El siete veces campeón de Wimbledon, Roger Federer, consiguió avanzar a una nueva final en su tierra predilecta, con la posibilidad única de levantar un nuevo título y convertirse en el máximo ganador en la historia del certamen de Londres. Con un nivel deslumbrante, que fue creciendo con el correr de los partidos, el suizo de casi 36 años de edad, tuvo un camino perfecto y eliminó en las fases anteriores a Alexander Dolgopolov, Dusan Lajovic, Mischa Zverev, Grigor Dimitrov y, Milos Raonic, finalizando su excelente labor, deshaciéndose  del checo Tomas Berdych con parciales de 7-6 (4), 7-6 (4) y 6-4. Federer irá por la heroica y tratará de de agigantar su leyenda el domingo cuando se enfrente con el peligroso croata Marin Cilic en la fase final de Wimbledon.

Tomas Berdych, que se encuentra en la posición número quince en el ranking ATP y supo llegar a la final en este mismo torneo en el año 2010, cumplió con una actuación fantástica y eliminó a grandes jugadores como David Ferrer, Dominic Thiem y Novak Djokovic (se retiró por lesión) para depositarse en las semifinales del histórico torneo de Londres y enfrentar por vigésima quinta oportunidad, a Roger Federer. El checo tuvo un buen partido, incomodó a Roger durante buenos tramos del partido pero no pudo solventar la presión y el fascinante juego que el genio de Basilea impuso a lo largo del mismo. El campeón de 18 grandes utilizó mucho el slice y jugó con grandes velocidades buscando constantemente aperturas que descoloquen del centro de la pista a Berdych  y que le permitan, a su vez,  llegar cómodo a la red.

La experiencia del suizo se impone en los dos primeros parciales

En el primer parcial, Federer ingresó con la mente muy fría, con calma y se llenó de paciencia para encontrar siempre la manera de inquietar y poner en enormes peligros al checo. El servicio y el buen manejo de los puntos desde el fondo de la cancha, sumados a la utilización permanente del slice y a un juego casi perfecto en la red, se constituyeron como las principales armas que favorecieron el desenlace del primer set. Roger quebró el saque de su rival en el 2-2 y lo confirmó con una autoridad impresionante, al dejar la planilla en cero.

Sin embargo, cuando el marcador se encaminaba para no sufrir transformaciones, un mal turno de saque de Federer  con el resultado favorable por 4-3  -hasta ese momento solo había cedido dos puntos con el servicio- le posibilitó al checo meterse nuevamente en el encuentro. Dos dobles faltas  y un par de errores no forzados le costaron caro al suizo y dictaminaron que el parcial se definiera en el tie break. Al igual que lo ocurrido en Miami en el último enfrentamiento entre ellos, Federer aprovechó algunos errores sencillos de Berdych en momentos determinantes y con buenos tiros ganadores se quedó por 7-6 (4) la primera manga.

La buena distribución y la potencia de los golpes del checo le permitían ilusionarse y soñar con dar el batacazo en Wimbledon. Roger, por su parte, debió amortiguar los impactos con slices bajos para dejar en una incómoda posición a su adversario. Ambos jugaron un buen segundo parcial pero disminuyeron el porcentaje de primeros servicios, lo que hizo que el encuentro adopte un mayor intercambio de bolas. Berdych demostró todo su repertorio y dejó a la vista ser un jugador muy completo, técnico e inteligente para las tomas de decisiones. No obstante, ambos fallaron cuando dispusieron de break point y la historia del primer parcial, se volvió a repetir. Federer jugó un tie break extraordinario, consiguió rápidamente sacar ventaja a costa de increíbles winners y con la experiencia de un verdadero campeón, volvió a quedarse con el set: fue 7-6 (4) luego de  cincuenta minutos de acción.

Federer gana y avanza a su undécima final

El tercer y último parcial siguió con buena intensidad, mucha dinámica y ambos quisieron tomar el dominio de los puntos. La jerarquía y la tranquilidad de Roger para afrontar los momentos claves, se impusieron al juego de un Berdych lúcido que, con inteligencia, supo asustar más de la cuenta al suizo.  En el 2-2, Federer desperdició el primer break point del set provocando incluso que Berdych  se reinvente y disponga, en el game siguiente, de dos puntos de rotura, los cuales fueron disueltos con dos brillantes y sutiles aces.

En el séptimo juego, el suizo jugó un buen juego al resto y logró el tan importante y ansiado quiebre que se hizo desear más de la cuenta. Con una gran contundencia y escribiendo un nuevo capítulo en la historia del deporte, liquidó el pleito por 6-4 y avanzó a su undécima final en su certamen favorito, el cual lo enfrentará con el croata  Marin Cilic. La catedral del tenis se puso de pie para aplaudir y  despedir a Roger Federer que, con 35 años, buscará alcanzar su octavo título en Wimbledon y el número diecinueve en torneos de Grand Slam.