Jack Sock deja atrás el cartel de promesa que portó durante varios años y ya es una realidad del circuito ATP. Durante este curso, el estadounidense ganó su primer Masters 1000 en París-Bercy y debutó en las ATP Finals, consolidándose así como uno de los ocho mejores tenistas del panorama mundial. En la temporada del norteamericano ha reinado la irregularidad, una de las facetas que tiene que mejorar Jack Sock para competir en lo más alto año tras año.

La montaña rusa

La temporada de Jack Sock es difícil de definir, una montaña rusa es lo más parecido a su 2017. El año del tenista de Nebraska ha estado lleno de altibajos, como ya nos tiene acostumbrado. ‘Showtime’, como su nombre indica, muestra en muchas ocasiones un tenis espléndido y fabuloso, pero también es capaz de lo peor. Sock comenzó el año ganando el ASB Classic en Auckland, Nueva Zelanda; además, levantó el primer torneo ATP 250 del curso tras ganar en la final al portugués Joao Sousa.

Jack Sock celebrando la victoria en el ASB Classic de Auckland | Foto: Phil Walter
Jack Sock celebrando la victoria en el ASB Classic de Auckland | Foto: Phil Walter

El nivel que dejó en Auckland era alto, pero poco tardó en ofrecer la otra cara de la moneda y no escogió el mejor escenario que digamos. Había muchas esperanzas puestas en que Sock llegaría lejos en el Abierto de Australia, pero no fue así y el estadounidense cayó derrotado en tercera ronda ante el francés Jo-Wilfried Tsonga en cuatro sets. Otra vez había fallado, no cumplió con las expectativas del mundo del tenis. A ‘J. Sizzle’ se le atragantan las grandes citas, no es una novedad. Todo el talento que tiene no lo saca a relucir en los Grand Slam, ya que si esto fuera así estaríamos acostumbrados a ver su nombre en las rondas finales de estos prestigiosos torneos.

En 2017, el estadounidense de 25 años cayó a las primeras de cambio en Roland Garros y US Open ante Jiri Vesely y Jordan Thompson respectivamente; a priori, dos rivales asequibles que le acabaron complicando la vida. Aunque en Wimbledon perdió en segunda ronda, Sock tocó fondo en Londres. En la capital inglesa lo pasó mal contra el chileno Christian Garín, pero su verdugo fue un joven austriaco de 21 años, Sebastian Ofner. El de Bruck an der Mur mandó a Jack a su casa en cinco sets, la derrota fue un mazazo para el norteamericano. En definitiva, ‘Showtime’ no dio la talla en ninguno de los cuatro Grand Slam, esta es una tarea que tiene pendiente si quiere ser uno de los grandes nombres del circuito y codearse con los mejores tenistas.

Jack Sock lamentándose durante un encuentro en Roland Garros | Foto: Clive Brunskill

Sus resultados en Grand Slam tienen mucho margen de mejora; tan solo en dos ocasiones ha llegado a octavos de final (Roland Garros 2015 y US Open 2016). Pese a este bagaje tan negativo en las cuatro grandes citas, Sock también nos ha dado su mejor versión en otros torneos como en el ATP 250 de Delray Beach o en los Masters 1000 de Miami, Indian Wells y París-Bercy. En este primero y en París consiguió llegar a la final y levantar el título de campeón, consiguiendo así la cifra de tres torneos ganados en un mismo año, el mejor registro de toda su carrera.

Un campeón inesperado en París

La mala racha de resultados que acumuló a final de temporada, justo antes del último torneo del año, provocó que llegara muy fresco tanto físico como emocionalmente al Masters 1000 París-Bercy. Jack Sock propuso su mejor tenis en tierras francesas y fue superando rondas hasta llegar a la final. Kyle Edmund, Lucas Pouille, Fernando Verdasco y Julien Benneteau fueron sus víctimas en la capital gala. En la final se enfrentó ante un debutante y la sensación del torneo, el serbio Filip Krajinovic. Finalmente, el de Nebraska remontó y se llevó su primer Masters 1000.

Ganar en París tenía premio doble, ya que la victoria en la Ciudad de la Luz le dio el pase a las ATP Finals de Londres, algo impensable antes de comenzar el torneo hasta para el propio Sock. ‘J. Sizzle’ no contemplaba disputar la Copa de Maestros, la opción de jugarla era muy remota y se tenían que dar una gran cantidad de resultados para que él compitiera en Londres. Por esto mismo, Sock ya había planificado unos días de descanso con su compatriota John Isner para jugar al golf en el Augusta National Golf Club situado cerca de Atlanta. Tuvo que dejar los palos de golf para volver a coger su querida raqueta. Esta es la magia del tenis, lo impredecible que puede llegar a ser este deporte es la principal razón de que siga consiguiendo adeptos.

El tenista de Nebraska rompe a llorar después de conseguir el Masters 1000 de París-Bercy | Foto: Christophe Archambault

Si hace un par de meses alguien decía que Jack Sock acabaría el año en el top 10, ganaría un Masters 1000 y jugaría la Copa de Maestros, se le hubiera tildado de loco, pero es una realidad. Antes de comenzar el torneo era el 24º en la Carrera a Londres, esto es lo bonito del tenis. Esta fue una de las semanas más importantes de la carrera de Sock. Para triunfar hay que tener grandes cualidades tenísticas, tácticas y técnicas, pero esto no es todo, hay un factor que no se trabaja: la suerte. Para conseguir grandes éxitos siempre es necesaria la suerte; no se entrena, aparece cuando más se necesita y, en muchas ocasiones, hace que un partido se decante de tu lado.

El debut soñado

Cuando un tenista llega a las ATP Finals como octavo clasificado se le suele atribuir el cartel de cenicienta y rival más fácil de batir, pero en esta edición de la Copa de Maestros no fue así. Además, Sock jugó en Londres sustentando un récord: clasificarse para jugar este torneo con la puntuación más baja de la historia (2765 puntos). Este hecho tiene una explicación, el de Nebraska está en el octavo puesto del ranking ATP por las bajas de varios tenistas top 10 a mediados de año, en particular las de Stan Wawrinka, Novak Djokovic y Andy Murray. Esto no puede empañar el buen año de Sock que, pese a tener la espina clavada con los Grand Slam, ha conseguido ganar tres trofeos durante el curso (Auckland, Delray Beach y París-Bercy).

Jack Sock y Grigor Dimitrov saludándose antes de la semifinal de la Copa de Maestros | Foto: Clive Brunskill

El grupo de Sock en Londres, el grupo B Boris Becker, lo conformaron Roger Federer, Alexander Zverev y Marin Cilic. A priori, nadie colocaba al estadounidense en la fase final del torneo, pero si fueron pocas las sorpresas, volvió a dar la campanada y se coló en semifinales. En fase de grupos, ‘Showtime’ solamente cayó ante Federer y consiguió vencer, contra todo pronóstico, a Zverev y Cilic. Llegados a semifinales todo es posible, pero tenía en frente al tenista más en forma del momento, el búlgaro Grigor Dimitrov.

Finalmente, Sock sucumbió frente a ‘Baby Federer’ en un partido que comenzó ganando la primera manga el norteamericano. Aunque la derrota es menos dura si el que te venció es el ganador del torneo. El sueño se acababa ahí, en semifinales. Eso sí, a todo debutante de las ATP Finals le hubiera gustado desempeñar el papel que realizó Sock. El último invitado fue una de las sensaciones del torneo. Jack Sock fue un maestro por sorpresa, entró en la Copa de Maestros sobre la bocina y fue de los últimos en salir. La participación de ‘J. Sizzle’ en Londres fue el debut soñado.