Pese a que finalmente Serena Williams no disputará el Open de Australia, el primer Grand Slam de la temporada contará con la vuelta de otra de sus campeonas. Se trata de María Sharapova, vencedora en Melbourne hace ya diez años y que vuelve tras un año de ausencia por culpa de la sanción por dopaje (meldonium) que la mantuvo suspendida durante 15 meses. La tenista rusa, ahora en el puesto 47 del ránking de la WTA, fue, junto a Roger Federer, una de las atracciones de la ceremonia del sorteo de los cuadros masculino y femenino, celebrados hoy jueves en la pista Margaret Court

En una entrevista previa a la celebración del sorteo, la siberiana declaró que será especial pisar de nuevo las pistas de Melbourne Park. "Es especial estar de vuelta. He aprendido de los momentos difíciles y me esforcé en los torneos menores para poder volver a ganar. Mis padres se encuentran en China (país en el que ganó su primer torneo tras su reaparición en Tianjin) y están muy emocionados", explicó Sharapova que reconoce que el camino en este primer 'grande' del año no será fácil pero se siente preparada para afrontar el reto. "No hay un camino fácil hacia la cima, siempre tienes que comenzar desde abajo y ganar a las mejores si quieres triunfar en este tipo de torneos". 

Desde su vuelta a las pistas el pasado mes de abril en el torneo de Stuttgart (Alemania), la cinco veces campeona de Grand Slam ha ido subiendo su ránking poco a poco y ahora ya se encuentra entre las 50 mejores del mundo. Su carácter de campeona es de sobra conocido y si la respetan las lesiones, no cabe ninguna duda de que la rusa dará que hablar, no sólo en Australia, sino a lo largo de la temporada. De momento, su primera prueba llega a partir del próximo lunes en Melbourne, donde debutará en la primera ronda ante la alemana Tatjana Maria