El Rod Laver Arena fue anfitrión de un partido lleno de historia. En la cancha central del Australian Open se enfrentaron dos ex-número uno del mundo y dos ex-campeonas del certamen australiano. Angelique Kerber venció a María Sharapova por 6-1 y 6-3 en un encuentro que se extendió por una hora y seis minutos.

La manga inicial fue un auténtico monólogo de Kerber. La alemana hizo todo a la perfección y demostró que, pese a no ser la número uno del mundo actualmente, tiene todo lo necesario para dominar en el circuito femenino. En el primer game quebró la alemana y comenzó a dominar las riendas del set.

En el quinto juego volvió a adueñarse del servicio de la rusa, que no hacía pie en la cancha y no podía desplegar su característica manera de jugar al tenis. Una nueva rotura en el séptimo juego, para ganar el primer set por 6-1, en tan solo 31 minutos de acción.

El segundo capítulo fue un poco más parejo. Kerber quebró en el segundo game, pero Sharapova demostró su calidad y lo recuperó al instante, evitando que la teutona se escapara en el marcador. En el 3-3, la oriunda de Siberia tuvo la posibilidad de ponerse arriba en el tanteador, pero la campeona del Abierto de Australia 2016 salió airosa de la situación.

Ya entrando en el desenlace del partido, en el octavo game la rusa no pudo mantener su saque y la nacida en Bremen sacaba para sellar su pase a los cuartos de final. En el último juego del partido, en el segundo match point, la alemana sentenció las acciones, dejando fuera de combate a una gran jugadora.

Su próximo rival saldrá de la ganadora del encuentro entre Agnieszka Radkwanska o Su-Wei Hseih, que jugarán en la noche de Melbourne.