Todo aficionado al tenis y al mundo del deporte que se preste conoce a Rafael Nadal y a toda la magnitud que el mallorquín ha brindado no solo al mundo del tenis, sino también al mundo del deporte. La temporada del mallorquín ha sido más que notable. Ha conseguido tener un nivel muy regular durante los primeros tramos de la temporada, apagándose conforme iba pasando la temporada, acusando el cansancio físico y la carga de partidos y la maldita rodilla con la que Rafa ha tenido tantos problemas a lo largo de la temporada.

El primer choque con Federer

El año tenístico de Rafa se iniciaba con el Abierto de Australia, torneo en el que el mallorquín se encontró muy enchufado. En este torneo Rafa, se enfrentó a duros rivales de la talla de Alexander Zverev, Gael Monfils, Grigor Dimitrov y Milos Raonic. En la final se iba a encontrar con Roger Federer, el que sería su verdugo durante toda la temporada, sobre todo en las principales finales del circuito. El balear no pudo con el suizo y se dio lo que para todos era una sorpresa, pero Roger iba a demostrar que no era casualidad su victoria en Australia. El partido se acabó en cinco sets: 4-6 6-3 1-6 6-3 3-6.

Tras el open de Australia Rafa disputó un torneo ATP 500 en Méjico, donde no pudo batir en la final del torneo al estadounidense Sam Querrey, que batió al español por 3-6 6-7. Como rival más destacable de este torneo Rafa tuvo al croata Marin Cilic que barrió de la pista por un contundente 6-1 6-2. El torneo mexicano sirvió a Rafa de preparación para el primer Masters 1000 de la temporada en Indian Wells donde Rafa no iba a pasar de dieciseisavos ante otra vez, el mismo verdugo, Roger Federer por 2-6 3-6, tras haberse impuesto al argentino Guido Pella y a su compatriota Fernando Verdasco, ambos partidos ganados por Nadal en dos sets.

La temporada continuaba y la gira americana seguía su curso. Esta vez tocaba el Masters 1000 de Miami, donde Rafa llegó hasta la final, en un cuadro más bien sencillo, Dudi Sela, Kohlschreiber, Mahut y Sock fueron los rivales de Rafa y solo encontró dificultades con el italiano Fabio Fognini (6-1 y 7-5), pero la suerte del mallorquín estaba echada en las finales, porque iba a ser otra vez el suizo quien iba a ganarle en una final y además, en dos sets, por 3-6 y 4-6. La gira americana pasaba y Rafa comenzaba la temporada que más le gusta, en la que es imbatible y en la que sabe cómo emocionar al público. La temporada de tierra batida. En esta etapa de tierra, Rafa se hizo imparable y ganó todos los torneos que disputó excepto el Masters 1000 de Roma.

Llegó la tierra batida, territorio Nadal

El primer torneo en superficie de tierra, fue el Masters 1000 de Montecarlo en el que el mallorquín se desquitó de los fantasmas de Federer derrotando a jugadores muy consolidados como es el caso de Shwachman, Kyle Edmund, Zverev o el belga David Goffin. Esto supuso que Rafa llegara a la final del torneo, frente a Albert Ramos Vinolas, quien había cuajado un torneo espléndido pero no pudo aguantar el ritmo de Rafa en el último partido en Mónaco.

Tras Montecarlo, Rafa conquistó el Open de Barcelona tras ganar a un Top 10 en la final como es el austriaco Dominic THiem. En este torneo Rafa también se enfrentó a jugadores como el argentino Horacio Zeballos en semifinales, jugador que protagonizó una de las anécdotas de la temporada tras pedirle una foto al propio Rafa tras haber terminado de jugar. El torneo barcelonés servía de “previa” para el Mutua Madrid Open, en el que Nadal completó un torneo muy completo a nivel de juego. Rafa completó uno de los torneos más exigentes en cuanto a rivales se tratara, derrotando a tenistas de la clase de Novak Djokovic, David Goffin o Nick Kyrgios. En la final se enfrentó a Dominic Thiem, que no fue un problema para llevarse el título a Mallorca y ganar otro trofeo en Madrid delante de su gente.

