Cuando quieres, puedes. Una de las cosas más complicadas para cualquier tenista, es saber ganar cuando se juega mal. Aquellos que logran alcanzar esta habilidad, adquiere un status superior en juego y ránking. Albert Ramos se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera, y es que el tenista catalán está alcanzando las últimas rondas de los últimos torneos ATP, algo que ha provocado que se asiente en la 24 posición y habiendo dado un claro salto cualitativo, y su nivel de confianza le está permitiendo sacar adelante partidos que en otra circunstancia habría perdido. Un ejemplo de ellos es el de hoy, donde el español sacó casta y coraje para darle la vuelta al partido.

Consciente de la importancia del partido y minimizando la peligrosidad de su rival. Así saltó a pista Albert Ramos, y a punto estuvo de pagarlo caro, muy caro. El español se conformó con ir intercambiando juegos en el primer set, como si se hubiera firmado un pacto de no agresión. Se esperaba que el italiano flaqueara en algún momento pero ocurrió lo contrario.

Ramos desperdició una bola de break, y Pella se creció y logró la rotura en el undécimo juego. Lejos de amilanarse o autoflagelarse, el español percibió lo peligroso de la situación, e incrementó su intensidad de piernas. Pella mantuvo el tipo, en un set plagado de breaks más por mérito al resto que demérito al saque.

El hecho de que el argentino se adjudicara la segunda manga, fue la puntilla para cambiar el chip en el partido. Albert decidió jugar más agresivo y el tercer set fue de menos a más. Nada de mero trámite para el español, que acabó con confianza, remontando una bola de break por debajo en el tercer set. Ya en semifinales, Albert sabe que está ante una oportunidad manifiesta para abrir su palmarés se medirá al portugués Joao Sousa que en el día de hoy venció al argentino Federico Delbonis.

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