El Masters 1000 de Montecarlo se va acercando a su recta final y los enfrentamientos comienzan a aumentar su calidad. Hoy, en el Court des princes, Dominic Thiem y David Goffin se pusieron frente a frente para disputar el partido correspondiente a la tercera ronda del torneo de Mónaco.  Estos dos jugadores jóvenes son dos viejos conocidos y con este partido, llegaron al encuentro número once entre ellos.

El belga, luego dos horas y catorce minutos de un partido, se quedó con un partidazo y sacó del evento al preclasificado número seis de Montecarlo por 7-6 (4), 4-6 y 6-3, consiguiendo así, adelantarse 8-3 sobre el austríaco. Ambos brindaron un gran espectáculo pero Goffin cometió menos errores no forzados, aprovechó momentos de ira de su rival y se quedó con la victoria. En la siguiente ronda, el número trece del mundo, esperará por Novak Djokovic o Pablo Carreño Busta.

La técnica y la calidad de ambos, preveía de ante mano, que el partido podía adoptar un vuelo muy alto. Sin defraudar, ambos jugaron muy bien, buscaron alternativas con sus golpes, estuvieron muy activos y, pequeños detalles, marcaron el rumbo final del mismo. En el primer set, ninguno de los dos querían dejar de golpear fuerte la pelota y de incomodar a su contrincante con pelotas abiertas y con mucha aceleración. Sin embargo, el principal arma (revés) de Dominic no tuvo su mejor día  y, con ese golpe,  cometió varias imprecisiones.

En el 1-1, el belga consiguió el primer quiebre del partido pero, minutos más tarde, Thiem se repuso y embaló dos quiebres consecutivos para adelantarse por 5-3 en el partido y tener la posibilidad de cerrar el primer parcial con su saque. El número once del mundo no se dio por vencido y en un game muy luchado,  cometió varios aciertos que le permitieron recuperar el break y llevar el encuentro a la definición final del tie break. Goffin pisó más fuerte y consiguió un tempranero mini quiebre que le dio la ventaja decisiva para llevarse el set por 7-6 (4) luego  de 54 minutos.

Con un gran tenis, Thiem iguala el marcador 

Dominic Thiem  -que venía de eliminar al holandés Robin Haase en segunda ronda-, siguió jugando en un buen nivel desde del fondo de la cancha y los intensos peloteos le dieron un mayor dramatismo al encuentro. En el primer turno de servicio del belga en el set, el austríaco consiguió la rotura y, después de la confirmación con su saque, se colocó 2-0. Ambos continuaron muy enchufados, jugaron pelotas con mucha inteligencia y realmente, se conformó un partido muy técnico y muy agradable para los aficionados presentes en el estadio. Goffin tuvo a su disposición una doble oportunidad de quiebre que le hubiese permitido igualar el juego pero Thiem, un especialista en polvo de ladrillo, pudo solventar la presión en esos momentos adversos para llevarse el segundo parcial por 6-4 y estirar el choque a un último y decisivo set.

Con el pase a cuartos de final en juego, ninguno quería entregar el partido: los dos propusieron, trataron de tomar la iniciativa, y con dos estilos muy elegantes, disputaron de igual a igual el set final. En el 2-2, una doble falta del belga le permitió a Thiem romperle servicio y tomar una ventaja importante en un momento de alta tensión. Sin embargo, lejos  de desconcentrarse y de perder la calma, Goffin dio cuenta de un enorme carácter y con una actitud impresionante, igualó el break en el game siguiente.

Thiem cometió 29 winners y 47 errores no forzados, mientras que Goffin cosechó 19 y 19 respectivamente

El número nueve del mundo falló varias pelotas con su revés, perdió la fineza con ese golpe y   Goffin, con mucha astucia,  aprovechó esos lapsos de dudas y de errores para volver a romper el saque de su adversario en el 4-3 y colocarse a tan solo un juego de eliminarlo de Montecarlo. Sin temblarle el pulso, el preclasificado número diez del certamen, sirvió muy bien y se quedó con un tremendo partido por 6-3. De esta manera, David Goffin arribó a los cuartos de final del Masters 1000 de Montecarlo y deberá esperar por el ganador de la llave que enfrenta al serbio Novak Djokovic con el español Pablo Carreño Busta.