Garbiñe Muguruza ha tenido una temporada 2017 que no olvidará nunca. Consiguió su segundo Grand Slam en Wimbledon, el Premier 5 de Cincinnati y, lo más importante, su ascenso al número uno de la clasificación de la WTA. Ha demostrado este año que, con paciencia y tranquilidad, puede ser la mejor jugadora del mundo y ser imbatible.

Después de haber tenido uno de los mejores veranos de su vida, la gira asiática, de momento, no le está yendo tan bien. Empezó bien con esos cuartos de final en Wuhan, donde perdió frente a una pegadora nata como es Jelena Ostapenko, pero esta semana en el WTA  Premier Mandatory de Pekín se vio obligada a retirarse en la primera ronda ante Barbora Strycova, al verse aquejada por un virus. "Desgraciadamente, un virus me impidió jugar como a mí me hubiera gustado hacerlo en el torneo de Pekín esta semana. Es uno de los torneos más importantes del circuito femenino y donde se reparten más puntos después de los cuatro torneos de Grand Slam. Estuve con mucho malestar durante varios días desde que salí de Wuhan. No pude entrenar y a pesar de que lo intenté, la fiebre me impidió jugar al nivel que me hubiera gustado", lamentó Garbiñe Muguruza en su blog.

"Pekín es un torneo del que tengo muy buenos recuerdos. Allí gané en 2015 y la verdad es que tengo una gran representación del Team Mugu por esas tierras. Es increíble lo cariñosos y amables que son los aficionados allí. Siempre me hacen sentir muy arropada, me vienen a ver los entrenamientos de principio a fin y no paran de animarme en los partidos. Pero esta vez no les di muchas alegrías y lo sentí especialmente por ellos", confiesa la actual número uno del mundo.

Muguruza no quiso forzar en este torneo, para poder afrontar con garantías la que considera la cita más importante del calendario, las WTA Finals. " Ya estoy en casa, mejorando y recuperando fuerzas. Así que espero poder empezar a volver a entrenar pronto porque a la vuelta de la esquina tenemos el último torneo del año, y sin duda el más importante del circuito femenino: las WTA Finals en Singapur".

Su objetivo este año es conseguir ser la 'maestra' del 2017 y se demuestra en la ambición que muestran sus palabras. " Llegar a Singapur es uno de los máximos objetivos que me pongo cada temporada y haber podido clasificarme con tanta antelación ha sido sin duda una cosa positiva que me ha dado tranquilidad. Este año las cosas son algo diferentes, llego más tranquila, con la satisfacción de haber hecho un buen año y con posibilidades reales de acabar el año como líder de la clasificación mundial femenina. Ese sería un gran logro para mí, no voy a negar que me haría mucha ilusión, pero lo cierto es que las cosas están muy igualadas y estamos varias jugadoras que podemos acabar el año como número uno", declaró Garbiñe , que podría perder el cetro mundial esta misma semana en detrimento de Elina Svitolina o Simona Halep.

Para finalizar, Garbi comentó cómo afronta el último torneo del año y lo exigente que son las Finales WTA. "Tengo que seguir trabajando como hasta ahora, y hacer lo posible por llegar en las mejores condiciones a cada partido. El torneo tiene un formato muy exigente y con muchos puntos en juego. Somos ocho jugadoras y nos dividen en grupos de cuatro, donde tenemos que enfrentarnos todas contra todas. Hay que mantener una actitud muy positiva. Voy con muchas ganas de hacerlo bien y voy a luchar a tope", concluyó la mejor jugadora del vestuario femenino.