Dos grandes jugadores del circuito que están en ascenso se presentaban esta noche en las semifinales de Cincinnati para saber quien enfrentaba a Grigor Dimitrov (11°) en la final. Kyrgios venía de una jornada maratónica, que concluyó con una gran actuación, en la noche del viernes ante Rafael Nadal y un tenis, que se enaltece cada vez más. Un David Ferrer que vuelve a las primeras planas, luego del bajón de los últimos tiempos. Esto significaba un gran desafío para ambos y la posibilidad de hacerse con un Masters 1000, no estando en el camino, los cinco grandes.

Ambos jugadores se habían enfrentado en una oportunidad y fue justamente en el torneo que arranca la semana que viene, el tan esperado US Open en Flushing Meadows. En aquella oportunidad fue para el español, en sets corridos (7-5, 6-3 y 6-2), que por aquellos días estaba dentro del Top Ten. Fue ese año que logró su mejor posición, como número tres del mundo. Esta vez el panorama es un poco distinto pasaron los años, hoy Kyrgios es un jugador más grande, maduro y que además de polémico demuestra que cuando quiere jugar lo hace bien y hasta es capaz de llevarse por delante a un Rafa Nadal que volverá a la cima del ránking, sin la frutilla del postre.

Kyrgios cayó en octavos frente a Alexander Zverev (7°), toda una revelación juvenil que marca la nueva generación del circuito. Sin embargo, en esta parte del año, el australiano fue de menor a mayor y de ser campeón, no sólo lo posiciona bien de cara al último Grand Slam en Nueva York, sino que se encontrará muy cerca de los primeros puestos. En Washington no pudo alcanzar el cuadro principal y cayó en la ronda final de la clasificación.

David Ferrer supo estar en momentos mejores en su carrera, sin embargo está también en ascenso y este acceso a las semifinales, el viernes ante el austríaco Dominic Thiem (8°), confirma este buen momento. La semana pasada en Montreal cayó ante Federer (3°), en otro partido destacable del español, por los octavos de final. Misma instancia, que alcanzó en su torneo anterior, hace un par de semanas en Hamburgo, cuando cayó ante el argentino Federico Delbonis.

Un partido de categoría

El partido confirmaría la experiencia de cada uno, Kiyrgios con apenas 23 años y Ferrer con un diez años más presentaron un plato fuerte en materia deportiva del sábado. Dos sets, a puro tenis y en tie break. Un partido, en el que por ejemplo el australiano consiguió 14 aces y un gran porcentaje, 90%, en cuanto a la efectividad con el primer servicio. Ambos salvaron las oportunidades de quiebre en contra y el jugador ganador de tres títulos ATP ganó todos sus puntos en algo más que un 50%.

El primer set empezaba parejo, ambos demostrando sus cualidades, Kyrgios salió a reconfirmar lo hecho ante Nadal. Pero, incluso Ferrer ganaba cada uno de sus games con su servicio y mucha efectividad, solo cedieron ambos un punto para quedar dos iguales. Palo a palo. Luego, una seguidilla de games 3-3, 4-3 y 4-4. Ferrer lograba el 5-4 y era cuestión de quebrar por primera vez, para quedarse con el set. Pero allí apareció, otra vez Kyrgios que puso las cosas en su lugar, 5-5. Luego de otro buen juego del español parecía que iba a cerrarlo, pero llegó lo inevitable, el tie break. Tres minibreaks y apenas uno solo en contra determinaron que el australiano en un buen primer set 7-6.

El segundo lógicamente anticipaba muchas espectativas y la obliación de Ferrer, para forzara un tercer set. Hecho que pareció reflejarse en varios tramos del partido, porque ninguno estaba dispuesto a ceder puntos. Los games jugados a muerte, sobre todo a partir del octavo (4-4) y el décimo (5-5). Con el 6-5, un nuevo Tie Break ya estaba a la vuelta de la esquina. Dos minibreaks, en esta oportuidad le dieron la victoria final a Nick Kyrgios, que jugará por primera vez una final de Masters 1000 ante el búlgaro Dimitrov. Sin Roger, ni Nadal, mucho menos Murray y Djokovic, el australiano querrá alzarse con el título y empezar de la mejor manera el Grand Slam norteamericano.