Cierre a la segunda ronda del Masters 1000 de Roma con un partido que reeditaba una de las dos semifinales del Mutua Madrid Open entre Dominic Thiem y Pablo Cuevas. Dos rivales que se vieron las caras hace apenas cinco días y que, grosso modo, conocían los puntos débiles del otro.

Estrenando career-high, Dominic Thiem se plantaba en el Foro Itálico como número siete del mundo, hito que ya logró el verano pasado, tras ser semifinalista en Roland Garros. El recientemente finalista en Madrid, lo que supuso su primera final de Masters 1000, estuvo exento de jugar la primera ronda dada su condición de octavo favorito, que le otorgaba un Bye hasta estos dieciseisavos de final. Pablo Cuevas, por su parte, venía de jugar sus primeras semifinales de Masters 1000 y, como número 23 del ranking, tuvo que superar en su debut al qualy francés, Adrian Mannarino, a quien derrotó por 6-4 y 7-6 (2).

Además de su partido de hace unos días, su otro enfrentamiento en el circuito ATP se produjo hace dos años, cuando el sudamericano batió al europeo en la tercera ronda de Roland Garros, por 7-6 (7) 5-7 7-6 (5) y 7-5 en un partido que rozó las cuatro horas. Duelo muy apetecible entre dos de los mejores jugadores sobre arcilla en el panorama actual; todo, por un puesto en octavos de final.

Dominic Thiem resucita en el primer set

Inicio complicado de partido para un Dominic Thiem. El austríaco, haciendo gala de su mejor servicio en momentos críticos, vio como un Pablo Cuevas muy dañino con su revés disponía de un break point en el primer juego, punto de quiebre que no llegó a convertir, como tampoco hizo Thiem en el juego siguiente, donde llegó a tener hasta dos bolas de ruptura, que Cuevas evaporó para poner el 1-1.

El encuentro, que hasta ahora se disputaba con largos peloteos y bolas altas, que entorpecían el golpeo con el maravilloso revés a una mano del que ambos jugadores disponen, estaba protagonizado por la capacidad al resto; un resto del que hizo gala el uruguayo en el tercer juego cuando, en blanco, quebró por primera vez en el día de hoy. Sin embargo, y haciendo uso de una derecha demoledora, lo que confirma la versatilidad y lo completo de su juego, Thiem recuperó el break gracias, finalmente, a una doble falta de Cuevas, que supuso el 2-2 en el marcador.

Después de ese frenesí de break, y de esos juegos con ideas y venidas, llegó un punto en que el partido se estabilizó, y ambos jugadores se esforzaban por mantener sus servicios, manteniendo una estrategia más conservadora y prudente con el resto. Aprovechando los numerosos errores de Thiem, Cuevas vio una oportunidad única para asestarle un golpe mortal al set cuando, en el noveno juego, tuvo dos puntos de rotura a su favor; manejando el tempo del partido, el uruguayo no falló y puso el 5-4, sacando, acto seguido, para ganar. No obstante, y como ya ocurriese al principio del choque, Thiem resurgiría de sus cenizas para efectuar, por segunda vez, el contra-break, y empatar a cinco.

Extremada igualdad a lo largo de este primer período, sin que ninguno de los dos sobresaliera, pese a que Cuevas dejase marchar serias oportunidades para ponerse por delante. El primer set, que se prolongó durante más de una hora, vería su final en el tie-break. La muerte súbita comprendió los mejores minutos de Dominic Thiem, que se llevó el desempate por 7-3 desplegando un fenomenal tenis, y haciendo mucho daño con su derecha invertida.

Thiem termina con un completo partido

El segundo parcial comenzó con un Cuevas más errático y, por momentos, desconcentrado. El de Salto, que tuvo serias opciones de ganar el primer set, no pareció despertar del letargo, y concedió al austríaco hasta cuatro bolas de break en el tercer juego; no obstante, y haciendo correr a Thiem, Cuevas salvó todas y cada una de ellas para seguir con vida y poner el 2-1.

La inteligencia y la intensidad que Thiem imprimió al partido fue superando, paulatinamente, a un Cuevas que no encontraba la manera de acomodarse sobre la arcilla italiana, fallando golpes fáciles y permitiendo que el de Wiener-Neustadt se hiciese con el partido. Fue en el séptimo juego cuando el número uno austríaco puso pie y medio en los octavos de final, quebrando por primera vez con un revés paralelo a la línea y elevando el 4-3.

Dominando con autoridad este segundo asalto, Dominic Thiem no titubeó a la hora de sacar, y selló su pase a los octavos de final por 7-6 (4) y 6-4 tras una hora y 45 minutos de partido.