El 2017 se puede catalogar como el año más complicado en la carrera de Tommy Robredo. Tras un año retirado de las pistas por problemas con el codo y el pie, serie de lesiones para la que se sometió a operación, el veterano hizo su regreso a la actividad en el mes de febrero. Jugando bajo un ranking engañoso tras descender hasta la casilla 550 ATP, Robredo hizo en Buenos Aires su primera parada en el tour, entrando al torneo con ranking protegido (el cual fue determinado en el puesto 57, por el año de ausencia).

Buenas sensaciones en su regreso a las pistas

El triunfo sobre Fognini parecía ser un buen presagio de lo que iba a ser este regreso del español

En su primer torneo, Robredo comenzó con una excelente alegría al vencer en el debut al italiano Fabio Fognini con parciales de 6-4 6-3, un triunfo que parecía ser un buen presagio de lo que iba a ser este regreso del español, quien daba buenas afirmaciones luego de hacer esta vuelta triunfal. “Contento por estar de vuelta. Contento porque no me duela. Contento por ir cogiendo ritmo. No es cuestión de ganar un partido o dos, sino de estar sano y disfrutar de lo que hago”, expresaba Tommy en aquel instante. Luego de su victoria sobre Fognini, Robredo se encontró al brasileño Thiago Monteiro, quien terminó imponiéndose por 6-3 6-4 para dar cierre a esta primera parada del experimentado jugador.

Una batalla interna

Sin las mejores sensaciones tras ese ida y vuelta del primer torneo, Robredo viajo a Rio de Janeiro. Allí enfrentó nuevamente a Fognini en una primera ronda, pero en esa ocasión el resultado favoreció al italiano en sets corridos 6-2 6-4. De esta manera, el español dio el cierre de su primer contacto con la tierra batida para llegar a sus primeros Masters 1000 en más de un año. En Indian Wells no pudo ir más allá del debut y en Miami ganó al peligroso georgiano Basilashvili pero fue eliminado en segunda ronda por el local Sam Querrey.

El buen presagio de aquel triunfo en su regreso al circuito parecía haberse disipado. No es fácil encontrar el ritmo después de mucho tiempo fuera de las pistas, sobre todo luego de una operación en la que las sensaciones de miedo ante la posibilidad que pueda regresar el dolor están ahí latentes en los primeros pasos. Esa lucha interna se va convirtiendo en otro rival dentro y fuera de la cancha y para quien ha vivido veinte temporadas dentro de los mejores cien del tenis, sabe que se necesita algo más que disposición para alcanzar tal objetivo.

La mejor versión de Robredo sigue en él

El ATP de Marruecos terminó siendo el mejor resultado para Robredo, quien demostró que su mejor versión sigue en él

Sin embargo, entre esa batalla llegó a Marruecos para dar con el mejor resultado de esta temporada. En el torneo de Marrakech, Robredo venció 6-4 6-4 al ucraniano Sergiy Stakhovsky en primera ronda, luego ganó 6-4 1-6 6-1 al búlgaro Grigor Dimitrov en el que terminó siendo el triunfo más destacado del español en el año, todo eso antes de ser eliminado en los cuartos de final por el francés Benoit Paire. Con ello, Tommy demostró que su mejor versión sigue en él, que el trabajo constante sobre su cabeza para mantener el enfoque necesario para encarar tan difícil situación que viene viviendo da sus frutos. Tras Marruecos, el español logró ubicarse en el puesto 300.

Una vez llegada su mejor versión en este regreso, el proceso se transforma en la búsqueda de mantener ese rendimiento por tiempo prolongado, en lo que fue el enfoque de Robredo en los siguientes torneos.

La recaída

Tras su participación en Marruecos, el español llegaba a Monte-Carlo para competir en el tercer Masters 1000 en este regreso, donde se encontró a un firme Gilles Muller que le eliminó en el debut. Luego aterrizó en su país para competir en el torneo de Barcelona, donde enfrentó al japonés Yuichi Sugita, quien hizo de 2017 su mejor año. Sugita se impuso a Robredo en sets corridos, en lo que el inicio de un mal momento para Tommy en su superficie predilecta. Desde Barcelona a Roland Garros vino una recaída en la que terminó con registro de 2-6, encontrando algo de luz en dobles con su compatriota David Marrero, alcanzando la final en Estoril y avanzando hasta los octavos de final de Roland Garros. Para Robredo llegaba el momento de replantearse el resto de la temporada, en la que ya debía jugar con su propio ranking, ubicado por aquella fecha en el puesto 274.

De vuelta a los Challengers

Después de Roland Garros, Tommy Robredo incursionó en los torneos de nivel Challenger con miras a recuperar confianza, sumar victorias y por supuesto ganar puntos para seguir su escalada en la clasificación mundial. En su primera participación en Prostejov alcanzó los cuartos de final con triunfos sobre Jerzy Janowicz y Ernests Gulbis, luego alcanzó las semifinales en Milán al eliminar a Daniel Muñoz de la Nava, Guilherme Clezar y José Hernández-Fernández, finalizando el mes de junio con marca positiva de 5-2. Estos resultados le permitieron además meterse nuevamente en el grupo de los 200 mejores del ranking.

Fueron los Challengers una especie de renacer para Robredo. Pese a no sumar buenos resultados en julio y fallar la clasificación del ATP de Bastad, el español regresó al camino victorioso en Italia en agosto, alcanzando las semifinales del Challenger de Manerbio al vencer a Gianluca Mager, Kimmer Coppejans y a Adam Pavlasek. Un mes más tarde alcanzó el mejor resultado en estos torneos en su vuelta a las pistas, cuando se clasificó a la final en Alphen (Países Bajos), derrotando en el camino a Botic Van de Zandschulp, Jeremy Jahn, Julien Cagnina y Tallon Griekspoor. Este subcampeonato le dio a Robredo el mejor ranking en su regreso al clasificarse en el puesto 150.

Fin de una temporada libre de lesiones

Tommy ya está dentro de los 200 mejores del planeta y rozó su estadía en el grupo de los 150 mejores

Robredo completó una temporada libre de lesiones, objetivo principal del español en este 2017. El veterano cerró con competencias de nivel Challenger para terminar en el puesto 164 del ranking ATP. Pese a lo complicado que es volver de una larga pausa, Tommy Robredo se ha mantenido en constante lucha y trabajo por disipar sus propios miedos y encarar con mayor fuerza a sus rivales. Para el español su perspectiva en esta vuelta ha ido más allá de los resultados, tal como lo ha declarado durante la temporada: “Me gustaría jugar un año, o un par de años, libre de lesiones y siendo capaz de jugar mi juego, sin pensar en las lesiones. Esa es mi meta, no ganar aquí o allí”.

De momento, Tommy ya está dentro de los 200 mejores del planeta y rozó su estadía en el grupo de los 150 mejores. Será la preparación en esta etapa de pretemporada vital para enfrentar con mayor fuerza el año 2018 para el veterano de mil batallas que celebró en 2017 su 35 aniversario.