Como ya se viene comentando desde hace tiempo el Club Voley Miranda inició el pasado mes de Junio un proyecto junto a la compañía Atlantic Holding Ltd. para competir en la Superliga femenina de voleibol. Tras meses de escrupuloso cumplimiento en el pago de los plazos comprometidos por el patrocinador, el club comenzó a trabajar en formar una estructura acorde al presupuesto presentado con un claro objetivo: afianzarse en la categoría. 

En el mes de septiembre y con todos los derechos federativos abonados, todo estaba listo para iniciar el trabajo con una plantilla de garantías y una infraestructura adecuada. La ilusión, por lo tanto, estaba por todo lo alto y las expectativas de permanencia parecían asequibles. Sin embargo, un mes después empezó a romperse el sueño. 

En octubre, ya iniciada la competición, surgieron los primeros problemas en el cobro de las cantidades acordadadas con el patrocinador. Pese a las numerosas reuniones mantenidas entre club y empresa, ambas partes no lograban llegar a un acuerdo satisfactorio. Desde ese momento, los representantes legales de Atlantic Holding han aludido a la imposibilidad de obtener liquidez debido al sistemático bloqueo de las cuentas bancarias a las cuales transfieren fondos desde el extranjero para nutrir económicamente al equipo. 

La dramática situación que atraviesa el Atlantic Holding afecta de forma especial a la plantilla. Las jugadoras han padecido problemas para el cobro de sus nóminas desde que arrancó la temporada, y aunque han demostrado una enorme profesionalidad durante este tiempo, su paciencia, como es lógico, se ha agotado.
La mayoría no cobra desde septiembre, algo insostenible. Ante la imposibilidad de pagar, el club se ha visto obligado a ofrecer la carta de libertad a quienes quieran salir.

La primera en hacerlo fue Diana Sánchez, que ha fichado por el CV Aguere tinerfeño. La marcha de la capitana abrió el camino para Rosalía Alonso e Irene Cámara, que han puesto rumbo a Lugo y Guadalajara, respectivamente. Además, Carmen Morales y Alicia Almagro no han regresado de las vacaciones de Navidad. Estas jugadoras aguardan en sus domicilios noticias sobre el Atlantic Holding y si no hay una solución, aceptarán alguna de las ofertas que tienen sobre la mesa. El técnico, Pedro Lanero, también espera el devenir de los acontecimientos para decidir si vuelve a Miranda. 

El resto de la plantilla mantiene contactos para buscar un nuevo acomodo, aunque casi todos los equipos de Superliga tienen completas sus plantillas. Al quedar solamente seis jugadoras, la disputa del encuentro del sábado está en el aire. La decisión final estará en las jugadoras, aunque desde el club se confía en completar el equipo con integrantes de las categorías inferiores y poder ganar así unos días más para tratar de encontrar un nuevo patrocinador. La taquilla del encuentro, que enfrentaría a las mirandesas con el UCAM Vóley Murcia en el Multifuncional de Bayas, se donaría a la plantilla. 

El Club Vóley Miranda llega a la fecha de hoy en situación de colapso, en la cual tan sólo el apoyo de instituciones, empresariado y afición en general podrán salvar a un equipo que ha demostrado su fiabilidad competitiva. Y es que en las canchas las jugadoras han demostrado su valía, quedando fuera de la Copa de la Reina por muy poco. 

En este sentido, el club ha empezado a lanzar las primeras llamadas de auxilio y ya se han iniciado contactos con el Ayuntamiento y  la Junta de Castilla y León. Además, el equipo de Miranda de Ebro ha solicitado públicamente la colaboración del sector empresarial local con el cual también se han iniciado contactos. Por su parte, el club ya ha dado esttos pasos y ahora falta que la sociedad responda. Salvar al club de Miranda es salvar el voleibol en la ciudad, puesto que durante más de 35 años ha fomentado la práctica de este deporte, cuyos frutos se han visto premiados el pasado 29 de diciembre con la consecución de la Copa de España en categoría cadete.