El 2017 estaba servido para que Angelique Kerber confirmara su hegemonía sobre el tenis femenino mundial, pero todo quedó en un sueño fallido. La alemana firmó, quizá, el peor año de su carrera; inició la temporada en el sitio de honor del ranking y lo ha cerrado fuera del top 20. La tenista de 29 años había batido pronósticos al despojar a Serena Williams del primer lugar mundial desde finales del 2016 y con la baja de la estadounidense de la campaña por embarazo el panorama lucía idóneo para mantenerse en lo alto. Pero los descalabros llegaron desde los primeros torneos del año. 

Debutó en Brisbane y dijó adiós en Cuartos a manos de Elina Svitolina, ucraniana quien levantó su vuelo el resto de la temporada. Después en Sydney cayó en dos sets en su primer partido (en segunda ronda) ante Daria Kasatkina. Llegó el Abierto de Australia y ahí sufrió su primer gran revés al quedarse apenas en Octavos, en donde fue superada por la norteamericana Coco Vandeweghe. Tras el primer Major de la temporada, en Doha, volvió a toparse con la rusa Kasatkina, quien nuevamente la dejó en el camino en su partido de debut. 

Ya para Indian Wells y Miami, sin Serena en la competencia y sin una amplia favorita para luchar en lo más alto, Kerber volvió a perder oportunidades de oro. Después de caer ante Svitolina en semifinales en Dubai, Kerber cayó en Octavos y cuartos en los dos Premier antes mencionados, respectivamente. Dejó Estados Unidos y aterrizó en México para disputar el torneo de Monterrey, en donde perdió su única final registrada en el año; ante la rusa Anastasia Pavlyuchenkova, tal y como sucedió en el 2013 en el mismo certamen. 

La temporada de tierra batida fue un auténtico dolor de cabeza para la tenista alemana: antes de disputar el segundo Grand Slam de la campaña se anotó dos escuetos octavos de final, en Stuttgart y Madrid, una segunda ronda en el torneo de Roma y finiquitó su pesadilla sobre la superficie de arcilla cayendo con doble 6-2 ante la rusa y entonces la clasificada en el puesto 40 del mundo en primera ronda de Roland Garros, segundo Grand Slam del curso. Más tarde, en Wimbledon, sucumbió en octavos de final ante la hispanovenezolana Garbiñe Muguruza, quien días más tarde se consagraría campeona del torneo británico.Una semana antes, en Eastbourne, alcanzó apenas los cuartos de final, perdiendo ante la británica Johanna Konta. 

La última parte del año no sirvió para nada más que para confirmar la temporada para el olvido de Kerber; se quedó en octavos en Toronto, segunda ronda en Cincinnati y después, en el US Open confirmó su gigantesco fracaso, y es que cedió ante la joven japonesa Naomi Osaka en su estreno. En Tokyo, unas semanas después, lucía cargar con prometedor poder, pero fue frenada en seco nuevamente por Pavlyuchenkova en semifinales. Zhuhai fue la última parada para Angelique en el año  con dos derrotas en la ronda uno, ante "Nastia" y Ashleigh Barty, de Australia. Hoy Kerber está en el ranking 21 del planeta y con su clara inestabilidad deportiva el 2018 luce con incertidumbre en cuanto a productividad se refiere. ¿Será un año de retorno a la cima o de mantener la caída en picada?.