Tras el torneo madrileño, Rafa tenía que disputar el Masters de Roma, en el que el balear caería en tercera ronda ante un sorprendente Thiem, que mostró una cara completamente opuesta a la ofrecida en Barcelona y Madrid. Ganó a Almagro por abandono del español y venció en dos sets a Sock, pero no pudo con el austriaco quien había aumentado su nivel exponencialmente de un torneo para otro.

Roland Garros, la décima corona

Llegaba el torneo de los torneos para Nadal, Roland Garros. El mallorquín tenía claro que iba a triunfar en tierras francesas y así lo hizo, se deshizo del francés Benoit Paire en primera ronda, y poco a poco, fueron cayendo uno a uno a las garras de Rafa: Haase, Basilashvili, Carreño, Bautista, Thiem y en la final, Stan Wawrinka. El balear se llevó el décimo Roland Garros de su carrera sin ceder un set en todo el torneo. La temporada de tierra había sido espectacular y los fantasmas de Federer se iban a espantar( Gracias en parte, a que el suizo no disputaba la fase de tierra de la temporada)

La hierba se le dio muy mal al español en este curso, En Wimbledon, no pudo pasar de dieciseisavos tras perder contra Muller en cinco sets, a pesar de haber ganado a Millman, Khachanov y Donald Young en rondas anteriores y en tres sets.

La segunda gira americana en pista dura tampoco iba a ser un camino de rosas para el balear. Dos derrotas tempraneras en Montreal, tras solo poder ganar a Coric y Cincinnati,  solo ganando a Gasquet y a Albert Ramos, y perdiendo  ante rivales más asequibles como Kyrgios y Shapovalov marcarían dudas en Rafa Nadal. Pero si algo hay que aprender de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos es que Rafa nunca se rinde, con el inicio del US Open vimos un rafa motivado y especialmente acertado que hizo que acabará conquistando el torneo ante un Anderson inexperimentado para una final. y con Del Potro como rival más duro, en semifinales. Esto saldará la cuenta de Grand Slam de la temporada con dos a favor de Rafa (US Open y Roland Garros) y dos en la cuenta del suizo( Wimbledon y Australia).

La gira asiática iba a ser descafeinada para Rafa, ganando el trofeo preparatorio de China, con victorias ante Pouille, Khachanov, Isner, Dimitrov y Kyrgios pero perdiendo el Masters 1000 contra el mismo Rival: Roger Federer, a pesar de que Rafa llevaba un inicio de torneo en Pekín espléndido tras doblegar por segunda vez en la gira asiática a Khachanov y a Dimitrov a las que hay que sumar las victorias frente Donaldson y Fognini. Tras esta gira asiática, Rafa comenzó el Masters 1000 de París y la copa de Maestros pero desafortunadamente, tuvo que abandonarlos por lesión.

Triste final a un año de ensueño

En el Masters parisino, solo ganó a Cuevas y a Chung y en la Copa de Maestros, solo pudo disputar un partido ante el belga David Goffin, hasta que su rodilla derecha dijo basta. Rafael Nadal echa el cierre a la temporada con 67 victorias y 11 derrotas, sumando seis títulos, (US Open, Roland Garros, los masters 1000 de Madrid, Montecarlo y los ATP 500 de Barcelona y Pekín)

La temporada de Rafa no se recordará como una de las mejores, pero tampoco como una de las peores. El mallorquín ha acabado el año siendo el mejor tenista del mundo, muchos tenistas firmarían sólo competir con la carga de partidos que lleva Rafa en su carrera, pero el español no tira nunca la toalla y siempre busca mejorar, en cada punto, en cada partido, en cada torneo. De este curso la gente se puede quedar con que Rafa ha demostrado que sigue en la pelea y no tirara la toalla aunque vengan las generaciones jóvenes pisando fuerte. Rafa puede dar todavía muchas alegrías a los aficionados del tenis y los Zverev, Coric, Kyrgios o Thiem tendrán que escalar primero las dos montañas del tenis mundial, tanto Rafa Nadal como Roger Federer, para poder hacerse un hueco entre los gigantes de este deporte.

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