Duelo entre los punteros de la afamada Next Gen para cerrar los cuartos de final en esta jornada de viernes en el ATP 500 de Pekín. Alexander Zverev y Andrey Rublev saltaban a la central de la capital china buscando un puesto en las semifinales, donde ya esperaba el australiano Nick Kyrgios, que no acabó su choque dado el retiro del belga Steve Darcis cuando el partido marchaba 6-0 y 3-0 en favor del controvertido jugador oceánico. Con Dimitrov y Nadal ya encuadrados por un puesto en la final, era el turno de estos dos jóvenes pero gigantes jugadores, que pretenden dominar el mayor deporte de raqueta en un futuro no muy lejano.

Este tipo de partidos siempre despiertan un interés especial; siempre es único ver frente a frente a dos jugadores aspirantes a todo, y que darán que hablar. Uno que ya está dando que hablar, y mucho, es el alemán Alexander Zverev, número cuatro del mundo y doble campeón de Masters 1000 en la presente temporada, lo que le coloca en el Olimpo de la clasificación. Sascha, que batió a Rublev en su único duelo previo, 6-1 y 6-3 en la primera ronda del Masters de Montecarlo del año pasado, debería ser precavido ante un jugador que ya ha ganado su primer título ATP, en Umag, y que ya cuenta con unos cuartos de final de Grand Slam, en el US Open, en la que es la gran asignatura pendiente del germano.

Zverev saca sus mejores galas en el primer set

Pese a contar ambos con la virtud, y en ocasiones lastre, de la juventud, era Alexander Zverev Jr. quien contaba con casi todas las papeletas para meterse en las semifinales. Seis meses les separan, y Zverev, el mayor de los dos, fue quien golpeó primero, quebrando en el cuarto juego del encuentro ante un Rublev que trataba, con su espléndido revés paralelo a dos manos, de diezmar las defensas de un Zverev que llegaba a todo, exhibiendo una amplia gama de recursos tenísticos.

Asegurado el break, y con el 4-1 en el marcador, Rublev comenzó a desesperarse, factor que impidió desplegar su mejor tenis frente a un Alexander Zverev que, ya fuese con su poderoso y casi imparable servicio, o con su bien calibrado revés cruzado, siempre parecía ir un paso por delante. El campeón de los Masters 1000 de Roma y Montreal, imprimiéndole una gran velocidad al encuentro, se impuso con contundencia al pupilo de Galo Blanco, incapaz de alargar este primer set más allá de la media hora, cediendo su saque por segunda vez en el octavo juego, lo que supuso una rotura decisiva y, por ende, el 6-2 en el marcador.

El dominio de Zverev puede con la ambición de Rublev

La falta de acierto en los primeros servicios ponía siempre en duros aprietos a un Andrey Rublev que comenzaba este segundo parcial con los mismos problemas que el primero. Sin esa rotundidad que le ayudó a plantarse en las rondas finales del US Open, y sin esa determinación y energía propias de un jugador de sus características, el moscovita no mantuvo su saque más allá de su primer juego al servicio, dando alas a Zverev, inmisericorde con su derecha y su profundo revés, que le permitió quebrar hasta en dos ocasiones consecutivas, dejando el partido prácticamente resuelto.

Con el 5-1 ya instalado, las opciones de Rublev eran prácticamente nulas, sin embargo, optó por realizar un ataque a la desesperada, protagonizando una encarnizada batalla en el séptimo game, el más largo del choque, que se saldaría con el break del honor en favor del ruso, que fue capaz de salvar un punto de partido. No obstante, esa ruptura solo sirvió para maquillar el resultado, ya que Zverev conservó su ventaja para cerrar, sin mayores dificultades, por 6-2 y 6-3 en 71 minutos de juego. Gracias a esta victoria, el menor de los Zverev tiene asegurado ya un puesto en las World Tour Finals, convirtiéndose en el jugador más joven en llegar a la Copa de Maestros desde que Juan Martín del Potro lo lograse en el año 2008.