circuito y con un futuro extraordinario por delante. Sin defraudar al público presente, ambos jugaron en un buen nivel y regalaron un sensacional partido que duró poco más de una hora y media. El británico por momentos rozó la excelencia y logró avanzar a la final del ATP de Dubai derrotando al francés por 7-5 y 6-1.

En el comienzo del partido Andy Murray no mostraba fisuras. Utilizó una gran variedad de golpes, movió a su rival con buenas aperturas y se mostraba muy seguro en la pista. Rápidamente rompió el servicio del francés y se adelantó por 3-0. Sin embargo, el británico que brillaba en la cancha, demostró  ser de carne y hueso y encadenó una serie de errores no forzados que le permitieron reaccionar al número 15 del mundo  y,  tras elevar su nivel en gran escala, quebrar el saque de Murray para igualar el marcador y disputar de igual a igual el partido.

La presencia de Pouille crecíó dentro de la cancha y el partido tomó un nivel de juego impresionante: ambos jugaban desde el fondo, combinaban golpes y tras peloteos intensos, concretaban puntos espectaculares que hacían enaltecer y exaltar al público en la cancha central. Una doble falta de Murray hizo que Pouille vuelva a romperle el servicio y tome una distancia de 4-3. Sin embargo, no pudo confirmar esa ventaja y el número uno del ranking ATP  -especialista en devoluciones-, volvió a asimilar el partido de semifinales.

Pouille no pudo forzar un tie break cuando se encontraba sacando 5-6 y después de un game intenso, de larga duración y en el que Murray se encargó de ponerle el broche de oro levantando un sobre pique sobrenatural, el escocés logró tomar nuevamente el servicio del francés y se adueño del primer set por 7-5 tras una hora y siete minutos.

El segundo set fue todo de Murray. Con devoluciones exquisitas, tiros ganadores tanto del lado del revés como del drive y con una inteligencia suprema, no dejó resucitar al francés que no encontraba soluciones y en apenas pocos minutos de juego tomó una distancia radical de dos quiebres para  adelantarse 5-0.

Finalmente Andy Murray se quedó con el segundo parcial por 6-1 y sellando una muy buena actuación, dictaminó su pase a la final del ATP 500 de Dubai -torneo que no ha conseguido hasta la actualidad-, y  deberá disputar el trofeo ante el  peligroso español, Fernando Verdasco. Andy lidera el historial doce a uno.