A tan solo nueve días para que el telón del 2017 caiga, es momento de analizar todo lo que ha dado de sí una temporada que arrancaba allá por el mes de Enero y que bajaba el telón a finales de Noviembre. En este caso, el ruso Andrey Rublev a sus veinte años ha comenzado a brillar con luz propia, siendo un año en el que sin duda alguna empezó con mucha fuerza, pero poco a poco se fue desinflando hasta que resurgió en el último torneo del curso, concluyendo así el año en el puesto 39, acumulando veintiún triunfos y dieciocho derrotas, logrando imponerse en un torneo. Por delante se presenta un 2018 ilusionante para una de las mayores promesas no solo del tenis ruso, sino también del tenis mundial, llamado a hacer grandes cosas en el año de su consolidación y asalto a los puestos altos del ránking ATP.

Comienzo ilusionante de año

El comienzo de temporada sería cuanto menos imponente, puesto que sin disputar ningún torneo previo, Rublev comparecía en ni más ni menos que el primer Grand Slam de la temporada, el Open de Australia sin nada que perder y mucho que ganar, siendo capaz de superar la fase previa del evento, derrotar en primera ronda a Yen-Hsun Lu, para que ya en la segunda ronda nada pudiera hacer frente al británico Andy Murray. Tras el buen resultado logrado en Oceanía, Rublev regresaba a Europa para participar en el Challenguer Open de Rennes, donde partiendo como uno de los máximos favoritos, era capaz de llegar hasta la gran final, cayendo frente aUladzimir Ignatik, continuando una semana después su periplo por los Challenguer galos en Quimper, donde tan solo era capaz de llegar hasta semifinales, ronda en la que caía ante Peter Gojowczyk. Ya en el ATP 500 de Rotterdam caería estrepitosamente en la primera ronda de la fase previa ante el holandés Botic Van de Zandschulp.

Tras cerrar una serie de torneos con resultados en los que no terminaba de conseguir explotar, Rublev ponía rumbo al ATP 250 de Marsella, donde después de solventar la fase previa no podía imponerse en primera ronda frente a Illya Marchenko, para que a continuación se le atragantaran tanto el ATP 500 de Dubái como el Masters 1000 de Indian Wells, eventos en los que no conseguía ir más allá de la primera ronda de la fase previa, cayendo respectivamente frente a Vincent Millot y Andrew Whittington. En el Challenguer de Irving, en Texas, con una participación de nivel, lograría recuperar las sensaciones perdidas superando la fase previa para que ya en el cuadro final derrotara a Ramkumar Ramanathan, Jan-Lennard Struff, Benjamin Becker y Jeremy Chardy, para que en semifinales se cruzara en su camino Aljaz Bedene, quien en tres duros parciales le derrotaba, poniendo rumbo a continuación el ruso al Masters 1000 de Miami, donde estando en el cuadro final del torneo derrotaba a Florian Mayer, para a continuación perecer en su segundo partido frente a Tomas Berdych.

Una gira de tierra para el olvido

Sin duda alguna la gira de tierra batida era un buen punto para que Rublev sumara puntos y mejorara en el ránking ATP, pero al final lo que se presumía felicidad y logros se terminó convirtiendo en su peor pesadilla. Tras caer en la primera ronda de la fase previa del ATP 250 de Marruecos, el Masters 1000 de Montecarlo y el Barcelona Open Banc Sabadell, las cosas mejoraban para el tenista ruso, pero no en exceso, puesto que en el ATP 250 de Estoril tan solo llegaba hasta la segunda ronda de la fase previa. Buscando ganar confianza, Rublev disputaba el Challenguer de Aix en Provence donde llegaba hasta la segunda ronda para poner rumbo a continuación hacia el segundo Grand Slam de la temporada en Roland Garros, donde conseguía rendir a un alto nivel siendo capaz de superar la fase previa eliminando a Agustín Velotti, Mirza Basic y Taro Daniel hasta llegar al cuadro final, donde no podía imponerse a Diego Schwartzman, quien en cinco parciales y un final de infarto, le eliminaba.

