Um bom começo, como dirían los brasileños. El argentino Diego Schwartzman accedió rápidamente a los octavos de final del Río Open tras el abandono de Casper Ruud. El noruego se retiró por una molestia en el tobillo cuando perdía 4-1.

Al “Peque” le sienta bien Río de Janeiro. El argentino, que viene de perder sorpresivamente en cuartos del  ATP de Buenos Aires, se mostró desde temprano muy cómodo en su país vecino. También lo fue su paso por la pista hoy, ya que apenas tuvo que jugar cinco games. Su rival se retiró cuando iban apenas media hora de partido. En esos cinco juegos que se disputaron el argentino mostró un gran nivel. Tuvo un ace y, sin cometer dobles faltas, alcanzó un promedio del 78% de primeros saques. A ese buen porcentaje hay que sumarle un 86% de puntos ganados y el 100% con su segundo.

El partido auguraba un buen nivel de juego. Ambos jugadores se habían enfrentado semanas atrás en el Australian Open y, aunque la victoria del argentino fue clara, no se descartaba que el noruego pudiera mostrar el talento que muchos le atribuyen. Su tenis duró exactamente un game. Luego de sostener su servicio todo fue para El Peque. Su próximo rival será su compatriota Federico Delbonis, quien derrotó a Vesely (también retirado). Delbonis, sin embargo, tuvo que transpirar un poco más: ganaba 6-2 y 3-2 cuando el checo tiró la toalla.

Cabe destacar que Diego juega también el dobles, tal como lo hizo en el abierto de su país, donde llegó a semifinales. En ese certamen compartió dupla con el campeón del single: Dominic Thiem. En esta oportunidad, su compañero de equipo es el argentino Guido Pella. Este primer encuentro de Schwartzman es prometedor. El Peque comenzó la semana estrenando su mejor posición del ranking (23), mostrándose alegre en las playas cariocas y con un gran tenis en sus 30 minutos de juego. Veremos qué le depara en los próximos días. Por ahora para el argentino es todo carnaval.