Roger Federer es un hombre feliz. El de Basilea ha regresado por todo lo alto este 2017, tras un periodo de recuperación y descanso que lo mantuvo alejado de las pistas durante seis meses. Tras coronarse en Indian Wells por quinta vez en su carrera, derrotando a Stan Wawrinka en la final, Roger se mostró tan encantado como sorprendido ante lo que calificó como un arranque "de ensueño".

Pocos aficionados se podían imaginar que, tras seis meses sin competir, Federer sería capaz de ofrecer este nivel, pero lo cierto es que el suizo ha levantado los dos trofeos importantes por los que ha peleado, Indian Wells y el Open de Australia -poniendo fin a una racha de cinco años sin ganar un Grand Slam-. "Está siendo un comienzo de cuento de hadas", calificó ante los medios.

El suizo ha mejorado su revés de forma espectacular, está haciendo mucho daño con todos sus golpes y llevando los partidos a su terreno, ese tenis veloz de intercambios a dos golpes, de pistoleros del Salvaje Oeste en el que Roger siempre dispara más rápido. Tan drástico ha sido este cambio, que Federer ha logrado ganar a Rafa Nadal, su particular "bestia negra" y otro de los grandes tenistas de la historia, en ambos torneos.

"Ganar aquí es una gran sorpresa porque he superado a muy buenos jugadores", destacó Federer, que no ha perdido un solo set en todo el torneo. "No es una sorpresa tan grande como la de Australia, pero aún así es muy, muy sorprendente, especialmente por cómo lo he hecho. No podría estar más contento", añadió el campeón de 18 grandes.

El suizo subrayó además el "cambio dramático" experimentado con respecto a la temporada pasada. "Es un comienzo de año absolutamente enorme para mí. El año pasado no gané ningún título. Creo que no estuve en ninguna final, excepto Brisbane", recordó.

Federer confirmó por último que va a tener que replantearse sus objetivos para esta temporada, ya que ganar estos dos torneos no entraba para nada en sus planes.