Se vaticinaba un día muy complicado para la práctica del tenis en Roland Garros, y es que hoy, en su décimo día de competición, iba a haber un invitado muy indeseable y que por desgracia está muy ligado a este bello deporte. Cómo no, se habla del fenómeno meteorológico del viento. Hay cosas malas en el tenis, pero sin duda una de las peores es jugar un partido con este tiempo. Aún así, no hay excusas, el viento es igual para los dos jugadores y como se suele decir, hay que echarle "valor y al toro".

La Philippe Chatrier, lugar donde se disputó uno de los dos cuartos de final femeninos, tiene la peculiaridad que al ser una pista tan abierta, el viento se nota más que en la Suzanne Lenglen, por ejemplo. La ídolo local, Kristina Mladenovic, y la renacida suiza Timea Bacsinszky, iban a batallar sobre lo más parecido a un escenario Western con el firme y claro objetivo de colarse en las semifinales del segundo Grand Slam del año.

Bacsinszky golpea primeroDurante los primeros compases del partido, el viento era infernal e impedía un transcurso normal del juego. La gala tuvo que acudir varias veces a su banquillo a echarse gotas debido a que se le metía arena en los ojos. Tras varios minutos sin unas condiciones meteorológicas apacibles, el viento se calmó y permitió ver algo de tenis, y tenis vistoso.

Timea Bacsinszky sobre la "maratón" de cuartos de final | Foto: zimbio

Mladenovic y Bacsinszky aseguraron sus golpes, siendo conscientes de la situación que se estaba dando y jugando sus cartas en función del lado del campo en el que se encontraban. Pese a que el partido estuvo muy igualado, fue la tenista suiza quien marcó las pautas y quien cometió menos errores. La francesa, por su parte, se mantuvo más irregular y menos constante fallando bastante en momentos claves del encuentro. Pasada la hora de juego, Bacsinszky golpeaba primero.

La lluvia acechó sobre París

Al poco de iniciarse la segunda manga, con Mladenovic en el servicio tras dos juegos disputados, apareció la lluvia, y además en tromba, lo cuál provocó la suspensión indefinida del partido. Pasaron las horas y las continuas y prolongadas gotas de agua parecían no cesar y es que ya se daba por hecho que los partidos se reanudarían en la jornada de miércoles.

Diez minutos de reanudación y nuevo parón

Sin embargo, a las seis y media de la tarde, el sol hizo acto de presencia y dejó de llover. Se cancelaron los encuentros masculinos programados y la actividad regresó a la Philippe Chatrier en un partido que se antojaba totalmente nuevo y sin la mitad de viento de hace apenas tres horas.

La gran esperanza gala no tuvo su día | Foto: zimbio

Ya de nuevo en pista, el encuentro se reinició con 1-1 y 30-40 favorable a Bacsinszky al resto, lo cual era sinónimo de bola de break a favor de la de semifinalista del año 2015, momento muy malo para volver a reanudar un partido, pero Mladenovic asumió el rol que la tocaba en ese mismo momento. Desde ese momento, se vio a una "Kiki" mucho más decidida y con la intención de querer a ir a por el partido y así lo demostró consiguiendo una rotura, pero que a la postre perdería.

Pero no todo quedó ahí y es que el tiempo volvió a ponerse negro y feo. Otro nubarrón apareció sobre las instalaciones parisinas descargando mucha, muchísima agua, y obligando a la organización del segundo Grand Slam del año a posponer de nuevo el partido Mladenovic se marchó con un cabreo monumental y con algunos problemas de vista.

Bacsinszky completa la machada

Tras regresar por tercera vez a la pista central de complejo parisino de Roland Garros, Bacsinszky confirmó el break conseguido antes de pararse el partido anteriormente salvando un 0-30. Mladenovic no fue menos y obligó a la de Laussana a sacar para ganar el partido. No fue fácil, pues tuvo que salvar una pelota de break, pero Bacsinszky completó la machada y batió a Maldenovic en dos mangas por un doble 6-4 para alcanzar las semifinales en Roland Garros por segunda vez en su carrera repitiendo ronda como ya hiciera en el 2015.