Una versión seria de Kyle Edmund se está percibiendo en esta nueva etapa de su carrera, esta algo más controlado, juega por momento pelotas seguras y aplica la explosión de su derecha cuando es necesario. Todavía quedan vestigios del jugador que generaba un sin número de errores no forzados, que le entregaba puntos a su rival y que entraba en lagunas eternas. Su rival Basilashvili, no supo aprovechar una de esas lagunas y fue así que el inglés se quedó con un larguísimo partido, plagado de aciertos y errores, donde el que metió la bola más veces dentro de la cancha fue el ganador

Edmund, en modo control

En el primer set se mostró el cambio en Edmund, no desperdició peloteos largos, lo sostuvo y aunque tuvo un comienzo incierto con problemas de control en el primer juego de servicio, luego se centró, entro en partido, logró quebrarle el servicio para emparejar las acciones a Basilashvili y pudo llevar el primer set al tie break, donde lo ganó con un contundente 7-0. El georgiano, no estuvo certero con su saque, cometiendo al principio una doble falta que eso le restó confianza para afrontar la muerte súbita

Basilashvili aprovechó la inestabilidad de Edmund

En el segundo set, el georgiano entro muy desconcentrado y con muy buenas devoluciones el inglés hizo su negocio, presiono sobre el segundo servicio y con la ayuda de los errores no forzados de su rival, principalmente de derecha se fue a la silla con el primer quiebre. Basilashvili no podía neutralizar la derecha del inglés, que cuando intercambiaban golpes, el georgiano se ponía muy a la defensiva y luego de seis minutos de juego de servicio, el inglés logró consolidar el quiebre y adelantarse 2-0 en el marcador.

Nikoloz se sostenía con su saque, jugaba muy parado y eso generaba que la derecha no le corriera bien, esta situación le servía para mantener su servicio, pero no para quebrar el saque del inglés. El georgiano esperó el momento en que Edmund entrase en alguna de sus lagunas y ese momento llegó, lo presiono en el sexto juego, atacando sobre el segundo servicio del inglés,  metiendo la bola dentro de la cancha y eso permitió que después de un intenso peloteo, Edmund cometa un error no forzado de derecha y le devuelva el quiebre.

De pronto la versión segura de Edmund se le salió la cadena, y como una bicicleta alocada empezó a pedalear en falso y cometer los errores que hasta la mitad del segundo set de este partido no se le habían visto en Australia y una derecha con una fortaleza innecesaria viajo fuera de la cancha para darle una nueva oportunidad de quiebre, que el georgiano lo aprovecho con una buena devolución de derecha para pasar a comandar completamente las acciones del segundo set.

Con el 5-3 Basilashvili debía sostener el servicio para igualar las acciones, con mucha seguridad afrontó su juego de saque, sosteniendo el peloteo y atacando con muy buenas paralelas, pero las dobles faltas estaban al orden del día, y por ello le costó cerrar su servicio hasta que Edmund le dio una mano y con dos errores no forzados le entregó el set al georgiano.

El inglés que venía con un juego de control, paso a ser controlado por su rival y un set en el que solamente debía sacar bien, con un rival que no movía las piernas, desperdicio muchas oportunidades y eso hizo que Nikoloz reviviera. El tercer set Edmund entro nuevamente descontrolado, revoleaba la derecha, parado de frente, no miraba la pelota y fue así que cedió el saque en la primera de cambio. Basilashvili que estaba haciendo negocios, trataba de mantener la bola dentro de la cancha y en los momentos precisos atacar al inglés, el georgiano sostuvo su saque en cero para adelantarse 2-0 en el marcador.

Tras un concierto de errores Edmund recordó que tenía buenos primeros saques y eso le facilitó cerrar luego su servicio en cero.  Ambos empezaban a sentir el calor, que empezaba a quemar piernas y cabeza, algo que le daba un ingrediente importante para lo que se venía del partido. Basilashvili tenía la consigna de salvar sus juego de saque, de todas las maneras posibles, le costaba meter el primer servicio, y eso lo hacía quedar expuesto a la potencia de Edmund y en el sexto juego el inglés comenzó de nuevo a meter la bola dentro del rectángulo de su rival, le imprimió potencia y se quedó con el quiebre.

Pero en la mañana de Australia el inglés estaba regalón, y tal fue su solidaridad que se propuso a entregarle de nuevo la ventaja al georgiano, quien la aprovecho golpeando con seguridad y forzando los errores de Edmund para lograr un nuevo quiebre. Luego de arrebatarle el saque Nikoloz pareció aprender de sus errores y aseguró su saque poniendo toda la presión en la inestabilidad de Kyle. Tras sostener el servicio el inglés, era el turno del georgiano, quien tenía la mesa servida para quedarse con el tercer set y dispuso del primer punto de set, tras el error no forzado de derecha de Edmund, quien para coronar otro set para el olvido ahora de revés le cedió nuevamente el set a su rival.

Edmund vuelve al partido

El comienzo de Edmund volvió a estar seguro con su servicio, cerró el primero en quince sin cometer errores. El georgiano no tuvo la misma suerte padeció su saque en varias oportunidades del partido y fue así que se empezó a destrabar el partido, ya que tras veinte minutos de juego y ocho oportunidades de quiebre para el inglés, Kyle se quedó con el saque y la batalla de uno de los game más largo de los últimos tiempos. Edmund volvía ser el del comienzo y el georgiano ofuscado con el mismo, volvía a descontrolarse.

Edmund luego de ganar fácilmente su servicio, recibió ahora un regalo del georgiano quien ya fuera de sus cabales le cedió nuevamente el saque y la ventaja se tornó inalcanzable, Kyle hasta se dio el gusto de hacer magia para colocarse 5-0 y meter toda presión a su rival, quien volvió a ceder su saque cometiendo. Con el 5-0 en contra Basilashvili se autoquebro, tres errores no forzados y dos dobles faltas, redondearon en cero el cuarto set y ambos de la mano de las irregularidades viajaron al quinto y definitivo set.

El quinto set era una moneda al aire, ambos estaban al borde del descontrol, ninguno tenía una fórmula letal que prediga preponderancia sobre su rival. El saque y la derecha directa eran la llave del inglés, los ángulos profundos de revés y de derecha eran las esperanzas del georgiano. El inglés volvió a sostener con facilidad su saque y atacar con profundidad sobre el saque de Basilashvili, quien parecía estar más cansado, no movía las piernas y eso lo llevaba a no tener potencia en su servicio, pero con un servicio directo con ángulo, salvó su saque.

Ambos sostuvieron sus servicios hasta el duodécimo juego en el que Edmund logró quebrar el saque en el momento oportuno y llevarse un triunfo en cinco set que lo mete en la tercera ronda del Abierto de Australia. En dicha instancia lo espera un Andreas Seppi lanzado, peligroso en estas instancias, que no va a tener la irregularidad del georgiano y donde el inglés va a tener que volver a ponerse en modo control.