Antes de cambiar de superficie, Rublev disputaba sobre tierra batida el Challenguer de Citta Di Caltanissetta, donde caía en segunda ronda antes de comparecer, ya sobre hierba, en el Gerry Weber Open, donde se imponía a Albert Ramos y Mikhail Youzhny antes de llegar a cuartos de final, ronda en la que perecía frente a Karen Khachanov, ganando una importante confianza para que en Wimbledon brillara con luz propia. El ruso no solo sería capaz de imponerse a Joao Domingues, James McGee y Paul-Henri Mathieu para superar la fase previa, sino que ya en el cuadro final daba cuenta en primera ronda de Stefano Travaglia, no pudiendo continuar su camino al caer derrotado en segunda ronda frente a Albert Ramos.

Y por fin llegó el primer título

De vuelta a la tierra batida, Andrey Rublev comparecía en el ATP 250 de Umag, cita en la que desde la fase previa iba superando rondas, imponiéndose a Jordi Samper para caer a continuación frente a Attlla Balazs, algo que no le hacía irse a casa, puesto que entraba en el cuadro final del torneo como 'lucky looser' siendo capaz de imponerse a Carlos Berlocq, Andrej Martin, Fabio Fognini e Iván Dodig, para llegar a ni más ni menos que la final, sumando seis importantes triunfos para que en la última ronda y frente a Paolo Lorenzi lograra coronarse campeón del certamen en dos cómodos parciales. Con el subidón de haber sido capaz de alzar los brazos en un torneo de categoría 250, Rublev volvía a su realidad de caer en las primeras rondas, pereciendo en su primer partido en el ATP 500 de Hamburgo, para a continuación sucumbir en la primera ronda de la fase previa del Masters 1000 de Cincinnati.

Tras esta cita, pasaría al ATP 250 de Winston-Salem, donde caía en segunda ronda, ganando una importante confianza antes de llegar al último Grand Slam de la temporada, el US Open, donde se imponía a ni más ni menos que Aljaz Bedene, Grigor Dimitrov, Damir Dzumhur y David Goffin, no solo superando la primera semana del certamen, sino que accedía hasta los cuartos de final donde nada podía hacer frente al poderío del español Rafael Nadal. Ya en la gira asiática, Rublev caía en la segunda ronda del Chengdú Open, torneo del cual salía con más pena que gloria hasta llegar al ATP 500 de China, donde se embolsaba 90 puntos tras derrotar a Jack Sock y Tomas Berdych antes de caer en cuartos de final frente a Alexander Zverev. En el Masters 1000 de Shanghai derrotaría a Damir Dzumhur para sucumbir en la segunda ronda contra Juan Martín del Potro, yéndose con 45 puntos al ATP 250 de Moscú y el ATP 500 de Viena, donde perdía en primera ronda contra Filip Krajinovic y Dominic Thiem respectivamente.

A punto de coronarse en Milán

En su último torneo de la temporada, Andrey Rublev caía en el Masters 1000 de París-Bercy en su estreno ante Fernando Verdasco, lo cual no impedía que se clasificara para las Next Gen ATP Finals, donde las ocho raquetas menores de veintiún años se dieran cita en un torneo con formato revolucionario, y en el que cual Rublev conseguía imponerse en la fase de grupos a Gianluigi Quinzi y Denis Shapovalov, cayendo ante Hyeon Chung, para pasar a semifinales como segundo de grupo. En la penúltima ronda del evento sería capaz de dar cuenta de ni más ni menos que Borna Coric, cruzándose en la gran final del evento nuevamente con Hyeon Chung, quien en la fase de grupos le había derrotado, y en la última ronda hacía lo propio por 4-3 (5), 3-4 (2), 2-4 y 2-4.