La pequeña deuda de Garbiñe con el tenis ha sido saldada. Cuando la fuerza viene del corazón todo es posible, así lo ha demostrado la representante española nacida en la ciudad de Caracas, en una temporada en la que ha dado otro importante avance en su carrera al alcanzar la consistencia necesaria para sostener el excelente nivel que todos le conocen. Eso hace de Garbiñe Muguruza hoy en día una rival que todas desean evitar.

La temporada 2017 fue de menor a mayor para Muguruza, en un crecimiento sostenido que pudo llevar a cabo a pesar de las dificultades, situación que añade un extra al esfuerzo realizado por mantenerse firme más allá de los resultados.

Comienzo de la temporada

El arranque del año fue muy bueno, alcanzando las semifinales en Brisbane y los cuartos de final del Abierto de Australia. Sin embargo, sus resultados no pudieron trasladarse a la Fed Cup, donde encontró en Karolina Pliskova, una muralla en la que parecía haber encontrado a su némesis. Pese a ello, Muguruza se repuso de una gira para el olvido en Doha y Dubai para reestructurarse en Indian Wells, donde avanzó hasta los cuartos de final, volviendo a caer ante Pliskova.

Buen inicio de año para Muguruza con las semifinales en Brisbane y cuartos de final en Melbourne | Foto: Zimbio

Con la llegada de la gira en polvo de ladrillo, llegaron nuevos desafíos para la española. A la campeona de Roland Garros 2016 no se le dieron los resultados en una superficie en la que ganó su primer torneo precisamente en el Grand Slam, venciendo a Serena Williams. En Roma, logró su mejor participación de esta gira al clasificarse hasta las semifinales, con un retiro ante Elina Svitolina que la puso en duda para el torneo en el que llegaba como campeona defensora. En París no llegó a la defensa tras ser eliminada por la local Kristina Mladenovic en los octavos de final.

El césped del cambio para Garbiñe

Para crecer en el tenis no hace falta ganar todos los partidos, pero si es necesario saber reenfocarse y tomar aprendizaje en cada momento de dificultad para poder manejar las situaciones cuando se empiecen a dar los resultados. Ese fue el gran cambio de Muguruza este año, con declaraciones que fueron perdiendo amargura y demostrando que estaba en capacidad de seguir aprendiendo y dar más de sí en los siguientes torneos, esa es la fuerza del corazón que le hacía falta.

A su llegada al césped, todo comenzó a cambiar para la española. En Birmigham alcanzó las semifinales y en Wimbledon llegó con un ritmo impresionante en el que fue indetenible inclusive para la número uno del mundo en aquel entonces, Angelique Kerber, a la que venció en octavos de final con parciales de 4-6 6-4 6-4. Muguruza conquistó Wimbledon para dar con el génesis de su más reciente versión mejorada. Su victoria sobre Venus Williams por 7-5 6-0, la convirtió en apenas la primera jugadora en vencer a ambas hermanas Williams en una final de Grand Slam.

En Wimbledon, Muguruza vivió el génesis de su más reciente versión mejorada | Foto: Zimbio

Tras Wimbledon, Muguruza sumó las semifinales de Stanford, cuartos de final de Toronto y el título de Cincinnati, el segundo del año. En Cincinnati, finalmente venció a Karolina Pliskova, en ese momento ubicada como la mejor del ranking, en las semifinales por 6-3 6-2 para luego superar en final a quien es actualmente la número uno del mundo, Simona Halep, con una contundente pizarra de 6-1 6-0. Fue otra semana impecable para la española que cerró con firmeza ante las dos mejores del ranking del momento.

Significativa etapa de la temporada para Garbiñe con la que confirmó el buen momento en el Abierto de Estados Unidos, donde llegó como la más firme candidata a tomar el liderato de la clasificación. Pese a ser eliminada ante Petra Kvitova en los octavos de final, Muguruza logró escalar a lo alto del ranking, convirtiéndose en la vigésima cuarta jugadora en alcanzar el número uno del mundo, emulando a su compatriota Arantxa Sánchez-Vicario (1995).

Muguruza, la mejor del año

La primera en firmar su presencia en el torneo de final de temporada de la WTA fue Garbiñe Muguruza. Sus resultados le han valido para recibir tal honor y más allá de ello el galardón de ser la Jugadora del Año. Títulos en Wimbledon y Cincinatti, semifinales de Brisbane, Roma, Birmingham, Stanford y Tokio, para sumar destacados resultados en cada una de las superficies. Resaltando además su desempeño desde Wimbledon en el que avanzó por lo menos hasta los cuartos de final en cada uno de sus torneos, a excepción del Abierto de Estados Unidos y en Beijing, retirada al verse afectada por malestar de gripe.

Muguruza ya es la mejor del año, con opciones de finalizar en la cima del ranking WTA | Foto: Zimbio

Muguruza ya es la mejor del año. Ahora el reto es confirmar su galardón en la participación en las Finales de la WTA, ante las ocho más destacadas de la temporada, donde podría convertirse en la primera española en ganar el título y primera de su país en finalizar el año en la cima del ranking. Esa sería la guinda del pastel para quien ha dado otro gran salto de altura esta temporada, demostrando que para ser la mejor es importante seguir reinventándose a sí misma.