Que las ATP Finals 2017 se presentaron como un torneo diferente, atípico, es real. Que se vio un gran nivel en la mayoría de los quince partidos que tuvieron lugar, también. La Copa de Maestros de esta temporada no ha dejado indiferente a nadie en el mundo del tenis, donde se vio como poco a poco desde verano iban retirándose muchos de los jugadores que acostumbran a estar en los puestos altos. No habrá causado indiferencia, pero sí gran satisfacción a la vista del espectador, el triunfo de Grigor Dimitrov el domingo 19 de noviembre.

Dimitrov celebra un punto durante las finales. Foto: Zimbio
Dimitrov celebra un punto durante las finales. Foto: ATP

David Goffin y Grigor Dimitrov, que ya se habían enfrentado en la fase de grupos con una brutal victoria del búlgaro, coparon la primera final del Masters donde no hubo presencia de ningún finalista de Grand Slam de la temporada. En todas las encuestas se daba a Nadal y Federer como finalistas, después de un año donde los dos se han repartido los torneos grandes. Con Wawrinka –finalista de Roland Garros- fuera de combate por lesión y la no clasificación de Kevin Anderson –finalista del US Open-, solo Marin Cilic –derrotado en la final de Wimbledon- podía hacer seguir con la “tradición”. Sin embargo, Rafa Nadal se retiró después de su primer partido con Goffin y el torneo quedaría más abierto que nunca.

"Lo mejor está por llegar" Grigor Dimitrov

De hecho, Marin Cilic perdió sus tres partidos en la fase de grupos, y todos ellos fueron a tres sets y de larga duración. El croata jugó a un gran nivel pero la alta competencia en su grupo le privó de conseguir una sola victoria. El belga Goffin, después de vencer a Nadal, eliminó a Federer en las semifinales; consiguiendo un gran hito al vencer a los dos mejores jugadores del torneo y por ende, del mundo. A pesar de que el belga se jugaba cinco días después la final de la Copa Davis ante Francia, Goffin lo dio todo por conseguir coronarse como maestro, pero se quedó a la orilla. Por consiguiente, Dimitrov se convirtió en maestro de la ATP.

De junior a Baby Federer

Nacido el 16 de mayo de 1991 en Haskovo, un pueblo búlgaro a más de 200 kilómetros de distancia de la capital Sofía y cerca de la frontera con Turquía, el pequeño Grigor cogió su primera raqueta a los cinco años en su tierra. El hecho de que su padre Dimitar  fuese entrenador de tenis y su madre María jugadora de voleibol facilitó su inclusión en el mundo del deporte.

Dimitrov posa como campeón del US Open junior. Foto: US Open
Dimitrov posa como campeón del US Open junior. Foto: US Open

A los quince años comenzó a jugar torneos internacionales, una vez que había despuntado en las pistas de su país natal. Con esa edad, consiguió en diciembre de 2006 su primer gran torneo. El Orange Bowl, uno de los grandes torneos de la ITF, fue el escenario donde se empezó a conocer el nombre de Grigor Dimitrov, ganando en la modalidad de sub15 –un año después perdió la final en categoría sub18 ante Berankis-. En este torneo jugadores como Andrey Rublev o el reciente campeón de las Next Gen Finals Hyeon Chung han conseguido también la victoria final, suponiendo un gran escaparate.

Ese mismo año -2007- consiguió alcanzar la final del Open de Australia junior en dobles, siendo el canadiense Vasek Pospisil su compañero; pero cayeron ante los franceses Eysseric e Inzerillo. Aquella temporada la terminó ya con una posición en el ranking ATP, copando el puesto número 1.461 del mundo.

Dimitrov levanta su título de Wimbledon junior. Foto: Wikipedia
Dimitrov levanta su título de Wimbledon junior. Foto: Wimbledon

Sin embargo, 2008 fue su gran año y el último a nivel junior. Dimitrov cayó en cuartos de Roland Garros ante el polaco Janowicz, pero lo mejor estaba por llegar. La temporada de hierba –su preferida,  declarada por él mismo- trajo consigo su título de Wimbledon ante el finlandés Kontinen (ganador el domingo junto a Peers de las finales ATP en dobles). Esta victoria le otorgó una plaza en el cuadro final de Wimbledon un año después, cayendo en primera ronda. Meses después, el taiwanés Yang fue su víctima en la final del US Open. Después de conseguir los dos grandes (y tres torneos Future’s en España), Dimitrov decidió incorporarse al circuito profesional y empezó a ser conocido como Baby Federer. De hecho, debutó en su primer partido en la ATP en el torneo holandés de ‘s Hertogenbosch, cayendo ante el ruso Andreev. Acababa de alcanzar la mayoría de edad. Aquel año su ídolo Roger Federer ganaría ya su quinto y último US Open.

