Eufórico y entusiasmado se mostraba Roger Federer en la rueda de prensa después de llevarse el título de Shanghái ante Rafael Nadal por 6-4 6-3. Era su segundo Master 1000 de China, en uno de sus torneos predilectos de la temporada tenística. Nadal no tuvo ninguna opción de inquietarle en todo el partido, quizá por molestias que parecía que estaba padeciendo el español en su rodilla y que le limitaban la explosividad necesaria para restar el saque del helvético con garantías. Federer destacó que su principal objetivo es llegar físicamente bien a la Masters Cup, su gran objetivo de final de temporada.

“Me he sentido muy bien a lo largo de toda la semana, creo que he restado muy bien, lo único que he hecho mejor que el resto ha sido el saque. La clave ha podido estar en llegar antes de tiempo a evento para prepararlo, lástima que no siempre se pueda hacer esto por cuestiones de tiempo”, reconociendo la importancia que tiene el tener tiempo para preparar y adaptarse a las peculiaridades de cada torneo.

“Han sido las mejores sensaciones que tengo desde que gané Wimbledon. En Montreal fue todo demasiado rápido y luego con los problemas de espalda fue duro jugar en ciertos momentos. Después del US Open me cogí una semana entera de desconexión, estuve quedando con algunos amigos y pasé mucho tiempo con la familia y los niños. Luego en la Laver Cup en seguida noté que estaba mejor”, señala el suizo que explica que no se sintió nada cómodo en toda la gira norteamericana de verano por sus problemas en la espalda.

Desde hace un tiempo a esta parte, parece que Nadal ha pasado de ser un quebradero de cabeza para Federer a ser un rival con el que se siente muy cómodo y motivado de enfrentarse. Por su parte, Nadal parece no tener claro cómo tiene que jugar para inquietar el juego de un Federer que cuando está físicamente bien parece imbatible. “No he visto nada antes del partido, ninguna visualización antigua. A estas alturas conozco muy bien lo que necesito para jugar contra él, simplemente salgo ahí fuera y voy a por ello. Desde que me cambié a una raqueta más grande puedo sacar mucho mejor y conectar de manera más fluida mi revés, ya no paso por ciertos problemas del pasado. Respecto a Rafa, no le he visto con demasiados problemas, se ha defendido como siempre, le he visto bien y tan rápido como de costumbre, pero sí me sorprendió verle con el vendaje”, aclaró el actual número 2 del mundo.

“No pienso demasiado en si me va a dar tiempo o no en girar el H2H con Rafa, sé que no voy a poder ganarle siempre porque él es un magnífico jugador. No le voy a coger, eso sé que no pasará. Al principio de nuestra carrera jugamos mucho en tierra y Rafa es mejor que yo en tierra. Por eso ha sido bueno evitar los enfrentamientos con él en esa superficie. Aún no sé si jugaré la gira el año que viene”, reconociendo una de las razones por las que se ha saltado la gira de arcilla.

“Ahora la idea es replantearme de nuevo la situación con mi equipo, en Suiza. A lo largo de la semana decidiremos qué hacemos con lo que resta de calendario. El objetivo es intentar mantenerme sano y para eso tengo que ir con mucho cuidado eligiendo los torneos que juego y los que no. Tenemos Basilea y tenemos París, veremos si juego solamente uno de los dos, si juego los dos o si no juego ninguno hasta que llegue las ATP World Tour Finals. Lo hablaré con los doctores a ver qué opinan, pero ahora mismo el principal objetivo para el resto de año es llegar bien a Londres”,  dejando el de Basilea la incertidumbre de cuándo se producirá su vuelta a las pistas.

“Llegar al número uno no va a cambiar mi hoja de ruta en este fin de año, eso lo tengo claro. Si yo estoy preparado y soy capaz de jugar bien, las cosas buenas sucederán sin más. De momento tampoco tengo muchos planes de cara a 2018, solamente sé que jugaré la Hopman Cup y el Open de Australia. Después ya veremos”, finalizó el que con el título de hoy suma 94 títulos ATP igualando a Ivan Lendl, 700 victorias sobre pista dura y 27 Masters 1000.

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