Hablar de claves en un partido de estas dimensiones y con el ascenso en el juego de ambos jugadores desde que comenzó el año hasta antes de la final era muy difícil. El planteo de ambos era sostener sus juegos de saque, fundamentalmente haciendo hincapié en su primer servicio y luego tratar de ser lo más profundo posible en los peloteos para evitar que su rival lo contragolpée.

El primer juego del set, el búlgaro entro algo frío a la cancha, no le funcionaba su primer servicio, un arma que le había dado tremendos resultados en este torneo y el argentino tuvo dos oportunidades de quiebre, que Dimitrov las salvó con calidad, para luego definirlo con un buen primer saque. Luego de este juego complicado para el búlgaro ambos empezaron a mostrar lo que todos venían a ver, jugadas de calidad, ángulos tremendos, toda la acrobacia de Dimitrov para llegar bien parado a los embates del argentino y la tremenda derecha de la Torre de Tandil.

Dimitrov se mostraba por momentos apurado, luego de la tercera bola de un peloteo trataba de variar la dirección de la bola cometiendo errores no forzados, eso favorecía al argentino evitando que los puntos se acorten. Además algo raro con la actualidad del búlgaro, cometía errores no forzados y eso lo llevo a darle dos puntos de quiebre al argentino en el quinto juego y fue así que con un revés flotado y descalibrado le cedió el quiebre al argentino con lo que todo eso significaba en ese momento del partido.

Sostener luego el servicio no le fue nada fácil al argentino, Dimitrov le leía muy bien los primeros servicios y más metido en el juego evitaba apurarse, lo que le permitió tener su primer oportunidad de servicio, pero Juan Martín logró primero salvar el quiebre para luego presionando sobre el revés de Dimitrov mantener su servicio para colocarse 4-2.

Después del quiebre en contra el búlgaro comenzó a estar mucho más seguro, ya con el primer saque como herramienta de control y jugando prácticamente a la misma velocidad que el argentino, logro meterse en partido y dejar de cometer errores no forzados. Pero aunque Grigor había mejorado su juego, Delpo estaba intratable en ese momento del partido con su servicio lo que lo llevó a luego de que ambos sostuvieran su servicio a quedarse con el primer set, tras sufrir bastante luego de comenzar errando dos derechas sencillas, ajustó su saque y con cuatro petardos de primer servicio se quedó con el primer set por 6-4.

Del Potro, intratable

Dimitrov comenzó el segundo set a toda orquesta, como tratando de marcar territorio desde el primer saque y demoliendo con su derecha, algo similar ocurrió del lado del argentino, quien seguía muy seguro con su saque y no cometía tantos errores con su revés.

En el tercer juego del set, Dimitrov volvió a descalibrarse con el revés, atacándolo a Delpo por el lado del drive y el argentino gracias a un nuevo error no forzado ahora de derecha se quedó con el saque del búlgaro. A partir de ese momento comenzaba un gran desafío para Dimitrov que era quebrarle el saque al argentino.

Como en el set anterior, a Del Potro no le fue fácil sostener el servicio, con tres errores no forzados le permitió a Dimitrov tener tres puntos de quiebre, pero el argentino con tres buenos servicios, logro salvar los dos quiebre, aunque luego nuevamente después de uno de los mejores puntos del partido el búlgaro tuvo otra oportunidad de quiebre, que Delpo con aumentado la intensidad ante un rival que estaba dentro del partido logro quedarse con el servicio y adelantarse 3-1.

El segundo set continuó de la misma manera que el primero, con Dimitrov volviendo a jugar muy seguro con su saque y el argentino sosteniendo su servicio, dependiendo por momentos de su primer saque para evitar que el búlgaro lo ataque y pueda recuperar el quiebre. Pero el argentino volvió a tener una nueva chance de quiebre y como en todas las otras oportunidades que había tenido en el partido, se quedó con el servicio gracias a un error no forzado de derecha en la red de Dimitrov. El partido se empezaba a hacer muy cuesta arriba para Grigor, que debía recuperar dos quiebres.

Juan Martín sacó para partido y lo hizo de la misma manera que en todo el partido, jugó un juego perfecto y lo terminó cerrando con un misil, como debía hacerlo, como lo hizo durante toda esta semana, ante un Dimitrov que hoy no estuvo en la cancha, que le falto el primer servicio y que no pudo ganar ninguno de los puntos de quiebre que tuvo en el partido. El vigésimo título de su carrera, luego de un año de abstinencia, volviendo a los primero planos y acercándose peligrosamente en la carrera a Lóndres a sus más próximos competidores.