En un partido donde el servicio era una virtud de ambos jugadores, la única diferencia que se podía encontrar entre ambos era la cantidad de errores no forzados que cometieran cada uno y fue el australiano Sam Groth el que superó notablemente al estadounidense, especialmente del lado del revés.

Groth juega prácticamente sin revés

Durante el principio del set ambos dominaron su servicio, algo que parecía que iba a ser una constante durante todo el partido. Pero fue el australiano quien empezó a jugar apurado ante las devoluciones de Isner, perdiendo su servicio luego de regalar un revés fácil casi pegado a la red. Con la ventaja a su favor, el estadounidense, empezó a sacar bien y a no permitir que Groth genere puntos de quiebre y fue así como empezó a tomar ventaja.

La solvencia que mostraba Isner en el servicio frustraba a Groth, porque se le hacía imposible recuperar el quiebre y para colmo de males para el australiano, volvió a jugar débil con su revés y cedió nuevamente su servicio. Luego Isner con contundencia cerró el primer parcial en solo veinticinco minutos de juego por 6-2.

En el segundo set, el estadounidense solo necesitó de un quiebre para ganar el partido. El mismo se dio en el tercer juego del segundo episodio, donde Isner aprovecho la “avenida” que le dejaba el australiano del lado del revés para atacarlo. Luego del punto del partido, donde ambos pegaron más de diez pelotas seguidas, Isner quebró a Groth con una devolución cruzada de revés que el australiano solo optó por mirarla pasar.

Para Isner, solo le alcanzó con ese quiebre para quedarse con el segundo set y el partido. No hubo más emociones, la potencia del John con el servicio no permitió que Groth logre poner en riesgo al estadounidense.