Federer y Dimitrov comparten una gran amistad. Foto. ATP
Federer y Dimitrov comparten una gran amistad. Foto. ATP

El salto a la Davis

En 2008 Dimitrov participó hasta en cinco ocasiones con el equipo nacional búlgaro. Su país competía por entonces en el Grupo III del mundo, lejos de la élite. Zimbabwe, Turquía, Costa de Marfil, Madagascar y Montenegro cayeron ante la Bulgaria de Dimitrov, que ya empezaba a erigirse el líder pese a su corta edad. Al año siguiente consiguió clasificar a su país a la segunda ronda del Grupo II tras eliminar a Hungría con dos triunfos suyos. Para cerrar el círculo en su tercer año consecutivo en la Davis, en 2010 Dimitrov conseguiría el acceso a los cuartos de final del Grupo II con sus tres triunfos –incluido el dobles- ante Mónaco. Sin embargo, Eslovenia le bajaría de las nubes con un cinco a cero.

Dimitrov, durante un partido de Copa Davis. Foto: Getty Images
Dimitrov, durante un partido de Copa Davis. Foto: Getty Images

Impulso en dobles

Su primera victoria en el circuito profesional llegaría en el Torneo de Basilea ante el polaco Vanek, y ya fue en 2009 cuando Dimitrov comenzó a jugar torneos importantes con bastante frecuencia.  A su primera ronda en Wimbledon unió su segunda ronda en fase clasificatoria en el US Open. Sin embargo, el hecho de estar a caballo entre la élite y los torneos Challenger’s hizo que no consiguiese ningún título en individuales.

No así en dobles, donde ganó el Challenger de Trnava con el ruso Gabashvili y perdió el de Estambul con el turco Ilhan. Fue un año donde Baby Federer empezó a darse a conocer gracias a su similar juego con Roger y, sobre todo, su carisma, humildad y buen humor sobre cada pista en la que jugaba.

Tres títulos Future y otros tres Challenger

La temporada del año 2010 ha sido la mejor en cuanto a títulos se refiere. Sin estar asentado aún en los puestos altos, comenzó el año disputando la fase previa del Open de Australia. Ya era el número 287 de la ATP. Dimitrov ganó los Futures de Bitbuger y Apano (ambos en Alemania) ante precisamente David Goffin y Struff, respectivamente. También consiguió vencer en el de Irún (País Vasco) ante el español Sergio Gutiérrez.

En cuanto a Challengers se refiere, ganó dos títulos en Bangkok frente a los rusos Kravchuk y Kudriavsev, al que se le unió el de Ginebra ante Pablo Andújar.  Mahut le vencería ese mismo año en el Challenger de Orléans (Francia), siendo la única final en la que salió derrotado.

Dimitrov, tras ganar el Challenger de Bangkok. Foto: Zimbio
Dimitrov, tras ganar el Challenger de Bangkok. Foto: ATP Challenger Tour

Por su parte, el torneo británico de Eastbourne vio su primera victoria ATP del año, pero en segunda ronda Feliciano López le apearía. Tras una serie de malos torneos de categoría Challengers cayendo en las primeras rondas, su buen hacer en los otros le permitió conseguir su puesto más alto del ranking, el 106.

El salto al top 100

Dimitrov consiguió en 2011 su último título Challenger, tomándose la revancha con Nicolas Mahut en Orléans (Francia). Y fue el último debido a que apareció con regularidad en los importantes torneos del circuito ATP. Dimitrov entró en la década de los veinte como uno de los tenistas más prometedores del mundo.

El búlgaro alcanzó la segunda ronda en el Open de Australia después de superar la fase previa en un total de cuatro partidos. El suizo Stan Wawrinka, número 19 por entonces, le eliminó. El torneo de Róterdam vio un buen partido ante Tsonga, pero el francés consiguió vencerle en primera ronda. Mismo guion siguió en Marsella, donde cayó ante el ruso Tursunov. Logró participar en el 500 de Dubai, pero Gasquet se encargó de frenar su progresión a las primeras de cambio. Fue un año donde Dimitrov saboreó mucho la derrota, algo entendible debido a la inexperiencia.

