Hasta 87 partidos se programaron para la jornada de miércoles en las instalaciones del ‘USTA Billie Jean King National Tennis Center’. Todo esto fue debido a la torrencial lluvia que cayó de manera continua el martes y que obligó a la organización del cuarto Grand Slam del año a suspender de manera definitiva todos los encuentros, salvo los que se disputarían en la pista Arthur Ashe, y reprogramarlos para el tercer día de competición, provocando así una auténtica borrachera de partidos que harían delicia de todos los presentes en Flushing Meadows.

Uno de esos 87 choques que tendrían lugar, iba a ser el que enfrentaría en segunda ronda a la eslovaca Dominika Cibulkova, cabeza de serie número once, y a la jugadora local Sloane Stephens, en plena ascensión tras un parón muy largo. La de Bratislava sufrió, pues se tuvo que marchar hasta el tercer set para batir en su debut a la checa Jana Cepelova, mientras que la estadounidense se deshizo en dos mangas de la italiana Roberta Vinci.

Un encuentro que se presentaba verdaderamente atractivo, pues se enfrentaban dos situaciones un tanto contradictorias. Por un lado, la irregularidad en este 2017 de Dominika Cibulkova, que tras su magnífico retorno en el pasado 2016, con título de Maestra incluido, en el presente curso no está disfrutando de ese tenis tan poderoso y es una tenista vulnerable por momentos. En el otro lado de la red, la explosión de Sloane Stephens, que desde hace poco más de un mes regresó al circuito tras superar una lesión que la tuvo mucho tiempo en el dique seco. Llegó a estar rozando el Top 300 y en menos de 30 días se ha situado la 83 del mundo, algo fantástico.

Un cara a cara favorable a Stephens

Con este, iban a ser cuatro los enfrentamientos entre estas dos magníficas combatientes. Lideraba Stephens por 2-1 tras haberse adjudicado el primer y hasta ahora último precedente que tuvo lugar en la final de Acapulco de 2016. Por su parte, Cibulkova igualó en Toronto un año atrás, en el 2015. En definitiva, un duelo de dos tenistas batalladoras, en una de las pistas exteriores, lo cuál atraería a muchos aficionados y que seguro iba a dar muchas emociones fuertes. Todo estaba servido para un emocionante duelo.

Stephens da el primer paso

Pese a lo que acabó reflejando el marcador en el primer parcial, lo visto sobre la pista 10 fue distinto, y es que se observó un intercambio de golpes francamente entretenido del que acabó saliendo victoriosa la tenista americana siendo efectiva en los momentos adecuados. Un momento clave fue el que se produjo en el segundo juego del set, y del partido, pues se produjeron doce 'deuces' que acabaron propiciando el break de Stephens. La americana golpeaba primero.

La tensión fue palpable en Stephens | Foto: US Open

Cibulkova remonta de manera fantástica

Stephens dio otro zarpazo a inicios del parcial y encabezó el partido hasta el momento del 4-2. En ese momento, cuando tocaba la victoria con los dedos, Cibulkova tomó el control y lograba un break que la daba oxígeno y permitía dar más batalla. Stephens gozó de oportunidades, pero la eslovaca salvó los muebles. A partir de ahí, la estadounidense perdió concentración y encadenó más errores, Cibulkova se aferró a la pista, y en momentos finales de tensión, la de Bratislava mandaba el encuentro al tercer set.

Cibulkova no se rindió, pero no fue capaz | Foto: US Open

La americana sentencia a Cibulkova

La irregularidad en el tercer set fue palpable. Hasta cinco roturas consecutivas se produjeron nada más empezar el parcial definitivo. Stephens consiguió aferrarse a la ventaja del break, algo que hizo casi imposible una remontada de Cibulkova en esos instantes del partido. La estadounidense tuvo la calma y paciencia que requería la situación para, en el servicio, cerrar el duelo y citarse en tercera ronda con la australiana Ashleigh Barty. El resultado final fue de 6-2 5-7 y 6-3