A sus veintitrés años y estando en el número nueve del ránking ATP, Dominic Thiem es una de las jóvenes promesas que vienen pisando fuerte para suceder a los Djokovic, Federer, Nadal y compañía, pero de ilusiones no se vive, sino que hay que demostrar el nivel que se tiene sobre la pista, y para ello el tenista austriaco después de tener en su casillero ventidós victorias y diez derrotas con un mejor resultado del título conquistado en el Río Open, para que su última parada fuera en el Barcelona Open Banc Sabadell, evento en el que brillaba con luz llegando hasta ni más ni menos que la gran final, donde sucumbía ante el poderío de Rafael Nadal, pero firmaba una gran semana que le hacía llegar al Mutua Madrid Open con las ganas propias de un joven talento que a las primeras de cambio se tenía que ver las caras con el americano Jared Donaldson, que a pesar de perder en la última ronda de la fase previa, entraba en el cuadro final como 'lucky loser', eliminado en primera ronda a Adrián Mannarino para llegar al encuentro con el austriaco sin nada que perder y mucho que ganar tras haberse visto anteriormente eliminado del torneo español.

Thiem es un ciclón imparable

A pesar de que entre los dos contendientes al triunfo había una notable diferencia de ránking, una vez saltaron a la pista todos los condicionantes quedaron a un lado para que los puntos fueran lo más importante que tuvieran Thiem y Donaldson por delante. Tras tres servicios cómodos, donde Dominic llegó al 2-1 sin mayores problemas, siendo capaz el austriaco de aprovechar su primera bola de rotura para poner el 3-1 en el luminoso, un marcador que ampliaría un juego después con la consolidación del break llegando hasta el 4-1, siendo esta una fabulosa renta con la que afrontar el desenlace del primer asalto.

Los juegos pasarían con más pena que gloria sin que Donaldson fuera capaz de crear peligro al resto, terreno en el que Thiem se movía como pez en el agua hasta llegar con tranquilidad hasta el 5-3, momento en que con su servicio se ponía fácilmente 40-15 arriba, valiendo su primera bola de set para llevarle hasta el 6-3 tras tan solo treinta y tres minutos de partido. La efectividad sin duda alguna era la causa por la cual Thiem había cobrado ventaja en el choque, obteniendo un 80% de acierto con el primer servicio, mientras que Donaldson tenía un pobre 43%. 

Donaldson mejora de forma considerable en el segundo parcial, pero Thiem mantiene la calma

Tras una primera manga en la que Thiem aprovechó su única oportunidad de quiebre que Donaldson le concedió, la segunda manga cambió por completo, entrando con más decisión a pista Dominic, quien a las primeras de cambio tenía a su favor dos bolas de break que no lograba consolidar, poniendo el 1-0 Donaldson en su casillero. De ahí en adelante la calma imperaría hasta que con 2-2 se volverían a desatar las hostilidades. En su tercera bola de rotura del parcial, Thiem no haría concesión alguna con su oponente, rompiéndole el saque para tener el 3-2 a su favor en el marcador. Pero no había dicho su última palabra en el partido Donaldson, que contra todo pronóstico obtenía sus tres primeras bolas de rotura para que la última le llevara a rubricar el contrabreak con el que igualaba la segunda manga a tres juegos.

El esfuerzo que realizó el tenista americano le pasaría factura un juego después, cuando cedía un 0-40 a Thiem que provocaba que el austriaco quebrara su saque para llegar al 4-3, pasando un juego después hasta el 5-3, quedando a solo un juego de llevarse el partido. Jared Donaldson sería capaz de alargar la contienda un juego más, para traspasar la presión a Dominic Thiem, que con 5-4 a favor tenía que certificar su triunfo con su servicio, algo nunca fácil con el cansancio acumulado durante el partido. El americano plantaría mucha menos batalla de la esperada en el juego final, pudiendo llegar Thiem hasta el 40-15 con el que disponía de su primera bola de partido, la cual aprovechaba para cerrar el segundo asalto por 6-4 y por ende, lograr la clasificación para la tercera ronda del Másters 1000 de Madrid por 6-3 y 6-4 después de tan solo una hora y quince minutos. En la siguiente ronda se tendrá que batir en duelo con el vencedor del choque entre Grigor Dimitrov e Ivo Karlovic.