Disputó su primer Masters 1000, precisamente el de Miami. Después de superar la fase previa, el ucraniano Stajovksi le bajó de la nube. Sin embargo, ese mismo año consiguió alcanzar la segunda ronda en los Masters 1000 de Cincinnati y Shanghai, los otros dos en los que participó (Ferrer y Rodick le vencieron).

Antes de participar en Roland Garros, disputó los torneos en tierra de Barcelona –donde perdió en su debut ante el argentino Mónaco- y Munich, alcanzando por primera vez la ronda de cuartos de final en ATP. En París, Jeremy Chardy le barrió de la pista en poco más de dos horas.

Dimitrov, en el descanso de un partido. Foto: Wimbledon
Dimitrov, en el descanso de un partido. Foto: Wimbledon

La gira en hierba empezó con una temprana eliminación en Queens, pero en Eastbourne alcanzó de nuevo los cuartos de final. Ya en Wimbledon, llegó a segunda ronda pero Tsonga se cruzaría de nuevo en su camino dejándole fuera. Después, ya en pista dura, Atlanta vio como perdía en primera ronda y llegó en Washington al segundo encuentro, al igual que en Winston-Salem. Además, perdió la final de Eastbourne en dobles al lado del italiano Seppi.

Una primera ronda en Metz y Pekín y sendos cuartos de final en Bangkok y Estocolmo, cayendo ante Murray y Raonic, fueron el final de año de Grigor, en una temporada donde no jugó la Copa Davis. Ascendía ya hasta el puesto 76 de la ATP.

Balance positivo en grandes torneos, su logro de 2012

Dimitrov dejó de lado los Challengers y participó aquella temporada en todos los grandes torneos, a excepción del Masters 1000 de Roma. Eso sí, en Montecarlo, Madrid, Canadá y Cincinnati no pudo llegar al cuadro final, cayendo eliminado en la fase previa.

En los Grand Slam alcanzó la segunda ronda, a excepción del US Open, donde perdió en primera. Empezando por Australia, Almagro le venció en un partidazo a cinco sets. En París consiguió la primera victoria ante Young, pero Gasquet le vencería después. En su gira de hierba alcanzó las primeras semifinales ATP en el torneo de Queen’s, tras dejar por el camino a Reynolds, Muller, Mahut y Anderson. En su querido Wimbledon tuvo que retirarse en segunda ronda por lesión.

Llegaría otra vez a semifinales en el torneo de Gstaad, celebrado en tierra batida en Suiza. Benneteau, Brown y Kubot fueron cayendo, pero el brasileño Bellucci le dejó a las puertas de su primera final. Benoit Paire le venció en la primera ronda del US Open. Miami fue su gran torneo, alcanzando la cuarta ronda por primera vez en un Masters 1000.

Dimitrov, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Foto: COI
Dimitrov, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Foto: COI

A estos hitos, Dimitrov sumó su primera participación en unos Juegos Olímpicos, aunque perdió sobre la hierba londinense en segunda ronda ante Gilles Simon tras vencer a Lukasz Kubot. Grigor volvió a la Davis, donde dejó en la cuneta tanto a Albania como a Georgia para llegar al play off del grupo tres, donde un triunfo suyo ayudó a conseguir el pase frente a Macedonia. Aquel año Dimitrov dio el salto a los cincuenta primeros del ranking, finalizando en 48ª posición.

Dos finales, un título y sorpresa en Madrid: en 2013 Dimitrov ya está entre los mejores

A punto de cumplir los 22 años disputó su primera final del circuito ATP en Brisbane. Grigor dejó por el camino a Baker, Raonic, Melzer y Baghdatis para medirse con Andy Murray el día de Reyes por el título del 250. El escocés consiguió la victoria, pero aquel día Grigor se dio cuenta de que ya estaba entre los mejores.

Tras un mal torneo de Sidney, disputó la primera ronda de la segunda división en la Copa Davis ante Finlandia. Pese a sus dos triunfos, no pudo vencer en dobles y Bulgaria cayó eliminada. Después de pasar con más pena que gloria por Zagreb, Róterdam vio como llegaba a otras semifinales, pero Del Potro acabó con Dimitrov.

Djokovic y Murray le eliminaron en los primeros Masters 1000 de la temporada: Indian Wells y Miami. Sin embargo, ese año llegó a los cuartos de final en Montecarlo, done apareció un tal Rafael Nadal que le despertó del sueño.

