El jugador español David Ferrer continúa con su mala racha esta temporada, en la cual entre problemas físicos (tendinitis crónica en los tendones de Aquiles) y malos resultados, lleva tres partidos ganados por siete perdidos en este 2017. Su mejor resultado en el presente curso es la tercera ronda en el Open de Australia, donde llegó hasta la tercera ronda (otro español, Roberto Bautista, frenó su camino) y donde ha conseguido su última victoria hasta el momento contra Ernesto Escobedo.

Esta semana iniciaba su participación en el Barcelona Open Banc Sabadell, en el cual ha sido finalista cuatro veces (todas perdidas ante Rafa Nadal) y buscaba realizar un buen papel sobre la tierra batida de la Ciudad Condal.

Pero al otro lado de la pista, el actual número 32 del ránking ATP tenía al potente sudafricano Kevin Anderson, cuyo juego encaja más en pistas duras y rápidas, pero que en polvo de ladrillo también puede hacer daño a sus oponentes.

Errores por un lado y buenos golpes por otro

Los primeros juegos del encuentro ya mostraron lo que iba a ser la dinámica del mismo: imprecisiones por parte del español y buenos y certeros golpes por parte de Anderson. Después de ganar Ferru su primer juego de saque, su rival se puso arriba con 0-40.

El alicantino pudo salvar el primero de esos tres break points gracias a un revés a la red de Anderson, lo que supuso el primer punto del partido para el marcador de Ferrer, pero a continuación este cometió una doble falta que permitió al sudafricano colocarse con 2-0.

Pero no fue este el único break que se produjo en el encuentro; ya en el game siguiente el de Jávea pudo hacer el contrabreak en un mediocre juego de Anderson aprovechando la primera de las dos bolas de rotura que se le presentaron.

En el siguiente juego fue Ferrer quien no estuvo a la altura, y esa circunstancia la aprovechó Anderson para convertir el primero de sus tres break points, previo revés del español al pasillo de dobles, y puso el 3-1 en el electrónico. Estos dos breaks fueron suficientes para que, a los 28 minutos de juego, el número 66 del mundo se anotara el primer parcial (6-3).

En el segundo acto, si bien también vio errores de Ferru y buen hacer del sudafricano, ambos tenistas se mostraron algo más consistentes y regulares al servicio, y un único break de Anderson en el tercer juego sirvió para llevarse el segundo set por 6-4 y, por consiguiente, el partido por 6-3 y 6-4 en un total de 66 minutos de encuentro.

Tras el encuentro, el español ofreció unas no muy esperanzadoras declaraciones, comentando que "No me voy a tirar por un puente, es lo que hay. No sé cuándo cambiará esto y si volveré a ganar y cogeré más seguridad, las sensaciones son las que son. Llevo muchos kilómetros, ya no me recupero como antes y físicamente no estoy igual. Ahora tengo que entrenarme de forma diferente".

Respecto a su futuro más inmediato, apuntó que "intentaré llegar lo mejor posible a París, a ver cómo estoy físicamente y, después de jugar allí, veremos".