A sus veintitrés años y estando en el número nueve del ránking ATP, Dominic Thiem es una de las jóvenes promesas que vienen isando fuerte para suceder a los Djokovic, Federer, Nadal y compañía, pero de ilusiones no se vive, sino que hay que demostrar el nivel que se tiene sobre la pista, y para ello el tenista austriaco después de tener en su casillero diecisiete victorias y ocho derrotas con un mejor resultado del título conquistado en el Río Open, para que su última parada fuera en la segunda ronda del Masters 1000 de Miami, dejando a un lado la primera parte de la temporada para comparecer de lleno en la gira de tierra batida en el Másters 1000 de Montecarlo, quedando exento de jugar la primera ronda para entrar de lleno en el torneo en la segunda ronda, donde se tenía que batir en duelo con el holandés Robin Haase, quien previamente se había deshecho del lucky loser, Damir Dzumhur.

Thiem no da opciones a su rival

Haciendo valer su favoritismo a las primeras de cambio, Thiem entraba en pista arrasando, como era previsible en su juego, transformando su primera bola de rotura con un 0-40 a su favor para irse hasta el 2-0 sin miramientos. Pero cuando todo parecía de cara para el sexto cabeza de serie del torneo monegasco, Haase despertaba devolviéndole el 0-40 a su rival para recuperar la rotura sufrida anteriormente poniendo el 2-1 en el luminoso.

Pero no sería más que un mero espejismo puesto que tras dos juegos de calma, uno con el servicio de cada tenista, Haase volvía a patinar al saque, entregando una bola de break que no dudaba en aprovechar Dominic para irse hasta el 4-2 con el que afrontar el parcial con mucha más comodidad, controlando todos los condicionantes a las mil maravillas para que tras un nuevo juego por cada bando con una calma tensa de por medio el 5-3 llegara al electrónico y fuera Thiem quien cerrara el primer parcial por 6-3 después de media hora.

Haase no es capaz de inquietar el poderío de un Thiem fresco de piernas y siempre concentrado

Nada cambiaba tras un pequeño descanso, Thiem no quería confiarse lo más mínimo puesto que Haase ya había demostrado su nivel en la primera manga a pesar de terminar cayendo, por lo que tras un juego de calma tensa en el que tanto Dominic como Robin solventaban sus saques y llegaban al 1-1, el holandés sucumbía ante el poderío de su contrincante no solo en una ocasión, sino que lo hacía en dos, provocando esto que en un abrir y cerrar de ojos el tenista austriaco se encontrara con un cómodo 5-1 a su favor estando a un paso de poder cerrar no solo la segunda manga, sino el partido.

Haase alargaba el encuentro un juego más, pero sin problema alguno Dominic Thiem se llevaba la segunda manga por 6-2, y por ende accedía a los octavos de final imponiéndose por 6-3 y 6-2 al holandés Robin Haase después de tan solo una hora y dos minutos de partido. El siguiente escollo del austriaco será el belga David Goffin, décimo cabeza de serie del evento monegasco.