Sin duda Dimitrov saltó definitivamente al escaparate tenístico con su victoria ante Novack Djokovic en la segunda ronda del Masters 1000 de Madrid. El público de la capital española vio nacer a una futura estrella y no importó que cayera después ante Wawrinka: había vencido al número uno. Djokovic se cobró su particular venganza en la tercera ronda de Roland Garros, pero en Wimbledon no pudo pasar de la segunda ronda ante Zemija en cinco sets.

Djokovic y Dimitrov se saludan al finalizar su partido en Madrid 2013. Foto: Reuters
Djokovic y Dimitrov se saludan al finalizar su partido en Madrid 2013. Foto: Reuters

Consiguió llegar a las semifinales con Verdasco en el torneo sueco de Bastad, disputado sobre tierra batida. Después de una mala gira asiática, redondeó su gran año en Estocolmo, consiguiendo su primer título. Copil, Struff, Schepper y Paire cayeron a manos del búlgaro, que alcanzaba la segunda final de su carrera meses después. Esta vez estaba enfrente David Ferrer, que vio como Grigor le remontó el set inicial para conseguir su primer título el 20 de octubre de 2013. Después, su ídolo Federer le ganó en los cuartos de Basilea, y otra vez Del Potro acabó con él en el Masters de París. Terminó el año en el puesto 23 y como un gran tenista.

Tres títulos y tres importantes semifinales: su gran bagaje de 2014

Dimitrov terminó de explotar en 2014, donde realizó grandes torneos y alcanzó su mejor tenis. Tras caer en Brisbane en segunda ronda y perder muchos puntos, realizó su mejor participación en un Grand Slam por aquel entonces. Los cuartos de final del Open de Australia, donde perdió con Rafa Nadal, le permitieron entrar por primera vez entre los veinte mejores. De la mano de Roger Rasheed alcanzó en el mes de julio las semifinales de Wimbledon, donde tras realizar un espectacular torneo cayó ante Djokovic, pero entró en el top ten por primera vez.

Dimitrov también consiguió aquel año la victoria en tres importantes torneos. En marzo se consagró en el Open 500 de Acapulco ganando a Kevin Anderson y en abril venció en Bucarest a Lukas Rosol, siendo su primer título de tierra batida. En hierba su primer entorchado fue en Queen’s ante Feliciano López, en una intensa final donde salvó incluso un punto de partido ante el toledano. Además, Grigor consiguió dos importantes victorias para la clasificación de Bulgaria a semifinales del Grupo II de la Davis.

Dimitrov y Feliciano lópez, después de la final de Queen's 2014. Foto: Zimbio
Dimitrov y Feliciano López, después de la final de Queen's 2014. Foto: ATP

Grigor encaró el final de 2014 en el mejor momento de su carrera y con un gran abanico de fans y, sobre todo, puntos a sus espaldas. No pudo revalidar su título de Estocolmo, ya que cayó en la final ante Berdych. El pupilo de Rasheed finalizó el año en el puesto número once, pero con la sensación de seguir creciendo.

La debacle y el cambio de entrenador

Dimitrov comenzó con buen pie en el Open de Australia de 2015, llegando a la cuarta ronda donde cayó ante Andy Murray. Semanas antes perdió en las semifinales de Brisbane ante Roger Federer, por lo que el año se avecinaba aún mejor si cabe que el anterior. A partir de entonces todo cambió.

Dimitrov rompió con Roger Rasheed en 2015. Foto: Australian Open
Dimitrov rompió con Roger Rasheed en 2015. Foto: Australian Open

A excepción de una decente gira de tierra batida –con cuartos de final en Montecarlo y Madrid- Dimitrov no hizo un buen papel en ningún gran torneo. Además, no llegó ni siquiera a una sola final, después de los dos buenos años que venía haciendo. El búlgaro deambuló por varios torneos de categoría 500 y 250 y en muchos de ellos solo pudo llegar a los cuartos de final. Eso sí, ganó a Luxemburgo los cuartos de final del Grupo II de la Davis consiguiendo dos puntos.

La relación entre Dimitrov y Sharapova duró de 2013 a 2015. Foto: Twitter
La relación entre Dimitrov y Sharapova duró de 2013 a 2015. Foto: Twitter

Dimitrov entró en una profunda crisis de juego, que se vio afectada en todas las facetas de su vida personal. Su relación sentimental con Maria Sharapova, ex número uno de la WTA, se acabó en julio y dos meses más tarde contrató a un nuevo entrenador: el argentino Franco Davin, que ya había trabajado con Del Potro. El búlgaro pasó por los peores momentos de su carrera y cayó hasta el puesto cuarenta, aunque terminó el año en el 28, lejos de lo esperado a principio de ronda.

