Las lágrimas de emoción de Feliciano han demostrado lo complicado que es conseguir un título de este prestigio en una de las catedrales del tenis. El esfuerzo, trabajo y compromiso han dado al español una de sus mejores alegrías desde que comenzó en el mundo del tenis. El torneo de Queen's es uno de los más prestigiosos dentro de la gira de hierba, lo que hace que los grandes jugadores del circuito vengan hasta Londres para intentar conseguir el título. Quizás el toledano nunca se imaginó levantando este trofeo que han recogido leyendas del tenis mundial.

Por este motivo en su banquillo, estaba gente especial para Feliciano, su equipo técnico, amigos, su padre, ya que podía ser un día histórico en su vida. Así fue, alrededor de las 18:00 el español tras salvar una bola de partido en contra, se echaba las manos a los ojos para intentar frenar las lágrimas de emoción tras ver cumplido un sueño que tenía desde pequeño. Trofeo más que merecido a una carrera profesional en este deporte que está al nivel de pocos tenistas. Su tercer título en hierba tras los dos conseguidos en Eastburne en los años 2013 y 2014.

Feliciano estaba jugando desde hace dos semanas su mejor tenis. En el debut sobre hierba llegó a la final de Stuttgart perdiendo ante Lucas Pouille, un duro golpe. Sólo los grandes jugadores saben reponerse de estos traspiés a base de victorias. Eso mismo hizo el toledano que llegó a Londres para tener un sorteo que no le benefició, aunque para ganar un título hay que ganar a los mejores. Wawrinka, Berdych, Dimitrov no pudieron con un Feliciano en estado de gracia en las instalaciones de Queen's. Una semana de ensueño que se debía cerrar con una victoria y un trofeo que faltaba en sus vitrinas. Feliciano sabía que tenía que ganar, ya que por muy bien que juegues, sólo se recuerdan a los ganadores, los segundos puestos se acaban olvidando.

En frente estaba Marin Cilic, que quería conseguir su segundo título de la temporada. El croata estaba practicando a lo largo de la semana el mejor tenis de la campaña. Ya se habían enfrentado dos veces en esta misma pista, con victoria para el balcánico, pero como dice el refrán “a la tercera va la vencida”. El partido comenzó igualado, con los dos jugadores manteniendo su servicio. En el décimo juego, Cilic restaba para ganar la primera manga, su contrincante notó la presión en la raqueta que se encogió y encajó una rotura en blanco.

Una remontada histórica

Feliciano estuvo contra las cuerdas en el segundo set, en el que tuvo que levantar dos bolas de break en su primer servicio para mantenerse con vida en el partido. Este juego fue un punto de inflexión en la dura batalla que aún quedaba por lidiar. El de Toledo no se rindió y llegó hasta la muerte súbita, en el que un pequeño detalle le podía volver a meter en la lucha por el titulo. El español se agarró a la pista con uñas y dientes para conseguir igualar el partido ante el griterío del público.

Las dinámicas en el parcial definitivo eran opuestas. Por un lado Feliciano venía con confianza para remontar y levantar ese título soñado a lo largo de su carrera. La tensión se notaba en el ambiente, los jugadores hablaban con ellos mismos para tratar de calmar los nervios en estas situaciones tan al límite. El español iba por delante en el marcador y la presión caía del lado croata. El servicio funcionaba de la mejor manera para el balcánico sin ceder ninguna bola de break. Finalmente el ganador del campeonato se iba a decidir en un tie break de infarto.

Siete puntos, es lo que iba a marcar la diferencia entre ganar o perder el prestigioso torneo de Queen´s. Ambos mantuvieron el servicio, con puntos en el que se notaba la presión de ambos jugadores en cada respiración. Feliciano volvía a estar contra las cuerdas y debía salvar una bola de campeonato al servicio. El toledano no se encogió, golpeó con su derecha, subió a la red y ganó un punto que levantó a los aficionados del estadio.

Rápidamente miró a su grada para transmitir que estaba con vida y con más que nunca de levantar ese ansiado trofeo. Con el marcador igualado a ocho, Feliciano lanzó un globo que su rival dejó pasar pensando que se iba fuera, la bola tocó línea y el punto se lo acabó llevando el toledano. Era el momento, Feliciano López sacaba para ganar el partido, la final y el campeonato. En un abrir y cerrar de ojos el sueño estaba cumplido y Feliciano lloraba de alegría sobre la hierba del Queen's Club, unas lágrimas más que merecidas en una final que será recordada por su gran nivel de juego, emoción y tensión.