El talentoso Alexander Zverev continuó su buen momento tenístico en el ATP 500 de Halle y demostró, una vez más, ser un jugador apto para todas las superficies. Hoy dio una muestra de coraje, se repuso a un resultado adverso, y luego, desplegó un exquisito tenis provocando la admiración y la exaltación de los espectadores presentes en el Gerry Weber Open.  El alemán y flamante campeón del Masters 1000 de Roma ya dejó atrás su calificación de “promesa” y se convirtió en una importantísima realidad dentro del circuito. Con un juego ofensivo y sólido, con  mucha valentía para dominar los puntos y con un saque que suele darle satisfacciones, Zverev superó las dos primeras rondas del certamen para situarse en los cuartos de final y chocar con  Bautista Agut.

Por su parte, el número 19 del ranking mundial tuvo un duro camino en el torneo alemán. Las irregularidades y la poca solidez en cada uno de sus ataques se están haciendo costumbres en él, lo que obliga al español a luchar y sufrir más de lo esperado con rivales de baja clasificación que se hallan muy por debajo de su relieve. En la primera ronda del ATP de Halle eliminó al argentino Carlos Berlocq y posteriormente, en la segunda fase, hizo lo propio con el local Dustin Brown. Ambos en el set definitivo. La táctica y la estrategia de juego del español  -basada más en provocar errores que en generar aciertos- no es la acorde para una pista tan rápida como la hierba, sin embargo, el nacido en Benlloch  ha demostrado –y los rendimientos lo avalan- ser un obstáculo complicado y duro de superar en todas las competiciones.

Bautista se queda con un set muy equilibrado

El doce del mundo buscó, desde el primer minuto, adueñarse del protagonismo y tomar las riendas del encuentro. Arriesgó constantemente con su derecha, manejó bien los ritmos y los cambios de velocidad de sus impactos y por momentos, supo incomodar a su rival. Bautista no fue menos que él: dio mucha pelea, mostró seguridad en los peloteos y exigió al alemán a disputar, siempre, una pelota de más. Su confianza fue aumentando con el correr de los minutos y su juego se sintió a gusto en la pista central de Halle.

Una característica en común fue la autoridad y displicencia con la que ganaron sus turnos de servicios, sin dar ninguno de ellos posibilidades de quiebres. Los games transcurrieron sin grandes sobresaltos y el set desembocó en el primer tie break del partido. Al igual que todo el primer parcial, el final fue muy igualado y reñido pero el español sacó fuerzas y con mucha experiencia se quedó con el mismo por 7-6 (6).

Zverev comienza a mostrar su mejor versión

El segundo parcial compartió prácticamente todas las mismas características con lo ocurrido en los primeros cincuenta minutos del partido.  Ambos continuaron sacando muy bien y  encontraron la manera -a través de cambios de efectos y distintas velocidades- de  desacomodar y quitarle timing y tiempo a su adversario en los juegos al resto. Si bien Zverev bajó un poco la efectividad de primeros servicios, ganó el 95% de los puntos disputados con ello, lo que hizo imposible cualquier reacción y  devolución del español.  Al mismo tiempo, el alemán decidió buscar nuevas variantes como por ejemplo aventurar más cantidad de excursiones a la red y poco a poco fue encontrando su mejor nivel.

El preclasificado número cuatro del torneo, Alexander Zverev, tuvo la única oportunidad de quiebre cuando el marcador lo aventajaba por 4-3. Bautista Agut rescató el break point lo que derivó, como consecuencia, en la intervención de un nuevo tie break quien reapareció para  poner  orden en el encuentro de cuartos de final. Esta vez, el desarrollo del mismo fue muy diferente: Zverev jugó en un nivel arrollador, concretó muchos tiros ganadores y con un rico repertorio dejó en uno al español. De esta forma, asimiló condiciones y obligó a definir el partido en el set final.

Zverev ganó el 85% de los puntos con el primer servicio

La energía, el buen juego y la regularidad de Bautista Agut se desmoronaron luego del set perdido y, por el contrario, el joven alemán se encontró allí con su mejor versión. Golpes ganadores de ambos lados, buenos servicios y una movilidad digna de un joven de 20 años fueron atributos contundentes y abundantes para el español que rápidamente se quedó con las manos vacías. La juventud venció a la experiencia y con tres quiebres de ventaja, el nacido en Hamburgo se adueñó del parcial por 6-1. De esta forma, Zverev avanzó a la semifinal del ATP 500 de Halle y buscará una nueva final mañana cuando se enfrente con el francés Richard Gasquet.