Como han cambiado las cosas para Andy Murray de un año para otro. Hay que recordar que el británico hace un año acababa de terminar la temporada por primera vez en su carrera en el número uno del mundo, debido a que consiguió la hazaña de ganar Pekín, Shanghái, Viena, París Bercy y la Masters Cup de manera consecutiva, lo que le permitió alcanzar y mantener el trono del tenis mundial. Sin embargo, era de esperar que tanta presión, tanto partido decisivo y la sensación de acabar de conseguir el objetivo le iba a terminar repercutiendo en la temporada 2017, pero no hasta el punto de realizar una de las peores temporadas que se le recuerdan.

En Doha se le vio jugando a un buen nivel para ser el primer torneo de la temporada y esa final con Novak Djokovic se le escapó por pequeños detalles. Lo que no se esperaba, era la sorprendente derrota que tuvo en los octavos de final del Open de Australia ante un Mischa Zverev que, a priori, no tenía armas para hacerle daño. Tras este mal resultado, Murray siguió mostrando dudas en el único torneo que consiguió levantar en la temporada, el ATP 500 de Dubái. Torneo en el que levantó muchas pelotas de partido en las semifinales ante Phillips Kohlschreiber para acabar imponiéndose en un buen partido ante el español Fernando Verdasco en la final.

Andy Murray con el título de campeón de Dubai
Andy Murray con el título de campeón de Dubai

Las lesiones, un quebradero de cabeza

Los problemas físicos volvieron a afectar al entonces número uno del mundo en los Masters 1000 de Indian Wells y Miami, cayendo en el primero de ellos en primera ronda ante Vasek Pospisil y no pudiendo disputar el segundo. Con la temporada de tierra no mejoró el nivel de un Andy que parecía estar exhausto física y mentalmente desde que terminó la temporada y se le sucedían los problemas físicos. En el ATP 500 de Barcelona realizó una de las pocas actuaciones salvables de la gira al alcanzar las semifinales que disputaría ante Dominic Thiem. Sin embargo, en Roma caería en la primera ronda y en Montecarlo y Madrid en la segunda. Es destacable esta última derrota ante Borna Coric en Madrid donde en su desesperación, comenzó a jugar con bolas muy altas buscando solo pasarlas y aun así acabó fallando muchas pelotas.

Estás malas sensaciones en tierra quedaron atrás en Roland Garros. Allí, Murray jugó posiblemente su mejor tenis de toda la temporada para caer en unas meritorias semifinales ante Stan Wawrinka en cinco sets. Su temporada acabaría debido a las lesiones en la gira de hierba. Tras caer en la primera ronda de Queen's de nuevo las dudas se situaban en cuanto al estado de salud de un Murray que estaba al límite. En Wimbledon alcanzó los cuartos de final, pero en ese partido ante Sam Querrey se percibía que de nuevo el de Dunblane estaba lesionado. 

Murray trató de recuperarse para poder disputar el US Open y la recta final de la temporada pero no pudo ser posible por sus problemas físicos. Sin embargo, la calidad del escocés está fuera de toda duda y se espera que con el inicio de 2018 se pueda volver a ver la mejor versión de Andy, ya sin la presión de tener que mantener el número uno que tanto pareció afectarle en esta temporada.

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