Dimitrov y Davin no llegaron al año juntos. Foto: ATP
Dimitrov y Davin no llegaron al año juntos. Foto: ATP

Vuelve la ilusión

El año 2016 se presentó como el de su renacer. Después de un año horrible, Grigor quería volver a los puestos altos del ranking ATP y, sobre todo, recuperar la ilusión por jugar al tenis, algo que había perdido sin duda.

Grigor recuperó su mejor forma y estado de ánimo de la mano del venezolano Vallverdú

En los Grand Slam no experimentó un gran ascenso, aunque sus sensaciones sin duda mejoraron. Grigor venció en el Open de Australia a Lorenzi y Trungelliti, pero Federer se cruzó en su camino y no progresó más allá de la tercera ronda. A pesar de alcanzar la segunda ronda en Indian Wells y la cuarta en Miami, Dimitrov llegó a Roland Garros tras una lamentable gira de tierra batida que le dejó fuera de los cabezas de serie. En París perdió a las primeras de cambio con el serbio Troicki. En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro no hizo un gran papel, ya que cayó en primera ronda ante Marin Cilic.

Algo mejor le fue en la segunda mitad del año. En Wimbledon llegó hasta la tercera ronda después de ganar a Fratangelo y Simon, pero Johnson le dejó fuera de combate contra todo pronóstico. Mejoró en las Américas, donde llegó a los cuartos en Canadá y semifinales en Cincinnati. El venezolano Daniel Vallverdú –ex entrenador de Murray y Berdych- se puso al frente de su equipo técnico, decidido a recuperar la mejor versión del búlgaro.

La llegada de Vallverdú cambió por completo a Grigor. Foto: Zimbio
La llegada de Vallverdú cambió por completo a Grigor. Foto: Getty Images

Dimitrov llegó en un buen estado de forma al US Open después de llegar a la final en el 500 de Pekín, donde perdió ante Andy Murray. Precisamente el escocés volvió a dejarle por el camino en la cuarta ronda en Flashing Meadows tras vencer a Cervantes, Chardy y Sousa. Dimitrov subió al puesto número 17 del ranking de la ATP, recuperando las buenas sensaciones.

2017: su consolidación en la élite

Así se llegó al presente año, con un entrenador con el que se entiende a la perfección y una alegría por jugar como nunca tuvo el joven Grigor. Sin ir más lejos, Dimitrov comenzó a lo grande, cuajando un mes de enero para enmarcar. Se quitó la espina de su primera final en Brisbane con el título, tras dejar por el camino a Johnson, Mahut, Thiem, Raonic y Nishikori.

Dimitrov, con el título de Brisbane. Foto: Zimbio
Dimitrov, con el título de Brisbane. Foto: ATP

Después llegaría un espectacular Open de Australia, donde Grigor fue avanzando rondas con un gran nivel de juego. Después de Goffin llegó Rafa Nadal en las semifinales, donde ambos jugaron un partido que se recordará toda la historia y que está considerado como uno de los mejores de los últimos años. Tras casi cinco horas, Dimitrov cayó en una épica batalla ante el mallorquín, que perdería la final ante Federer días después. El mundo había visto el renacer del búlgaro, dispuesto a comerse el mundo.

Una imagen que no olvidaremos. Foto: Zimbio
Una imagen que no olvidaremos. Foto: Getty Images

Semanas después llegaría el torneo de Sofía. Jugando ante su gente y tras sus grandes resultados, era el favorito al título. Así fue. Dimitrov solo cedió un set en el torneo y en la final David Goffin volvió a caer ante el búlgaro por segunda vez en apenas un mes. Dimitrov conseguía dos títulos y unas semifinales de Grand Slam en apenas mes y medio de competición. El belga se tomó la revancha en los cuartos de Rotterdam.

Dimitrov besa el trofeo de Sofía. Foto: Zimbio
Dimitrov besa el trofeo de Sofía. Foto: ATP

Ya en el Masters 1000 de Indian Wells, Jack Sock acabó con Grigor en tercera ronda, siendo aún mayor la decepción en Miami con la victoria de Guido Pella en segunda ronda. Dimitrov perdió puntos pero no las ganas de seguir compitiendo. Sin embargo, Tommy Robredo en Marrakech y Struff en Montecarlo le ganaron a las primeras de cambio, acumulando cuatro derrotas consecutivas el búlgaro.

