Es quizás, el que menos tiene que perder junto a Jack Sock, y hasta el mismo lo admite. Con la mente puesta en la Copa Davis, Goffin se planta en las Nitto ATP Finals gracias a su buen final de temporada, que ha tenido el contrapunto de la gran fatiga que arrastra desde Asia.

Cambio en el juego y comienzos de año

Este ha sido el mejor año de David Goffin, acompañado de un cambio en su tenis, volviéndose mucho más agresivo y demostrando que el físico no lo es todo para un jugador como él, de poca complexión. Ha sido el segundo jugador en jugar más partidos, 76, comenzando en Doha, a modo de preparación para el Australian Open, sin embargo poco le duró su andadura, cayendo ante Verdasco en 2R.

Con su llegada al primer Grand Slam de la temporada, tiene un gran momento ganando al que hoy es uno de sus rivales en el grupo Sampras, Dominic Thiem, en R16, cayendo en QF ante otro de los participantes en las ATP Finals, Grigor Dimitrov, en pleno estado de gracia, y que de esta manera accedía a la emocionante SF que jugó contra Nadal.

A partir de aquí, completó los mejores resultados de la primera mitad de su larga temporada, alcanzando sendas finales consecutivas en Sofía (dónde derrotó a Roberto Bautista en SF, perdiendo otra vez con Dimitrov en la Final) y en Rotterdam (vengándose del búlgaro en QF, pero perdiendo contra Jo-Wilfried Tsonga en la Final). Tras un paso que bien se podría calificar de testimonial por Acapulco, Indian Wells y Miami, perdiendo en R16 en todos los torneos ante Querrey, Cuevas y Kyrgios, respectivamente, hace su aparición en la Copa Davis, contra Italia, ganando a Seppi y Lorenzi, como antesala de su buena actuación en Montecarlo.

Buen inicio en tierra batida y revés en Roland Garros

Goffin comienza el cambio de superficie con un gran resultado en Montecarlo, alcanzando las SF, donde cae eliminado ante el que a la postre sería el campeón, Rafa Nadal, pero derrotando por el camino a Thiem en R16 y a Djokovic en QF, entre otros. Participa en el Barcelona Open, cayendo en R16 contra Khachanov, previamente a conseguir alcanzar QF en el Mutua Madrid Open, vengándose del ruso en R64, y ganando a un Raonic venido a menos en R16, pero volviendo a caer frente al "gigante" español, Rafa Nadal.

Su última participación previa a Roland Garros fue en Roma, cayendo de nuevo en R16, esta vez ante Marin Cilic. En el torneo galo toca fondo su temporada. Llega fácilmente a 3R, pero se lesiona el tobillo tras una caída contra la valla de fondo y tiene que despedirse de forma prematura, con una baja de dos meses que no permite que aparezca en la gira de hierba y que corta su buena progresión.

Vuelta a las canchas con dudas y gira americana agridulce

Reaparece en Umag y Gstaad, cayendo ante Dodig y Haase en QF, dando muestras de que todavía no había recuperado su nivel de juego.

Con la gira americana estas dudas no se despejan, y aunque juega de manera continuada, cae en Montreal en R32 ante Chung; en R64 en Cincinatti ante Kyrgios; y alcanza su mejor resultado en el US Open, llegando a R16, eliminado por Rublev, pero sembrando muchas dudas y beneficiado por la retirada de Monfils en R32. Reaparece su buena versión en la Copa Davis, venciendo sus partidos frente a Millman y a Kyrgios, y en su último torneo antes de la gira asiática, en Metz, cae en QF ante el impredecible Paire.

Brillante juego en Asia y mermado a nivel físico para el final

Se alza de manera "sencilla" con el trofeo en Shenzen, ganando a Dolgopolov en la final, y justo a continuación, con el trofeo de Tokyo, dejando por el camino a Feliciano López y Gasquet en rondas intermedias, y en la final a un Adrian Mannarino que estaba a un buen nivel. Como su entrenador reconoce más tarde, esta maratón de partidos dejo a Goffin fundido físicamente, lo que se pudo ver cayendo en Shanghai contra Simon en su primer partido, y en Amberes contra Tsitsipas en QF. Realiza un buen torneo en Basel, jugando bien y cayendo ante Roger Federer en SF, pero cae en Paris-Bercy frente a Benneteau, de nuevo acusando un cansancio que parece no abandonarle.

Dejando atrás la lesión, agotado, y con la mente en la final de la Copa Davis, así llega el belga a Londres. No hay que perderle nunca de vista, ya que a su flojo saque, se opone un juego de fondo y un revés que se presenta como su mejor arma, pegando muy pronto a la pelota, con el cambio de posición al entrar más en pista para atacar la bola. No es su primera participación en Londres (fue suplente el año pasado sustituyendo a Monfils por lesión en el último partido frente a Djokovic), y aunque este año se ha podido preparar mejor, la carga de partidos y la final de la Davis no le sitúan entre los favoritos para alcanzar las SF de Londres, pero nunca se sabe.