Fueron los peores momentos del que al final ha sido su mejor año como profesional. En Madrid la mejoría fue notable, cayendo con Thiem en octavos de final después de desaprovechar hasta cuatro bolas de partido. Del Potro le sumergiría de nuevo en un mar de dudas cuando le ganó en el primer partido del Masters 1000 de Roma. La tercera ronda de Roland Garros le permitió recuperar algo de puntos, pero no lo suficiente. Sin embargo, después de este torneo varios jugadores empezaron a retirarse por diferentes lesiones.

Janowicz acabó con él a las primeras de cambio en Stuttgart, pero Grigor recuperó su buen tenis en Queen’s, donde alcanzó las semifinales cayendo ante Feliciano López, campeón del torneo londinense. En la capital británica el a la postre campeón de Wimbledon Roger Federer le eliminó en los octavos de final en tres sets.

Después de Wimbledon, la lista de jugadores que se iban a retirar hasta 2018 era considerable: Djokovic, Murray, Wawrinka, Nishikori, Raonic… Tan solo Nadal y Federer, ambos en una segunda juventud, resistían de los grandes. A partir de entonces se abrieron definitivamente las opciones para que muchos tenistas de una nueva generación lograsen una plaza para las finales de Londres.

Después de las segundas rondas en Washington y Montreal, llegó su gran título de su carrera deportiva: Cincinnati. El Masters 1000 estadounidense vio el primer gran triunfo del búlgaro, que logró la clasificación para Londres tras su título. Feliciano, Del Potro, Sugita, Isner y Kyrgios fueron sus víctimas y consiguió al fin su ansiado primer Masters 1000.

Dimitrov posa con los voluntarios tras ganar Cincinnati. Foto: ATP
Dimitrov posa con los voluntarios tras ganar Cincinnati. Foto: ATP

Las semifinales de Pekín ante Nadal le hicieron perder algunos puntos, pero Dimitrov jugaba por entonces a un gran nivel y tenía grandes esperanzas en lo que estaba por llegar. Nuevamente Nadal le venció en los cuartos del Masters 1000 de Shanghai, mientras que semanas después pierde la final de Estocolmo ante Del Potro.

Al último Masters 1000 de París, donde se rifaba la última plaza de Londres, llegaba Grigor como uno de los principales cabezas de serie y con altas posibilidades de conseguir ganar. Sin embargo, el gigante John Isner, que se quedó a las puertas de Londres, acabó con su marcha.

Y así llegó a las ATP Finals de Londres, siendo el sexto cabeza de serie y encuadrado en su grupo con Rafa Nadal (que tras su lesión dejó la plaza a Pablo Carreño), Dominic Thiem y David Goffin. Tres grandes triunfos en la fase de grupos le clasificaron en primer lugar a semifinales. Allí apareció sorprendentemente Jack Sock, que venció a Marin Cilic y Alexander Zverev. La final soñada ante su ídolo Federer estaba cada vez más cerca, pero el suizo cayó ante el belga Goffin, por lo que el enfrentamiento del grupo se repitió en el partido más importante del año para ambos.

Dimitrov consiguió en 2017 su primer Masters 1000

Con su triunfo en tres sets, y después de cuatro bolas de partido levantadas, Grigor Dimitrov alcanzó la gloria del tenis con su triunfo en Londres: su octavo entorchado de su aún corta historia -consiguiendo un histórico 5-0- y con un amplio abanico de posibilidades a partir de ahora. Daniel Vallverdú ha conseguido despertar de su letargo al búlgaro, que ha vuelto por la puerta grande y ha terminado el año en la mejor posición de su vida: el tercer escalón.

Dimitrov celebra su victoria en las ATP Finals. Foto: Zimbio
Dimitrov celebra su victoria en las ATP Finals. Foto: ATP

A la espera de la fiesta final de la Davis con la Francia de Tsonga y la Bélgica de Goffin, Dimitrov ha sido el artífice de una de las mayores gestas del tenis reciente, consiguiendo romper un dominio de Federer, Murray y Djokovic en las finales ATP. En Londres no nació una estrella, ni Dimitrov alcanzó el máximo. Grigor está convencido de que lo mejor está por llegar, y tiene el foco puesto en alcanzar un título de Grand Slam, su siguiente objetivo.